Emblema de la Sociedad Thule |
Esta sociedad es clave para entender todo lo acontecido a lo largo de la II Guerra Mundial pues es uno de los pilares del poder nazi. Desconocida para el gran público, la sociedad Thule fue fundamental para el establecimiento, difusión y lavado de cerebro de buena parte de la sociedad alemana, implantando las teorías raciales que terminaron en lo que todos sabemos. Aunque para ser justos, hemos de reconocer que lo tenían fácil, pues la mayor parte de los europeos de mitad del siglo XX era profundamente anti-semitas. Los judíos fueron usados, desde principios de la edad media, como chivos expiatorios de todos los males que aquejaban a las sociedades europeas: pestes, desapariciones de niños, enfermedades... Pero volvamos al camino, pues no es el origen del anti-semitismo el objeto de este artículo. Para que entendamos lo enraizada que estaba la sociedad Thule en el III Reich, sirva de ejemplo que ellos controlaban el principal semanario alemán durante la contienda: Völkischer Beobachter (El observador del pueblo) y eran la base de la sección de las SS conocida como la Ahnenerbe: "Sociedad para la Investigación y Enseñanza de la Herencia Ancestral Alemana", que fue la que patrocinó y promovió diversas expediciones en busca de pruebas arqueológicas y antropológicas que demostrasen la superioridad racial aria, entre ellas la famosa expedición a Tibet que fue recreada por Hollywood en la película protagonizada por Brad Pitt: Siete años en el Tibet.
¿Y qué tiene que ver todo esto con el establecimiento de una base antártica? - querréis saber, paciencia, vamos a ello. La primera pista nos la da el propio nombre de esta secta ocultista: Thule, que es el mítico nombre dado por los eruditos grecorromanos a la supuesta nación (y a la región) que habitaba en el norte más lejano (cerca del Polo Norte) y que en griego se conoce como Hiperbórea (más allá del norte). Las teorías raciales nazis, aseguraban que dicho pueblo hiperbóreo era el origen de la humanidad y que sólo los arios podían considerase descendientes de esos hombres a los que describían como semidioses. Su afán por descubrir pruebas de dicho pueblo perdido era inmenso, como os podéis imaginar. Sí, pero la Antártida está en el sur - replicaréis, cierto, pero un poco más de paciencia. Las teorías hiperbóreas nazis provienen de una hipótesis del origen del Universo simple y llanamente estrambótica: Welteislehre, El Mundo de Hielo.
La historia aquí empieza a ser kafkiana. Esta teoría indicaba que el material primigenio del universo eran inmensas bolas de hielo que giraban en forma de espiral alrededor de las estrellas. Por supuesto, las leyes de Kepler, como tantas otras disciplinas científicas, directamente se catalogaron como falsas por parte de la ciencia nazi al ser contrarias a su teoría racial. Bien, según lo descrito en la teoría del mundo hielo, estas bolas finalmente caerían sobre su estrella provocando una eyección de masa coronaria que formaría el nuevo sistema solar. Por si no fuera suficiente, según este modelo, la Tierra dispondría de 4 lunas, de las que la actual sería la única sobreviviente, pues las otras tres habrían caído sobre nuestro planeta, la última de ellas sobre el 13.000 a.c y que sería la causante de la muerte de la casi totalidad del pueblo hiperbóreo, al cual asociaban a la Atlántida. ¿Y quién propuso dicha teoría? Pues fue Hanns Hörbiger, un herrero metido a ingeniero-cosmólogo, el que cautivó con sus hipótesis al todopoderoso Heinrich Himmler, el Reichsführer de las SS, quién dio pábulo a esta teoría, publicándose en el tratado cosmológico elaborado por el partido para las élites de las SA y de las SS. Aunque parezca un loco, en verdad Hörbiger fue el descubridor de la válvula de disco y más tarde de las de alta compresión y químicas, gracias a las cuales se aumentó considerablemente la producción de acero y que hoy se usan en toda la red de transporte del gas natural. Para que os hagáis una idea, su compañía, fundada en 1925 y que actualmente, bajo el nombre de Hoerbiger, sigue siendo un referente en la fabricación de válvulas. Como poco, resulta curioso como alguien hecho a sí mismo y tan brillante elaborase una teoría tan descabellada.
Estoy seguro de que todos estos datos os parecerán interesantes, pero seguiréis sin ver la relación con la Antártida. Mundo Hielo no fue la única teoría que abrazó el nazismo, ni la más surrealista a decir verdad. La sociedad Thule, mezcló las teorías que afirmaban que la Tierra era hueca (formuladas ya en el siglo XVI) con la hipótesis de Mundo Hielo para conformar su gran relato del origen racial ario. Si la Tierra había sido una enorme bola de hielo, tal y como afirmaba Hörbiger, al solidificarse la corteza terrestre el interior se debería haber derretido de forma completa o al menos parcial. Por lo tanto, se debían haber creado grandes espacios interiores en los que los supervivientes del gran cataclismo del 13.000 a.c. se habrían refugiado, esta humanidad era según afirmaban los ancestros arios: los hiperbóreos, que habrían logrado salvar parte de su tecnología, creando grandes ciudades y una sociedad muy avanzada en el interior terrestre. El deshielo interno también habría formado gigantescos túneles de kilómetros de diámetro y pasadizos que conectarían la Tierra de extremo a extremo. El acceso a esta especie de descomunal "red de metro" se realizaría desde diferentes puntos clave diseminados por toda la superficie, pero que tendrían como principales entradas dos enormes agujeros, uno situado en el Polo Norte y otro en el Sur. ¿Empezáis a entender?
Por supuesto que es una locura, ¿pero que no lo fue en aquellos años? Hemos de entender, tal y como he explicado anteriormente, que los altos mandos de las SS y buena parte de los dirigentes del partido creían firmemente en estas teorías tal y como lo hace cualquier creyente con su fe. Para Hitler y sobretodo Himmler, quienes creían ciegamente en estas creencias, era vital encontrar el acceso a dichos pasajes, reencontrase con sus ancestros que vivían en el interior del planeta y acceder a una tecnología que les permitiese ganar la guerra y establecer el dominio ario. Por tanto, la Antártida sería un lugar clave para las SS y el III Reich y es la localización de dichas entradas al mundo subterráneo, lo que con total seguridad más impulsó a Hitler a enviar la expedición de Ritscher de 1939. Tampoco tengo dudas de que, descubiertos oasis sin hielo en el continente polar, la imaginación de ambos dirigentes debió dispararse febrilmente y no creo que perdieran de vista ni alejaran de sus pensamientos a la Antártida. ¿Pero tanto como para establecer una gran base en el Polo Sur? Lo que sabemos hasta ahora nos dice que no, pero de nuevo os quiero recordar que el libro "Die glocke" es ficción y que sólo pretendo que veáis que desde el punto de vista del interés de los alemanes, el establecimiento de dicha base era más que deseada.
Sé que os habréis quedado con más ganas de este tipo de historias, el próximo artículo os hablaré de los personajes ocultistas que rodearon a los círculos de poder del Reich, alguno de los cuales aparecen en la novela. ¡Os prometo que os vais a sorprender!
¿Y qué tiene que ver todo esto con el establecimiento de una base antártica? - querréis saber, paciencia, vamos a ello. La primera pista nos la da el propio nombre de esta secta ocultista: Thule, que es el mítico nombre dado por los eruditos grecorromanos a la supuesta nación (y a la región) que habitaba en el norte más lejano (cerca del Polo Norte) y que en griego se conoce como Hiperbórea (más allá del norte). Las teorías raciales nazis, aseguraban que dicho pueblo hiperbóreo era el origen de la humanidad y que sólo los arios podían considerase descendientes de esos hombres a los que describían como semidioses. Su afán por descubrir pruebas de dicho pueblo perdido era inmenso, como os podéis imaginar. Sí, pero la Antártida está en el sur - replicaréis, cierto, pero un poco más de paciencia. Las teorías hiperbóreas nazis provienen de una hipótesis del origen del Universo simple y llanamente estrambótica: Welteislehre, El Mundo de Hielo.
Hanns Hörbiger |
La historia aquí empieza a ser kafkiana. Esta teoría indicaba que el material primigenio del universo eran inmensas bolas de hielo que giraban en forma de espiral alrededor de las estrellas. Por supuesto, las leyes de Kepler, como tantas otras disciplinas científicas, directamente se catalogaron como falsas por parte de la ciencia nazi al ser contrarias a su teoría racial. Bien, según lo descrito en la teoría del mundo hielo, estas bolas finalmente caerían sobre su estrella provocando una eyección de masa coronaria que formaría el nuevo sistema solar. Por si no fuera suficiente, según este modelo, la Tierra dispondría de 4 lunas, de las que la actual sería la única sobreviviente, pues las otras tres habrían caído sobre nuestro planeta, la última de ellas sobre el 13.000 a.c y que sería la causante de la muerte de la casi totalidad del pueblo hiperbóreo, al cual asociaban a la Atlántida. ¿Y quién propuso dicha teoría? Pues fue Hanns Hörbiger, un herrero metido a ingeniero-cosmólogo, el que cautivó con sus hipótesis al todopoderoso Heinrich Himmler, el Reichsführer de las SS, quién dio pábulo a esta teoría, publicándose en el tratado cosmológico elaborado por el partido para las élites de las SA y de las SS. Aunque parezca un loco, en verdad Hörbiger fue el descubridor de la válvula de disco y más tarde de las de alta compresión y químicas, gracias a las cuales se aumentó considerablemente la producción de acero y que hoy se usan en toda la red de transporte del gas natural. Para que os hagáis una idea, su compañía, fundada en 1925 y que actualmente, bajo el nombre de Hoerbiger, sigue siendo un referente en la fabricación de válvulas. Como poco, resulta curioso como alguien hecho a sí mismo y tan brillante elaborase una teoría tan descabellada.
Estoy seguro de que todos estos datos os parecerán interesantes, pero seguiréis sin ver la relación con la Antártida. Mundo Hielo no fue la única teoría que abrazó el nazismo, ni la más surrealista a decir verdad. La sociedad Thule, mezcló las teorías que afirmaban que la Tierra era hueca (formuladas ya en el siglo XVI) con la hipótesis de Mundo Hielo para conformar su gran relato del origen racial ario. Si la Tierra había sido una enorme bola de hielo, tal y como afirmaba Hörbiger, al solidificarse la corteza terrestre el interior se debería haber derretido de forma completa o al menos parcial. Por lo tanto, se debían haber creado grandes espacios interiores en los que los supervivientes del gran cataclismo del 13.000 a.c. se habrían refugiado, esta humanidad era según afirmaban los ancestros arios: los hiperbóreos, que habrían logrado salvar parte de su tecnología, creando grandes ciudades y una sociedad muy avanzada en el interior terrestre. El deshielo interno también habría formado gigantescos túneles de kilómetros de diámetro y pasadizos que conectarían la Tierra de extremo a extremo. El acceso a esta especie de descomunal "red de metro" se realizaría desde diferentes puntos clave diseminados por toda la superficie, pero que tendrían como principales entradas dos enormes agujeros, uno situado en el Polo Norte y otro en el Sur. ¿Empezáis a entender?
Por supuesto que es una locura, ¿pero que no lo fue en aquellos años? Hemos de entender, tal y como he explicado anteriormente, que los altos mandos de las SS y buena parte de los dirigentes del partido creían firmemente en estas teorías tal y como lo hace cualquier creyente con su fe. Para Hitler y sobretodo Himmler, quienes creían ciegamente en estas creencias, era vital encontrar el acceso a dichos pasajes, reencontrase con sus ancestros que vivían en el interior del planeta y acceder a una tecnología que les permitiese ganar la guerra y establecer el dominio ario. Por tanto, la Antártida sería un lugar clave para las SS y el III Reich y es la localización de dichas entradas al mundo subterráneo, lo que con total seguridad más impulsó a Hitler a enviar la expedición de Ritscher de 1939. Tampoco tengo dudas de que, descubiertos oasis sin hielo en el continente polar, la imaginación de ambos dirigentes debió dispararse febrilmente y no creo que perdieran de vista ni alejaran de sus pensamientos a la Antártida. ¿Pero tanto como para establecer una gran base en el Polo Sur? Lo que sabemos hasta ahora nos dice que no, pero de nuevo os quiero recordar que el libro "Die glocke" es ficción y que sólo pretendo que veáis que desde el punto de vista del interés de los alemanes, el establecimiento de dicha base era más que deseada.
Sé que os habréis quedado con más ganas de este tipo de historias, el próximo artículo os hablaré de los personajes ocultistas que rodearon a los círculos de poder del Reich, alguno de los cuales aparecen en la novela. ¡Os prometo que os vais a sorprender!