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viernes, 11 de diciembre de 2015

¿Evolución inteligente?

Como ya apunté la semana pasada, mi punto de vista personal respecto a la evolución hasta hace poco era que ésta existe pero limitada a la evolución intra-especie, no inter-especies. Es decir, las pruebas empíricas me decían que las especies evolucionan pero que no transmutan en otras diferentes. La teoría darwiniana de la evolución debe estar equivocada a mi modesto entender, pues no se ha hallado resto alguno de los eslabones perdidos de los millones de seres vivos que habitamos y hemos habitado La Tierra y si tenemos miles y miles de ejemplos de animales que, aunque morfológicamente algo diferentes, no han dejado de ser lo que son aunque hayan pasado millones de años, como las libélulas, cocodrilos...

La teoría de Darwin trataba de resolver el gran interrogante de la humanidad: de dónde venimos, como surgimos estando demostrado que desde el Jurásico hasta el Cretácico el mundo estaba poblado y dominado por los dinosaurios. Esa respuesta ha sido contestada desde muchos puntos de vista, según mi perspectiva ninguna de ellas racional o basada en hechos demostrables, que es lo que a mí me interesa: los creyentes afirman que fue obra de un Dios creador que como podéis entender es un acto de fe no una prueba, los evolucionistas que fue una serie de miles de carambolas increíbles con la misma probabilidad de que a cualquiera de nosotros nos toque todos los días de nuestra vida el primer premio de la lotería y luego hay una tercera que aunque parece la más peregrina de todas en verdad es la más sensata y racional según las pruebas existentes: fuimos creados por una civilización extraterrestre (sé que muchos esperáis ansiosos a que hable de ellos, pronto, paciencia).
 
¿Qué con cual me quedo? La verdad es que con ninguna de todas ellas. Simple y humildemente he de decir que no lo sé, no me puedo decantar por ninguna... Pero hace unos pocos días apareció en prensa una noticia sorprendente y que inició toda esta serie de artículos:


"Científicos Rusos demuestran que el ADN puede ser reprogramado por palabras y frecuencias determinadas" (pulsar aquí para ver el artículo original).

¿Está aquí la respuesta a la gran pregunta? Tratemos de averiguarlo y para ello, como siempre, tendremos que empezar por el principio.

La ortodoxia nos dice que solo el 10% de nuestro de ADN es útil y que el resto es basura, no puede ser tan perfecto. Nuevas investigaciones han demostrado que esos axiomas y dogmas son falsos, el 97% de nuestro ADN tiene  una función, como no podía ser de otra forma, la Naturaleza es infinitamente más sabia que el ser humano y una vez más nos demuestra que lo que ella puede lograr (el ADN) es muy superior a lo que el ser humano puede crear. Hace poco y como comenté en un artículo anterior, los últimos estudios parecen indicar que hay un código dentro del código de nuestro genoma. Pensar que algo así puede haber surgido por azar es inconcebible.

El estudio del biofísico y biólogo molecular Pjotr Garjajev parece demostrar que nuestro ADN puede ser modificado en función de nuestro estado de ánimo, algo que viene a reforzar los estudios realizados en la década de los 70 en los que se realizó un seguimiento genético a una serie de niños a los que al parecer la existencia o ausencia de "felicidad" (independientemente de su status social) hacía que les desaparecieran o apareciesen defectos genéticos. También es un hecho demostrado que los seres humanos somos capaces de crearnos llagas, lesiones por sugestión, como en el caso de los estigmatizados cuyas heridas son muy reales... O como la voluntad de vivir, y eso os lo podrá confirmar cualquier trabajador del ámbito de la salud,  puede hacer que salgamos o no de una enfermedad grave dependiendo del estadio en el que se encuentre ésta. Como vemos, ya parecía intuirse y ahora demostrarse que efectivamente sí disponemos de cierto grado de control desde la mente sobre nuestro cuerpo.

La investigación va mucho más allá, dice haber demostrado que ciertas vibraciones y por tanto las palabras pueden modificar y afectar a nuestro ADN. Tampoco me extraña, pues está más que demostrado que la música clásica hace crecer más a las plantas, abre las mentes a los niños que la escuchan o ayuda a que la cristalización del agua o de la sustancia que queráis sea perfecta y ordenada.  Todo ello debe ser debido a las vibraciones armónicas con las que se crea la más elaborada de las músicas. Sin duda los mantras budistas, las oraciones o las palabras, en función de nuestra voz, tono, timbre y frecuencia con la que los usemos deben de influenciarnos, pues si lo hacéis y prestáis atención a vuestro cuerpo veréis como vuestro interior resuena, algo que los cantantes de ópera saben bien.

¿Pero eso es suficiente? Querréis saber. Sin duda a pequeña escala, la palabra, la música o las vibraciones explicarían ciertos defectos genéticos, enfermedades causadas por la ausencia o tara en la creación de ciertas proteínas o su curación, pero tal y como lo veo no explican las mutaciones que llevan a que un ser se convierta en otro.

Los creyentes judeo-cristianos sin duda se sorprenderán, pues no deja de ser curioso como el Génesis menciona claramente que lo primero fue el verbo, es decir: la palabra. Y de nuevo recalco que mis artículos no están orientados a demostrar si existe o no un Dios... y sí, pronto también abordaré lo que creo al respecto. Pero las investigaciones de los científicos rusos van mucho más allá, ellos creen que las grandes evoluciones genéticas, las transmutaciones de una especie a otra, son fruto de la voluntad consciente de los individuos, lo cual implicaría que no solo el ser humano tiene conciencia, algo que a mí y a todos los que tenemos una mascota y nos hemos molestado en tratar de comprenderla ya sabíamos.

¿Pero cómo es posible que nuestra conciencia, nuestras palabras, puedan modificar nuestro ADN hasta ese punto? Según estos investigadores rusos el código genético: "sigue las mismas reglas de nuestros leguajes humanos", es decir, el lenguaje humano sería reflejo de ese lenguaje genético. Pero sus afirmaciones van mucho más lejos: "‘Los cromosomas vivos funcionan exactamente como una computadora holográfica, usando radiación láser endógena del ADN", con ello ciertos patrones de frecuencia influenciarían en la frecuencia del ADN y en la información genética contenida en él, incluyendo a las palabras.

¡Es absurdo! Se afirmará desde la ortodoxia y es cierto que es difícil de creer, yo mismo he tomado con mucha cautela dicha hipótesis pero sin duda explica muchas cosas que no tenían respuesta y parece encajar con otras teorías que sin duda son extraordinariamente revolucionarias. 

Entonces, ¿finalmente Darwin tenía razón y unas especies pueden transmutar en otras pero no por azar si no por voluntad de los individuos? Sin duda la teoría Darwiniana solo es posible si existe una inteligencia, del tipo que sea, detrás de ella, sin duda esa evolución consciente se daría en un abrir y cerrar de ojos, no con el paso de miles o millones de años y centenares de miles de eslabones perdidos de los que no hay constancia alguna, esa evolución instantánea y lúcida explicaría la ausencia de restos y cómo se han podido generar mecanismos biológicos tan complejos como el ojo o los flagelos que hasta la fecha eran de muy difícil explicación.

¿Pero eso es posible? ¿Cómo? Aunque admitiésemos que la conciencia, la voz o las vibraciones pudiesen modificar el ADN ¿De dónde se sacó la información de como, por ejemplo, crear un ojo? Lo analizaremos la semana que viene.

 

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