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viernes, 23 de mayo de 2014

Presentación de "El Despertar de Helios" en Bibliomania

 
El miércoles 21 se realizó la presentación de "El Despertar de Helios" en la librería Bibliomania, en la que el catedrático de Historia, licenciado en filosofía, autor de 5 novelas y coautor de 7 más, José Antonio Vidal Castaños, hizo los honores de realizar la presentación. Os adjunto algunas fotos del evento:

Con Jose Antonio en la mesa principal:


Con mi amigas África e Isabel :

 



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Telepatía, ¿es posible?



Sobre la telepatía (que proviene del griego tële, lejos y pathéein, experimentar), la capacidad de transmitir información de una persona a otra a través de la mente, se han escrito ríos de tinta, incluso Hollywood se ha hecho eco de esa supuesta maravillosa capacidad de la mente humana. Ha habido estudios serios sobre ella desde el ya remoto siglo XIX, como el realizado por la inglesa Society for Psychical Research, y que hasta la fecha no habían dado resultado concluyente alguno. Hay telépatas famosos, la mayoría de ellos, por no decir todos, relacionados con el mundo del espectáculo y la farándula. En definitiva, no había pruebas de su existencia y todo parecía indicar que era un “poder” más fruto del deseo del hombre que real.
 
Lo mismo se decía de la hipnosis hasta bien entrado el s. XX y ya nadie duda que sea real, solo se discute lo que se puede hacer o no con ella, o la utilidad terapéutica de la misma. Si no se ha podido demostrar aún la existencia de la telepatía es porque no será real – me refutaréis, yo creo que hasta hoy en día no teníamos ni los conocimientos ni las bases teóricas para demostrar que la telepatía puede ser real, que existe y que todos nosotros la ejercemos de un modo u otro. Yo os adelanto de que existe, lo he comprobado en persona.

Como sabéis soy químico, un científico, y siempre he visto estos fenómenos como algo ajeno, o siendo sinceros, pura charlatanería. Siempre he pensado que lo “paranormal” era producto de la fantasía humana. Respecto a la telepatía sufrí mi primer aguijonazo cuando descubrí que tanto americanos como soviéticos habían organizado grupos de telépatas para tratar de recabar a información a distancia del enemigo, pero los resultados de esos soldados telépatas habían sido muy pobres o nulos, quizás a excepción de Nina Kulagina, la más conocida telépata soviética y que en condiciones de absoluto control científico parecía disponer de dicha capacidad. Eso me reafirmó en mi convicción de que la telepatía era una soberana estupidez.

 
 

En mi juventud jamás me paré a pensar ni me fijé en si en mi vida existían episodios de telepatía, sí que es verdad que mi madre parecía adivinar todos mis pensamientos y necesidades, algo en verdad curioso, pero lo deje ahí. Solo cuando me case me planteé en experimentar y en fijarme en ellos tras conversar sobre estos temas con mi mujer. 

Empecé a comprobar que era frecuente, y vosotros a buen seguro también lo habréis experimentado, que cuando pensaba en una persona muy cercana a mí, mi padre, un amigo íntimo…durante cierto tiempo de forma curiosa recibía su vista o una llamada telefónica suya, ¿os suena verdad? Casualidad, será vuestra respuesta, yo también opinaba así, pero como siempre os digo yo no creo en la casualidad sino en la causalidad.

Fui un paso más allá, y empecé a experimentar la telepatía con mi mujer, si la telepatía existe, he de ser capaz de transmitir de forma voluntaria información a mi mujer, me dije, y me puse a ello. Empecé de forma esporádica, por ejemplo, a pensar en algún plato de cocina que hubiera hecho tiempo que no comíamos y… ¡bingo! Al poco tiempo mi mujer expresaba que le apetecía comer el plato en el que había pensado, o estar conduciendo y pedirle mentalmente que me cogiera de la mano y al minuto cogérmela, algo que no hace jamás si estoy conduciendo, por seguridad.

Sin decirle nada, como buen científico… y que me perdone mi mujer… la seguí usándo como “conejillo de indias”, cada vez de forma más rápida, nuestros cerebros de alguna forma conectaban y mi mujer parecía tener acceso a la información que yo estaba pensando en ese momento. Luego pensé que quizás yo estuviera sufriendo la misma influencia de mi mujer y cada vez que sentía un impulso irracional de hacer alguna cosa me animaba, le preguntaba y casi siempre la respuesta era la misma: ¡Justamente estaba pensando en eso hace 10 minutos!

 
¿Pero, como era posible? Ya de forma consensuada experimentamos la telepatía, yo imaginaba colores o formas y trataba de enviárselos telepáticamente a ella, por ejemplo pensar en el mar si el color es el azul, o pensar en una pelota si quería que adivinase la forma de un círculo… los aciertos eran asombrosos, en un 80-90% de los casos adivinaba el color o la forma. Para mí se hizo evidente de que algo debía haber.

He comprobado que con los amigos muy íntimos o con los que se tiene una relación especial, parece funcionar pero de forma mucho menos evidente que con mi mujer, con las personas ajenas directamente no funciona. Aquello no tenía sentido alguno, solo intuí como podría ser posible cuando descubrí, como no, el entrelazamiento cuántico departículas y la teoría del origen cuántico de la memoria y la conciencia. Entonces todas las piezas del puzle me encajaron. Antes de seguir, quiero aclararos que nada de lo que os voy a afirmar es ley o es una verdad absoluta, aunque si es cierto que hay estudios rigurosos que apuntan a la existencia de esa relación telepática entre familiares cercanos, como en el caso de gemelos. Son solo mis hipótesis, aunque mi experimentación me dice que es tan real como la gravedad. Vosotros mismos podéis experimentar sobre ello con las personas que sintáis más cercanas o más afines, quizás ya lo hayáis hecho y os haya pasado que al pensar en alguien esa persona os llama minutos después.

Si nuestra conciencia, memoria e información es de origen cuántico y todo apunta a que es así, ésta, al estar almacenada en qubits de energía, al igual que ocurrirá con los futuros ordenadores cuánticos donde la información será susceptible de ser transmitida vía inalámbrica o wifi, extrapolando a los humanos tendríamos lo que denominamos: telepatía.

¿Por qué funciona con ciertas personas y con otras no? La verdad es que no lo sé, pero el entrelazamiento cuántico de partículas es la respuesta que a día de hoy me parece más razonable. Las partículas subatómicas se entrelazan unas con otras a nivel cuántico, para ello es necesario que las partículas estén próximas unas de otras (quizás por eso los soldados telépatas no dieron los resultados esperados), no parece que dos partículas se puedan entrelazar entre sí, si están separadas a gran distancia, aunque una vez lo están la relación no se perderá por muy lejos que las separemos. Eso es un hecho demostrado, al igual que una vez entrelazadas la modificación de una conlleva la automática modificación de la otra.

Es posible que las partículas que conforman los microtúbulos de nuestro cerebro (y que parece que sostienen una conciencia de origen cuántico) puedan entrelazarse con las partículas subatómicas del cerebro de nuestras personas más cercanas. A más cercanía más partículas entrelazadas y por tanto más capacidad telepática, eso explicaría el poder “sobrenatural”de las madres de saber los pensamientos/necesidades de sus hijos, ellas habrán creado infinidad de entrelazamientos con el cerebro de sus pequeños por una razón obvia: hemos nacido de ellas.

Pero pasamos mucho tiempo con los compañeros de trabajo y no parece que esa telepatía se dé – me refutaréis.Es cierto, y eso me desconcertó en gran medida. Pero creo que a parte de la proximidad hay otro factor importante en esta ecuación, la afinidad. Nuestra mente, al igual que debería ser vuestro Facebook, no puede estar abierta a todo el mundo, a ella solo debe tener acceso a aquellos a quienes nosotros queramos invitar, por tanto debe tener un mecanismo de seguridad, una contraseña. Creo que el factor que hace de protección es la vibración, para que el fenómeno de telepatía se dé, la energía cuántica ha de “vibrar” a la misma frecuencia y dos cerebros se acoplaran mutuamente y “vibrarán” a la misma frecuencia solo si existe esa gran afinidad, es como una radio, si no pones el dial exacto no oirás la emisora que quieres escuchar.

A día de hoy de vez en cuando seguimos practicando con conceptos muy sencillos, colores, formas… y sigue dando resultados muy significativos que no pueden explicarse por la “pura chiripa”. Los conceptos complejos he de reconocer que no son tan fáciles de transmitir, casi nunca logramos hacerlo, supongo que requieren de más práctica y con ella que forcemos más conexiones cuánticas, pero para ello se requiere de tiempo… mucho tiempo y ya sabéis como es esta vida moderna.


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domingo, 18 de mayo de 2014

La conciencia


La semana pasada hablamos de que la naturaleza de la conciencia al parecer es energética, de origen cuántico (es decir, la energía creada desde de la partículas subatómicas) y no es una parte física de nuestro cuerpo. Si esto fuera así, el abanico de capacidades de las que dispone nuestro cerebro y que no hacemos uso de ellas podría sería abrumadora, también encontraríamos explicaciones a infinidad de fenómenos que hoy en día tachamos de absurdos cuando no directamente de superchería. Trataremos de ir desgranando poco a poco, pero desde luego, desde mi punto de vista, la conclusión más importante de todas es que el alma existe y es energía.

Pero vayamos paso a paso. Primero hay que conocer si es cierto que la conciencia es energía cuántica. En los años 90, el profesor de matemáticas de la Universidad de Oxford, sir Roger Penrose y el anestesista y profesor de la Universidad de Arizona Stuart Hammeroff, postularon que en el interior de las neuronas existían unas mini partículas llamadas microtúbulos que eran los responsables de sostener y generar actividad cuántica, es decir, eran el sostén de la conciencia. Su teoría se denominó la Orch OR (reducción objetiva concertada).

Como os podéis imaginar, su teoría fue criticada sin piedad, pero muy poco después de publicarla en la revista científica Physorg, se demostró la existencia de los microtúbulos. Entonces se dijo que era imposible que en el cerebro, un lugar húmedo y caliente, se pudiese crear ninguna actividad cuántica, que ningún ser biológico podía generar dicha energía y entonces se demostró su existencia en la fotosíntesis de las plantas, y luego en el olfato y en la orientación de los pájaros...

Al parecer las neuronas no condicionaban la conciencia, si no que era la energía cuántica quien condicionaba a las neuronas. Eso explicaba la milagrosa recuperación de funciones perdidas de los pacientes con graves traumatismos cerebrales, los datos, los programas, seguían ahí, no se habían perdido ya que, como dice el primer principio de la termodinámica: “la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma”.

¿Pero son solo teorías o hay algo comprobado?  Me preguntaréis, no, no son solo invenciones. El profesor Anirban Bandyopadhyay, del Instituto de Ciencias Materiales de Tsukuba, Japón, logró reproducir en laboratorio el funcionamiento de los microtúbulos, es real, la conciencia parece que es energía cuántica. Aún se está investigando sobre esta nueva naturaleza cuántica de la conciencia, a los que queráis profundizar en detalle en los experimentos de Penrose y Hammeroff, podéis leer sus estudios en la revista Physics of Life, donde fueron publicados en 2013:

- Consciousness in the Universe: A Review of the “Orch ORtheory”, DOI 10.1016/j.plrev.2013.08.003

-  Reply to criticism of the “Orch OR qubit”, DOI 10.1016/j-plrev.2013.11.00

-  Consciousness in the universe, DOI 10.1016/j-pelrev.2013.08.002
 
 
Esto nos lleva mucho más allá, explicaría, por ejemplo, porqué nuestra conciencia puede interactuar con las máquinas del experimento GCP (los mini ordenadores que se dedican en exclusiva a sacar 0 y 1 de forma aleatoria y que al parecer sus resultados se ven afectados por eventos humanos globales: grandes catástrofes, grandes alegrías como el fin de año…),que solo se dedican a influir en sus resultados, no es magia, es ciencia, es energía. Ya hemos visto como está demostrado que las partículas cuánticas son capaces de modificar de forma instantánea a sus vecinas a través del entrelazamiento cuántico, por tanto, si nuestra conciencia es energía cuántica puede modificar lo que nos rodea en función de la voluntad de nuestra conciencia, modificando las pequeñas partículas subatómicas de lo que nos rodea.

Aún hay mucho que aclarar, mucho que entender sobre el funcionamiento cuántico de nuestro cerebro, pero todo indica que nuestra memoria, lo que somos, se guarda en una nube energética cuántica sostenida por los microtúbulos neuronales, esta, al igual que en un ordenador, se almacena en forma de bits, en este caso llamados qubits (bits cuánticos). Nadie hasta ahora ha sido capaz de crear un ordenador que ni tan siquiera se acerque a las capacidades de procesamiento del cerebro. Habréis oído que las grandes multinacionales están muy cerca de lograr fabricar el primer ordenador cuántico y que éste revolucionará la informática, multiplicando la velocidad y capacidad de procesamiento por varios millones de veces del ordenador más potente del que disponemos hoy en día. Esta naturaleza cuántica explicaría el porqué de la maravilla de nuestro cerebro y su actual aplastante superioridad a cualquier máquina que hayamos fabricado.

Pero dejadme que vaya mucho más allá, la conciencia cuántica implica que la espiritualidad y la ciencia se reconciliarán de nuevo, ya que la más grande implicación de esta naturaleza de nuestro yo es que es inmortal. Cuando muere nuestro cuerpo, muere la parte física, muere nuestro PC, pero la información, lo que somos, internet si seguimos el ejemplo de los ordenadores, no muere, sigue ahí, porque hay una verdad absoluta termodinámica, la hemos dicho antes: “la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma”, por tanto, si lo que somos está almacenado en forma de energía cuántica, cuando nuestro soporte físico muera ésta no lo hará, seguirá siendo energía, pero sin un anclaje físico y sin duda será, no se destruirá. ¿Qué seremos? ¿Qué recordaremos? ¿Perderemos nuestras vivencias? No tengo la respuesta, ¡Qué más quisiera! Desde luego seguiremos siendo, otra cosa es como seamos, yo no creo que vayamos a ningún sitio lleno de arpas y angelitos bonachones, pero sin duda seremos.

Hasta ahora hay muchos fenómenos que se catalogan como paranormales, que se desprecian de forma rápida y despiadada como imposibles y que ahora cobran sentido, quizás no sean tan ilusiones como la ciencia ortodoxa nos quiere hacer ver. Por ejemplo ahí están los casos de las ECM (Experiencias cercanas a la muerte), donde personas que han muerte al menos temporalmente y luego han regresado, nos relatan vivencias increíbles, mundos fantásticos e imposibles, ¿lo son tanto? Me pregunto. Algunos de ellos hablan de que en “el otro lado” los colores se oyen y la música se ve. Locuras decimos desde nuestra racionalidad, pero es probable que seamos nosotros los equivocados, si esas personas han sufrido una liberación de su yo cuántico y pasan a ser energía… si es probable que esas experiencias sean reales, en el mundo cuántico todo es caos y todo es posible. En los siguientes artículos hablaremos de si esos fenómenos que denominamos paranormales en verdad tienen una explicación a través de la energía cuántica.


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viernes, 9 de mayo de 2014

¿Dónde está la conciencia?



Aunque a muchos os resulte extraño, nadie ha logrado aún concretar que es la conciencia humana, como se genera y donde se encuentra alojada, lo mismo ocurre con los recuerdos: la memoria. Habréis oído hablar y os habrán enseñado, que el cerebro y las neuronas son las que contienen físicamente tanto a la conciencia como la memoria, pero resulta curioso que nadie haya encontrado aún ese lugar. O que las diferentes habilidades del ser humano, el lenguaje, las habilidades artísticas, la racionalidad, la emotividad, se localizan en uno de los dos hemisferios del cerebro. Pero nada de todo ello está demostrado, más bien los últimos estudios sobre casos reales apuntan lo contrario.

La casuística médica es tozuda contra estos argumentos. A través de décadas de investigación sobre pacientes que habían sufrido lesiones graves o incluso amputaciones cerebrales, bien por graves accidentes o por extirpaciones tumorales, al cabo de cierto tiempo mostraban una mejoría sorprendente e incluso recuperaban funciones perdidas y que no casaba con la teoría estandarizada de la especialización de funciones por regiones cerebrales. La casuística es amplia, hay infinidad de estudios al respecto.

Existen pacientes que por ejemplo, teniendo destruida la región del habla, tras años de terapia lograban recuperar dicha función ante el asombro de los médicos, y más aún cuando descubrían que dicha función había “migrado” al otro hemisferio. Lo mismo ocurre con los recuerdos, existen pacientes que logran contra todo pronóstico recuperar recuerdos que la medicina oficial da por imposibles de recobrar.

¿Qué está sucediendo? Empezaron a preguntarse los médicos, neurólogos…algo no encajaba. Hasta ahora e incluso hoy en día, la concepción que se tiene sobre la conciencia y la memoria, yo no soy capaz de disociarlas, es que son un conjunto de datos que se encuentran almacenados en un recipiente físico, nuestro cerebro, por ejemplo como una foto guardada en vuestro portátil. Si el “disco duro” se quema, la foto la habréis perdido y será irrecuperable.

La realidad mostraba que en verdad esos datos no se perdían. El cerebro, con tiempo, era capaz de crear “un segundo disco duro” y recuperar la información perdida, ¿Cómo era posible? Según la medicina oficial, como un recuerdo suele estar asociado a varios sentidos, por ejemplo en un día de senderismo lo recordáis por el paisaje, el olor del bosque, el cantar de los pájaros… ese recuerdo se grababa por triplicado o cuadriplicado y por ello se tiene acceso a dicho recuerdo perdido aunque “difuminado”.

Esta explicación no resuelve por qué si lo tenemos almacenado, aunque sea en otra región, no somos capaces de acceder a él de inmediato o como en algunos casos, al realizar experimentos de recuerdos con escáneres cerebrales, porque se iluminan zonas que no deberían hacerlo y el recuerdo sorprendentemente se guarda en una región donde no debería estar.

Hay una revolucionaria teoría que da respuesta a estos interrogantes, la conciencia o la memoria no deben ser algo físico del cerebro, ni es parte de una red de neuronas, un hemisferio, el tálamo… es más bien como internet, es decir, lo que somos, nuestros recuerdos, nuestro yo, no está en nuestro cuerpo, no es algo físico y al igual que cualquier página web que se consulta, ésta se encuentra en la red global o nube, no se encuentra en el interior de vuestro PC (vuestro cuerpo) que es solo la herramienta física para decodificar lo que hay en la red.

Esa hipótesis de la conciencia extracorpórea explicaba el por qué ciertos pacientes eran capaces de recuperar funciones que debían haber estado pérdidas para siempre, era simple, la función o el recuerdo no se perdía al dañarse una parte del cerebro, solo se perdía la parte física que nos permitía acceder a dicha información.

Hago una analogía para dejar bien claro el concepto: si se os rompe el PC la información de internet no se pierde, sigue ahí, pero no tenéis el equipo para acceder a ella, pero si compráis otro PC volveréis a poder navegar por internet. Al parecer el cerebro se comporta de igual modo, si se estropea una parte del mismo, éste es capaz de reorganizarse en ciertos casos para suplir la parte dañada, los recuerdos o las funciones vuelven… y eso solo puede tener una explicación: la conciencia no está asociada directamente a la biología.
 

¿Cómo es posible? Lo es y los hechos parecen demostrarlo. Esta idea de la conciencia como parte de una red global no física, explicaría muchas cosas que poco a poco iremos desgranando, pero os quiero hacer reflexionar sobre algo de lo que ya hemos hablado. ¿Os acordáis cuando hable del proyecto GCP hace un par de semanas? ¿Cómo era posible que la conciencia humana pudiera alterar esas computadoras previendo hechos globales o a nivel individual predecir acontecimientos importantes?

Si consideramos que nuestro yo, nuestra conciencia no es biológica y aislada del resto, si la teoría de la conciencia extracorpórea que forma parte de una red global es cierta explicaría este fenómeno. La red global de la conciencia reacciona al unísono ante un hecho relevante del mismo modo que una noticia o video impactante se difunde como la pólvora por la red de internet.
 
¿Eso está muy bien, pero hay alguna base que sostenga lo que dices? -me preguntaréis. Sí, la hay. La conciencia cuántica, os imagino frente a la pantalla riendo, ¡otra vez la cuántica! Sí, otra vez, tenéis que comprender una cosa respecto a la física cuántica y la explicación científica del funcionamiento del Universo. Hasta el día de hoy la cuántica es con mucho, la que ha explicado mejor el funcionamiento real del universo, de hecho absolutamente todas las predicciones de los modelos teóricos cuánticos se han mostrado como verídicas cuando hemos tenido la tecnología apropiada para tratar de demostrar dichas predicciones: Todas.
 

Y sí, existe una teoría científica sólida sobre la naturaleza cuántica de la conciencia, basada en el reciente descubrimiento de los denominados microtúbulos cerebrales y su asombrosa función. La semana que viene hablaremos de ello.




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domingo, 4 de mayo de 2014

Fotos Presentación el Despertar de Helios y Feria del Libro



Algunas de las fotos de la Presentación del Libro: "El Despertar de Helios" en Alboraya el 11 de abril.



Feria del Libro de Valencia. Firmando en la caseta de la librería Bibliomania.


 

 
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viernes, 2 de mayo de 2014

Mi experiencia cuántica. La conspiración del Universo.


Hemos hablado mucho durante estas semanas sobre el poder de la mente, de cómo una acción conlleva asociada una reacción por parte del Universo, de cómo la ciencia está abriendo nuevos caminos que parecen entrever que aquello que considerábamos imposible, fruto de la imaginación o más claro aún: un engaño, quizás no lo sea. El Universo, en su mundo más diminuto está entrelazado y lo que afecta a una partícula termina afectando a las demás. Sí, lo sé, son sólo hipótesis, pero lo que hasta hace pocos años sólo eran hechos catalogados como fantasiosos y alejados de la realidad, ahora tienen una base científica comprobada que pueden sustentarlos: la mecánica cuántica. Mi experiencia me dice que esa relación existe y que nuestra mente tiene la capacidad de cambiar el mundo que nos rodea para amoldarlo a nuestras necesidades a través del cambio de ese mundo subatómico. Que mi experiencia es real y no es fruto del azar.
 
Ahora, si habéis llegado hasta aquí, tendréis la pregunta con mayúsculas: ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo modificar mi mundo? Esa es la cuestión que debemos resolver si queremos alcanzar la verdadera felicidad. Sólo os puedo hablar de mi experiencia personal, subjetiva pero al menos para mí real y efectiva, estoy aquí, escribiendo un blog y con un libro publicado ¿no? Os relataré el camino que seguí, quizás os sirva... quizás no y queráis seguir vuestro propio camino. No creo que haya una verdad absoluta, cada cual crea la suya propia y hay muchas sendas que llevan a la misma meta, ser dueños de nuestro propio destino. Yo os relataré el mío por si os sirviera. 


Mi viaje
 
1- Lo primero que comprendí es que el Universo, entendido como el ente al que pertenecemos (todos somos polvo de estrellas), con el que interactuamos y las partículas subatómicas que lo crean, no entienden el "no", la negatividad y tampoco atiende a lo que en lenguaje llano llamamos "malas vibraciones", un término que creo que es mucho más acertado de lo que creemos (en siguientes artículos lo desarrollare y entenderéis el porqué). Os adelanto un concepto físico: Los patrones estructurales por resonancia armónica. ¡No os asustéis, lo explicaré de forma sencilla!

Todo lo que se pide que suceda ha de ser en positivo. Os pongo un ejemplo, si se quiere un nuevo trabajo y vuestra ilusión, supongamos, es ser un gran chef, la forma de cambiar vuestra realidad no es pidiendo "NO quiero trabajar aquí", si no: "quiero ser chef". La energía ha de ser firme y tranquila.

2-Hay que tener convicción absoluta en lo que se quiere, las dudas envían información contradictoria, las partículas cuánticas se desconciertan ¿Pero cambio o no cambio? se preguntaran, sin saber en qué sentido deben hacerlo... o no lo harán... o lo harán varias veces. Mi consejo es que os toméis un respiro y con convicción absoluta, pidáis lo que queréis, dando por hecho que lo vais a obtener. Nada de "a ver si encuentro parking...", "¡Voy a tener parking a la puerta y no hay nada más que hablar!".

3-Lo que más me costó vencer fue el miedo, Si, no os extrañéis, vivimos en la sociedad del miedo. Miedo al fracaso, miedo al cambio, miedo al éxito, miedo a ser felices... Cuando fui consciente de que mi futuro estaba en mis propias manos y no en manos de la diosa Fortuna... lo confieso, tuve miedo. Es irracional y el rival más importante que me encontré por el camino: miedo a ser feliz, a merecerlo. El hecho de que esos pequeños deseos se fueran cumpliendo uno tras otro sin excepción me reafirmó la confianza en mí nueva vida cuántica

4-Paciencia, cada cosa tiene su ritmo. ¡Qué gran verdad la frase de "la paciencia es la madre de la ciencia"! No pretendáis que las cosas sucedan en un instante, la vida del "ya" que tenemos hoy en día es irreal y contra natura. La mayor parte de los cambios requieren su tiempo, eso concuerda una vez más con la lógica cuántica: las partículas se influencian por proximidad. Las cosas cotidianas las conseguiréis con bastante inmediatez, como desear una plaza de aparcamiento, que te llame un amigo, comer ese plato que tanto tiempo hace que no comes... esas relaciones se engloban dentro del primer círculo de influencia, donde es posible que ya exista ese entrelazamiento cuántico entre vuestras partículas subatómicas y las partículas más inmediatas. Empecé probando con esas pequeñas cosas y a medida que las conseguía me di cuenta de que no era charlatanería, me afianzó en mi nueva visión de la realidad y empecé a tener una vida cuántica donde trato de que el universo "conspire" a mi favor...

Los grandes cambios requieren tiempo, las partículas cuánticas se entrelazan entre sí por proximidad, para que se interrelacionen partículas lejanas primero han de hacerlo las próximas en una red que poco a poco se va extendiendo, pero no dudéis, por lejanas que estén... lo harán. En mi caso, desde que decidí ser escritor y puse por entero mi voluntad en conseguirlo, pasaron tres años. Pero no os desaniméis, por el camino aparecerán "letreros" que os confirmarán que vais en la buena dirección.
 
5- La mayor parte de nuestra vida andamos a ciegas, sin observar lo que ocurre a nuestro alrededor y por ello dejamos escapar infinidad de oportunidades que se cruzan justo delante de nuestras narices. Cuando empecé a caminar por la vida con ojos despiertos empecé a ver las señales. ¿No me creéis? Dedicarle unos minutos al siguiente vídeo, es un experimento social llevado a cabo en USA, se llama el árbol del dinero:


¿Lo habéis visto? Sorprendente ¿verdad? Andamos por la vida sin prestar atención, incluso pasamos al lado de un árbol repleto de dinero y ni nos damos cuenta de su existencia, o si lo hacemos nos da miedo acercarnos a él. La vida te proporciona las respuestas a tus dudas, a tus preguntas, te enseña el camino... pero hay que estar atentos a esas señales. He encontrado muchas, centenares, desde observo y no solo me dedico a ver, las he encontrado en películas, en carteles, en libros, en los amigos, en conocidos... como el seguir la intuición y ponerme a escribir por aburrimiento en aquel hotel de Andorra.

Os pondré un ejemplo aún más gráfico, hace pocas semanas empecé a pensar en el nombre de una saga de novelas que tengo en la cabeza y que empezaré en breve, cuando termine mi tercer libro. El nombre se resistía, quería que fuera perfecto pero no daba con él. Hoy en día, siempre estoy atento, observando y analizando lo que ocurre a mi alrededor, buscando respuestas y quién sabe si oportunidades... uno de esos días, yendo a un centro comercial al cual suelo ir con asiduidad, por donde he pasado centenares de veces, encontré la respuesta. Me fije en un diminuto cartel que siempre había estado allí y al que nunca había prestado atención, era perfecto, había encontrado la respuesta, ya tenía el nombre que tanto deseaba. ¿Cuantas oportunidades nos hemos perdido por no estar atentos?

6-Las piezas empiezan a encajar. Cuando hice la reflexión seria e interna de que es lo que quería en la vida, al poco encontré mi camino: escribir y entonces las señales empezaron a aparecer, de repente conocía que un amigo de muchos años tenía amistades en una editorial, me llegaban ideas para la novela, en la Tv hacían documentales que parecían hechos para ayudarme, caían en mis manos libros que me ayudaban en la trama...

7-Dudas. Hay momentos en los que dudas, son aquellos donde rozas con la yema de los dedos el final pero este se escapa entre los dedos y eso te hace dudar. Ahora sé que esos momentos son inevitables y lo único que te indican es que ya estás cerca, no que no lo vayas a conseguir. El Universo va construyendo tu puzle y cuando estás a punto de finalizarlo es normal que haya alguna pieza que sea del mismo color, de la misma forma, pero ves que no encaja. No importa, sabes que estás en la buena dirección y que si esta pieza no ha encajado será la siguiente... o la otra, pero la meta ya la tienes a la vista.

Todas estas experiencias, todo lo que he leído sobre la mecánica cuántica, sobre filosofía, sobre ciencia me han llevado a creer a que la vida está regida por la cuántica y que conociéndola podemos ser dueños de nuestro destino, usar nuestra mente para cambiar la realidad, algo que sólo lograremos desde un estado vital positivo, sin "malas energías". Creo que es el momento de hablar de la conciencia y de las energías. ¿Me acompañáis?



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