U
na de las grandes preguntas que me tiene inquieto es la deriva hacia la que se dirige la humanidad. Es cierto que en momentos de crisis tendemos al catastrofismo, a verlo todo de color negro. Siempre las ha habido, de mil tipos y colores, pero de todas se ha salido, mejor o peor. Creo que esta vez es diferente, que nos acercamos a un final de ciclo si es que no estamos inmersos ya en él. Tal y como lo veo estamos al final de nuestra civilización, el final de una forma de ser y actuar, a la cual seguirá una nueva y sinceramente creo que será mejor, siempre lo ha sido y esta vez no tiene por qué ser diferente por muy duro que sea el parto de lo que tenga que venir, sea lo que sea.

En los siguientes artículos trataré de daros mi visión de la humanidad, pasada, presente y futura, trataré de explicar por qué creo que estamos al final de un largo camino, qué es lo que nos ha llevado hasta aquí y lo que nos hará cambiar. Espero y os animo a que comentéis el artículo, yo no tengo la verdad, sólo una forma de ver las cosas, que puede ser la correcta o estar equivocada, y a diferencia de muchos estoy dispuesto a enriquecer o cambiar mi forma de entender la humanidad con vuestras aportaciones, al final es de lo que se trata, de enriquecernos mutuamente.
Pero vayamos por partes. ¿Hay algo nuevo bajo el Sol? Nos parece que nuestra sociedad es muy diferente a las civilizaciones antiguas, que nada tenemos que ver con ellos con nuestros i-pads, tarjetas de crédito, rascacielos, coches y aviones. Es cierto que somos una sociedad tecnológica, la e-humanidad, pero ¿en verdad eso nos hace tan diferentes a un minoico, romano o a un griego? La respuesta es que no, aunque no lo creáis, tal y como dijo Salomón: no hay nada nuevo bajo el Sol. Las relaciones humanas, nuestra forma de interactuar entre nosotros, nuestra estructuración social es básicamente la misma desde hace más de 8.000 años, probablemente un poco más. Lo único que han cambiado son los utensilios que usamos, la base de la civilización es exactamente la misma. En este artículo trataré de mostraros como no hay nada nuevo, empecemos por la tecnología.
Nos maravillamos ante los robots japoneses, por ejemplo hoy en la televisión hablaban como un gran avance la creación de un jaguar mecánico que podía correr a gran velocidad y saltar obstáculos. Esto sí que marca una gran diferencia con los antiguos me diréis, pero… resulta que King-su Tse (chino, como no, ¡parece que ellos lo han inventado todo!) en el 500 a. C. creó una urraca voladora de madera-bambú y un caballo que saltaba… ¿sorprendidos? Sigamos.


Una curiosidad más: Los famosos reproductores de música tampoco son novedad, en la tumba del primer emperador de la dinastía Han (206 a.c) se encontró una orquesta mecánica de muñecos que reproducían melodías de forma automática. Como podéis comprobar los autómatas y robots que tanto nos maravillan hoy en día ya existían en la antigüedad, hay miles de ejemplos de ellos, yo os he dado unos cuantos, es cierto que hoy en día son más sofisticados, más complejos, pero en el fondo sirven para lo mismo.

También los antiguos disfrutaban de la lectura, el teatro y las vacaciones, si, los romanos también tenían el apartamentito en la playa y en verano marchaban a esas zonas de veraneo, Pompeya era la Marbella de la antigüedad. También hacían viajes de turismo y de peregrinación, tenían sus bares, juegos de cartas y dados… exactamente como hoy en día.
Las relaciones sociales entre humanos también han sido las mismas desde Babilonia, donde ha imperado el individualismo frente al conjunto. Toda nuestra civilización, durante 8.000 años ha girado alrededor de un concepto muy sencillo salvo unas cuantas excepciones: realizar un trabajo para obtener algo que intercambiar para poder conseguir otros bienes y siempre (o casi) para un beneficio unipersonal/familiar. Lo hemos complicado mucho, lo hemos vestido de mil formas, pero siempre ha sido lo mimo: Comercio y eso ha sido así desde las primeras ciudades estado de Mesopotamia.
Entonces, ¿la humanidad siempre se ha comportado del mismo modo? No, al menos que se sepa ha habido otra civilización humana, otra forma de ser y comportarse, otra forma de entender la vida. Fue durante la prehistoria, fue cuando vivíamos en cavernas. Algo insólito sucedió a nivel global que nos hizo cambiar esa primera civilización humana conocida a la actual, y eso algo insólito fue una revolución tecnológica sin precedentes: el descubrimiento de la rueda, el fuego, la metalurgia, la agricultura y la ganadería casi al mismo tiempo en todas las partes del planeta nos cambió para siempre. Ese es un misterio sobre el hombre que junto a otros algún día abordaré, pero primero, en el siguiente artículo daré mi visión de la actual humanidad.
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