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martes, 6 de febrero de 2018

Misticismo nazi: L@s videntes de Himmler

Como ya sabéis, la publicación de mi segunda novela: Die Glocke, está ya cerca y mi intención con estos artículos es ampliar la información que no se puede incluir en la novela. El misticismo que floreció bajo el régimen nazi tuvo gran relevancia en la historia de la II Guerra Mundial y en buena medida en la trama de la novela, por lo qué en cualquier caso y al ser una parte no muy difundida de aquellos años, es muy interesante (al menos así yo lo creo) que rasquemos un poco la superficie en un tema que en verdad abarca mucho más de lo que podamos pensar. En el artículo anterior vimos como el nazismo y el misticismo fueron de la mano en los principios del ascenso de Hitler al poder y durante la II Guerra Mundial gracias a su relación con las SS de Himmler, influenciando en buena medida las decisiones tanto políticas como de todo tipo que se tomaron en el III Reich, algunas de nefasto recuerdo como el holocausto. Por supuesto, los videntes de todo tipo no fueron una excepción y muchos de ellos tuvieron una influencia más que notable en parte de los miembros del régimen nazi. Hemos de decir que no parece, en un principio, que Hitler estuviese especialmente interesado en estos temas, o al menos no se pronunciaba al respecto, quizás debido a que buena parte de los miembros de su alto mando eran profundamente cristianos conservadores y rechazaban de plano todas estas teorías esotéricas, fue bajo la protección de Himmler  y su Ahnenerbe donde florecieron las más extravagantes teorías del nazismo. Pero, ¿cómo se llegó hasta aquí?

Helena Blavatsky
En el artículo anterior vimos como la sociedad Thule se puede considerar como una de las organizaciones fundacionales del movimiento nazi. De hecho, Anton Drexler, el mentor político de Hitler y fundador del DAP (Partido Obrero Alemán, base del futuro Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, NASDAP), era él mismo miembro de la sociedad Thule, la cual por tanto, se puede considerar el origen del nazismo al fusionarse con los partidos de extrema derecha de Múnich de Karl Harrer. La propia sociedad Thule ya se había visto influenciada en sus creencias por las ideas lanzadas a mediados del siglo XIX por una de las "videntes" más famosas de aquella época: Helena Blavatsky (nacida en Rusia pero hija de un coronel alemán) y fundadora de la Sociedad Teosófica (1875). Fue la mala interpretación, por parte de los místicos nazis, de los estudios de dicha sociedad sobre la sabiduría oculta-espiritual, lo que sirvió como base para la teoría de la superioridad racial aria.

María Orsic
Helena sirvió como referente para la aparición de los innumerables grupos ocultistas de principios del siglo XX, en especial en los años 20. Entre ellos, uno de los que más tuvo influencia en el III Reich fue el conocido como Las Hermanas de Luz, un grupo de mujeres videntes formado por María Orsic, Chefin, Sigrum, Traute y Sira cuya principal característica eran sus largas cabelleras (incluso llegaban al suelo) que decían usar para conectar a nivel espiritual con otros mundos y seres extraterrestres evolucionados. Su relación con el poder se realizó a través de la antes mencionada Sociedad Thule. Ellas son consideradas las fundadoras o inspiradoras de la mítica Sociedad Vril, de la que no hay certeza de su existencia. La base teórica de esta organización bebía de las teorías teosóficas de mitad del XIX sobre la existencia de una sustancia vital llamada Vril (concepto que apareció por primera vez en 1871 en el libro The comming race of Vril del autor Edward Bulwer-Lytton), que servía como fuente inagotable para viajes interestelares para una raza superior que habitaba en las profundidades de la Tierra. La meta de esta organización era lograr descifrar y dominar los secretos del Vril mediante la meditación y otras prácticas ocultistas, tales como el contacto con seres extraterrestres. 

Edward Bulwer-Lytton
En teoría, la Sociedad Vril, fundada en 1921 como La Sociedad Alemana de Metafísica, perseguía la creación de máquinas capaces de realizar viajes interdimensionales e interestelares a otros mundos, dichos ingenios: el Jenseitsflugmaschine (Máquina Voladora de Otros Mundos) y el Vril Flugscheiben (Discos de Vuelo), usarían el Vril como fuente de energía. Ellas creían firmemente en la existencia de una raza extraterrestre proveniente de Aldebarán (a 68 años luz de la Tierra), una de las estrellas de la constelación de Tauro, como origen y padres de la raza aria. Su misión era reencontrase con ellos, pero necesitaban de una fuente inagotable de financiación para desarrollar sus prototipos. María Orsic (nacida en Viena de padre croata y madre austriaca), como líder de Las Hermanas de Luz, buscó dichos fondos mediante reuniones con la sociedad Thule y la DHvSS (Los Señores de la Piedra Negra, el grupo más selecto de las élites de las SS). Al menos hay constancia real de una de ellas, la cual se celebró en casa del dr Schumann, especialista en energías alternativas. En ella, María expuso una serie de escritos y planos de un objeto volador redondo, que le habrían sido revelados telepáticamente por una raza extraterrestre, para la construcción de una nave espacial impulsada por un motor de implosión que les permitiría lograr la anti-gravedad y alcanzar velocidades increíbles. Parte de esos documentos estarían escritos en un idioma antiguo indescifrables que los miembros del grupo ocultista Panbabilonistas formado por Hugo Winckler y Friedrich Delitzsch, identificarían como sumerio y a esa raza de extraterrestres con los Annunaki. Luego todo se vuelve borroso.

Rudolf von Sebottendorf

Los contactos con el poder no terminaron aquí, también es un hecho comprobado que María Orsic fue reclamada en noviembre de 1924 como médium por von Sebottendorff, uno de los miembros fundadores de Thule, para contactar con el fallecido Doetrich Eckart y a la cual asistió el más famoso de los presos del nazismo: Rudolf Hess, el cual se quedó impresionado por la sesión al ver a María Orsic entrar en trance, con los ojos en blanco y espasmos violentos. En dicha reunión, la famosa médium, de nuevo hablando con voz y lengua extraña, afirmó que hablaba en nombre de los sumi, extraterrestres provenientes de Aldebarán, los cuales serían una raza humanoide que afirmaban haber colonizado la Tierra miles de años antes, fundando Sumer y siendo los ancestros de los arios. Aunque la idea de la superioridad racial aria era uno de los pilares de estas sociedades y en principio podría considerarse que influenciaron en buena medida en la ideología racial del régimen, he de aclarar antes de continuar, que el antisemitismo ya existía mucho antes de estas ideas esotéricas/paganas y estaba muy arraigado en las comunidades cristianas de toda Europa, por lo que sinceramente creo que debe considerarse como una excusa adicional para los actos terribles que se cometieron en los campos de exterminio más que el pilar de dichos actos.

Dicho esto, es evidente que estos grupos esotéricos estaban tratando de implantar estas ideas descabelladas en el corazón del poder del III Reich, intentando influenciar a los miembros más importantes del régimen, como lo era Hess. La verdad es que en un principio no parece que tuvieran mucho éxito, pues la Sociedad Thule fue prohibida y disuelta por Hitler nada más llegar al poder, como lo demuestra también el hecho que von Sebottendorff, uno de los fundadores de Thule, fuese arrestado al publicar su libro Bevor Hitler kam (Antes de que Hitler llegase) en el que afirmaba que Mein Kampf estaba inspirado en las teorías de la Sociedad Thule, teniendo que huir finalmente a Turquía. ¿Fue este el fin de la influencia de las videntes y el esoterismo en el régimen nazi? No lo parece. Todo indica que estas ideas descabelladas si hicieron nido en el todopoderoso Reichsführer de las SS: Heinrich Himmler, quien rescataría y fundiría de algún modo las tres sociedades: Vril, Thule y DHvSS en la Ahnenerbe, la sociedad paracientífica de las SS.

Supuesto plano del Haunebu 7
Es un hecho que la rama científica de las SS bajo la supervisión de Himmler, trató de desarrollar armamento no convencional basado en teorías que podríamos calificar como pseudocientíficas, son las conocidas como Wünderwaffen (armas maravillosas) con las que pretendían someter a toda la humanidad. Dentro de esos proyectos, al parecer las ideas de María Orsic y de otros "visionarios" tuvieron una influencia destacada para que Himmler priorizará una serie de proyectos que podrían ser calificados como estrambóticos, como fueron los dispositivos voladores Haunebu o la mítica die Glocke (La campana) de la que se cree que servía como dispositivos para viajes interdimensionales. Es justo decir que de ambos no hay evidencia alguna de su construcción, aunque sí parecen existir planos de los Haunebu, no así de die Glocke. Hay rumores de que se fabricaron, ya en 1922, partes del prototipo del Haunebu en fábricas pertenecientes a Thule, pero no parece que se sostenga pues en diciembre de 1943, María Orsic junto con su acólita Sigrun, aún seguían tratando de convencer a los miembros de Thule, en una reunión celebrada en Kolberg, de que financiaran su proyecto "Aldebarán", que no era otra cosa que la creación de una nave espacial para que las médiums viajaran a una serie de planetas habitables situados en dicha estrella. 

Ya dentro de la leyenda, parece que hubo otra reunión el 22 de enero de 1944 en las que participó el propio Hitler, Himmler, el dr Schumann de la Universidad Técnica de Múnich y Kunkel (miembro destacado de Vril) en la que se acordó crear un prototipo de dispositivo Vril, el Jäger 7. ¿Es esto posible? Quizás. En esas fechas la guerra empezaba a torcerse para Hitler, quien había perdido ya su amado VI ejército en Stalingrado y se encontraba en plena retirada de Rusia, en Italia frente al avance aliado y esperaba el temido desembarco aliado en Francia, la desesperación por un arma que le permitiese revertir tamaños reveses es probable que le hiciese ceder en esta clase de asuntos. 

Hans Kammler
Pero, ¿hicieron dicho dispositivo o al menos lo intentaron? Por desgracia es probable que nunca lo sepamos, pues María Orsic desapareció en 1945 y nunca más se volvió a tener noticias de su paradero, de ella solo queda una carta dirigida a sus seguidores que termina con una misteriosa frase: niemand bleibt hier, no hay nadie aquí. También desapareció Hans Kammler, el único alto oficial de las SS capaz de confirmar dichos hechos, pues era el director científico de todos los proyectos de desarrollo de armas secretas de Hitler: como las V2, el Me-262 (el primer avión a reacción), el proyecto de la bomba nuclear y a quien supuestamente se le encargó la fabricación de los Haunebu y die Glocke en un complejo militar secreto llamado der Riese. Su desaparición, al igual que la de María, sigue siendo uno de los grandes misterios de la II Guerra Mundial. Algunos creen que se suicidó, otros que lo capturaron los americanos quienes le obligaron a trabajar para ellos y los más conspiranoicos afirman que huyó con Orsic a Aldebarán en un dispositivo Vril, algo difícil de sostener. En cualquier caso, es innegable la influencia de estas videntes en los planes de Himmler y por tanto del Reich. Ellas no fueron las únicas, la semana que viene hablaremos de otro capítulo desconocido, para el gran público al menos, del ocultismo en el II Reich: Karl Maria Wiligut y el castillo de Wewelsburg.







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