.comment-body { background: #FFFFFF; color: #000000; }

lunes, 30 de octubre de 2017

El misterio de la isla de Pascua

Las estatuas megalíticas de la isla de Pascua es uno de los grandes misterios que presenta la historia de la humanidad. Todos conocemos esas increíbles e impresionantes esculturas que en verdad no sabemos muy bien a quien representan, aunque las últimas investigaciones parecen demostrar que dentro de los "sombreros" (llamados puka o hau hiti rau) de las estatuas hay restos humanos, quizás sean las tumbas funerarias de los antiguos reyes de Pascua. La historia oficial nos dice que el pueblo Rapa Nui colonizó dichas tierras sobre el año 600 de nuestra era y que fueron ellos los que erigieron los enormes monumentos  megalíticos, tallando y transportando dichas esculturas utilizando los troncos de las palmas chilenas, el árbol por excelencia de la isla, pues Pascua posee un clima tropical. Esto ya es chocante de por sí, pues como supondréis, esa madera no es precisamente resistente como la de un roble. Pero sigamos. Según se nos cuenta, finalmente fue la rivalidad entre clanes por ver quién creaba más estatuas moái lo que llevó a que se talaran todas las palmeras, a la desertificación y a una hambruna tal que llevó a una guerra fratricida entre sus habitantes que casi les llevó a su desaparición y a que se dejaran de crear estatuas.



Entonces... ¿ya está? ¿Ese es todo el misterio?  - os preguntaréis. Es evidente que no. Lo primero que cabe preguntarse es porqué las construyeron mirando hacia el interior de la isla y no hacia el mar, desde donde llegaron los Rapa Nui para colonizar Pascua. Quizás este sea el menor de los misterios, la isla es de origen volcánico, de hecho está formada por tres volcanes y bien los pudieron levantar como tumbas de sus ancestros para que actuaran como guardianes y protectores frente a la naturaleza. De nuevo la cosa se pone más peliaguda cuando empezamos a analizar las estatuas en sí. Su tallado, más allá de la necesaria destreza artística y a diferencia de los megalitos europeos hechos de granito, en verdad no suponen un desafió técnico, pues los moái en su mayoría están tallados en una roca volcánica blanda y relativamente fácil de moldear llamada toba. El desafío mayor está, al igual que en Europa, en el peso de los aproximadamente 900 moái, que van de las 30 y las 200 toneladas, por lo que su transporte en una zona no precisamente muy llana simple y llanamente resulta un esfuerzo descomunal. Más aún, si tenemos en cuenta que en su máximo apogeo, la población de la isla alcanzó sólo los 9.000 habitantes contando niños y ancianos. 

Pero supongamos que todos se dedicaban 3 semanas o un mes entero al año a mover moáis, en un periodo de 1.500 años, bueno, es posible hacerlo, además, la arqueología ha descubierto recientemente al menos tres antiguas carreteras creadas por los habitantes para trasladar las gigantescas estatuas. Bueno, tampoco es tan raro y demuestra que lo pudieron hacer - diréis, cierto, pero es que estas carreteras no son planas y muestran una sección transversal en forma de V, lo que hace pensar que usaron algún tipo de mecanismo sofisticado con palancas de madera para hacer "caminar" las estatuas hasta el lugar donde iban a ser colocadas, tal y como dicen las leyendas Rapa Nui. ¿Podría ser? Por qué no, nada extraño, pero lo sorprendente es que tuviesen esos conocimientos de ingeniería / física para construir carreteras y mecanismos complejos y que estos no se aplicasen en el resto de los aspectos de su vida cotidiana. Es muy chocante comprobar que el resto de sus construcciones/civilización fuesen más bien primitivas. Me explico mejor: Es como si los romanos hubiesen construido la maravilla de su red de carreteras con puentes incluidos pero sus ciudades fuesen de muros de piedra y techos de madera y paja... No tendría sentido ¿verdad?

Pero... ¿fueron realmente los Rapa Nui quienes los construyeron? Ya resulta extraño, que siendo una isla tan pequeña, con tan pocos habitantes y ellos los propios constructores, que tengan leyendas de que los moái, de forma mágica, caminaban por la isla hasta encontrar su lugar de reposo. Os pongo un ejemplo de lo que quiero decir: No encontraréis ninguna leyenda egipcia que hable de cómo se erigieron los gigantescos obeliscos al saberlo perfectamente, pues habían sido ellos. Las leyendas siempre se crean para explicar el origen de algo que no se sabe muy bien como se ha creado, nunca para algo de lo que se sabe perfectamente cuál es su origen. Es como si los Rapa Nui se hubiesen encontrado con dichas estatuas al llegar a Pascua y hubiesen creado dicha leyenda para explicar su origen. 


Insistiendo en esta idea, que muchos tacharán de estrafalaria, tenemos que hablar de la edad de los moái, que es la piedra angular del misterio de Pascua. Se nos dice que la estatua más antigua data del 600 d.c. ¿Por qué esta datación? Sencillo, es cuando se habitó la isla, responderán desde la ortodoxia. ¿Esto es así? - debemos preguntarnos. Pues al parecer no. Muchos sabréis que la mayoría de los moái solo muestran sus famosas cabezas alargadas y que todos hemos visto miles de veces, lo que pocos sabréis es que esas cabezas no son tales y que en verdad son figuras de cuerpo entero que están sepultadas. El primer dato curioso es que las estatuas enterradas son diferentes en dos aspectos respecto a las que no lo están. El primero es que son más grandes que las primeras, el segundo es mucho más desconcertante: las enterradas presentan inscripciones y las descubiertas no. Desde un punto de vista racional, no cabe más que suponer que hay dos periodos diferenciados de construcción de moáis. Quizás alguien pueda pensar que el motivo pueda ser porque las estatuas tenían funcionalidades diferentes y por eso unos fueron enterrados/grabados, por ejemplo, para enviar mensajes a los Dioses de la tierra, y los otros no. Esa sería una buena teoría pero las evidencias arqueológicas demuestran sin ningún género de duda que las estatuas no fueron sepultadas por el hombre si no por el paso del tiempo y aquí queridos lectores es donde viene el verdadero quebradero de cabeza que presenta Pascua.

Todos sabéis que la estratificación y el cómo se depositan los materiales de sedimentación en un suelo nos da, de forma bastante aproximada y exacta al igual que los anillos de un árbol, los periodos temporales y la antigüedad del terreno que se excava. Algunas de las estatuas desenterradas, como la de la imagen, tienen una profundidad de casi 8 metros, la sedimentación / compactación natural del terreno y la profundidad nos dice que el tiempo necesario para que se depositarán esos 8 metros de sedimentos y por lo tanto la antigüedad de la estatua, es de unos 15.000 y no 1.500 años como nos dice la ortodoxia. De nuevo la mágica fecha del 10.000-12.000 a.c. de la que he hablado en numerosos artículos. Es evidente que no pudieron ser los Rapa Nui quienes esculpieron los moái, no al menos los monolitos semi-enterrados en la tierra, eso daría sentido a que tengan leyendas sobre su creación: ellos no las construyeron, pero entonces... ¿quién los hizo?

Aquí las teorías de la conspiración se disparan y hasta se afirma que son obra de seres extraterrestres. Yo voy a ser bastante más cauto respecto a mi hipótesis pero por ello no menos osado. Las fechas que arroja la geología son impactantes y por ello muchos las negarán o simplemente las obviarán, lo que molesta a la posición oficial suele acabar soterrado, pero son las que son y deben tener una explicación. Antes de exponer cual es mi teoría es necesario que se entienda que por muy especiales que sean los moái, su estilo artístico no es ni mucho menos único. En indonesia, en el valle de Bada encontramos figuras similares:






A pesar de sus peculiaridades, no podemos negar la similitud entre ambos estilos, mismo diseño y de representación del rostro: Nariz y arcos superciliares remarcados, de esculpir los torsos, la posición de los brazos... Nadie sabe datar la edad de las figuras de Bada, pues la roca no se puede datar si por ejemplo, no ha sido sepultada por el paso del tiempo, pero las especulaciones, al igual que en Pascua, oscilan entre los 1.000 hasta los 10.000 años de antigüedad. Bueno, todo es Oceanía y quizás hubo una transmisión cultural por una primera colonización de Pascua proviniente de dicho valle... Sí, es plausible... pero claro, uno se queda atónito cuando ve la representación de los dioses gemelos en el valle de Zuñi, Nuevo México:




Simple y llanamente son casi idénticas. Más perplejos nos quedamos cuando las estatuas de Pascua se las compara con las esculturas de las islas Cicladas en Grecia:




Para mí es evidente que hay una influencia mutua entre estos cuatro estilos de arte y este es el gran misterio con el que nos desafía Pascua, ¿Es posible que en lugares del planeta separados entre sí 15.000 km hicieran el mismo tipo de representación? Yo creo que no, demasiada casualidad y ya sabéis que yo no creo en el azar. Además, me reservo un as en la manga. En Pascua y Bada las estatuas siempre suelen estar representadas de pie pero en ambos casos hay una excepción única, una estatua representada con piernas talladas:


 



En las Cicladas también encontramos esta excepcionalidad, aunque es cierto que aquí las estatuas erguidas si se les detalla las piernas.

Tal y como yo lo veo, la única explicación plausible es, de nuevo, que mucho antes de lo que se cree haya existido una civilización capaz de hacer navegación oceánica, propagando dicho arte y concepto de representación que observamos desde Pascua a las Cicladas. Y por supuesto, estoy hablando de ese pueblo a los que los griegos llamaron atlantes. Sé que suena descabellado, pero como he expuesto en artículos anteriores, no lo es. Es arte y arquitectura similar en todo el mundo, mismos mitos sobre el pasado más remoto, leyendas sobre un pueblo avanzado a lo largo de todo el planeta. Pero de nuevo falta la gran evidencia y es lógico que los escépticos la pidan (así debe ser): ¿Dónde están los restos de esa civilización? No hay evidencia geológica de que ninguna gran isla se hundiese, no hay huecos sobrantes entre los continentes... Y yo me pregunto: ¿Y sí siempre la hemos tenido ahí, a la vista? ¿Y si el relato se modificó con el paso de los siglos y la Atlántida no se hundió, si no que se congeló? En el próximo artículo más.


lunes, 2 de octubre de 2017

Recuperando el camino

La semana pasada anuncié que por fin voy a publicar mi segunda novela: Die Glocke, lo que quizás no sabéis es que el camino no ha sido ni mucho menos fácil. Quiero compartir todo el proceso con vosotros, tanto los momentos oscuros como los alegres, esperando que os sirvan como experiencia de vida si estáis embarcados en perseguir su sueño. 

¡Nueva Editorial, nuevos precios!Los que me conocéis sabréis, o si habéis leído mis artículos, que creo en el poder de la mente, que quizás sea la base de ese conocido refrán de: "quien la sigue la consigue". Os he contado como al dejar mi trabajo por circunstancias de la vida que no vienen al caso, me volqué en cuerpo y alma a lograr mi sueño: ser escritor, puse fe ciega en el proyecto, mis esperanzas y todos mis sentidos en ello y la verdad es que lo logré. Sólo pensaba en escribir y en ser escritor. Os podéis imaginar que ser publicado es una gran satisfacción, para mí fue lograr el sueño de mi vida y la ilusión que puse en el primer libro fue inmensa, pero hubo otra realidad que no os he contado y que vista con la perspectiva  del tiempo a mí se me ha hecho muy clara: me paré a unos pocos cientos de metros de la meta. Me salí del camino. En las siguientes líneas os explicaré el porqué. 

Sabéis que en muchas de mis dedicatorias pongo que persigáis vuestros sueños, con cabeza sí, pero persistentes y tozudos como una mula, que es el único camino al éxito y que no hay que cejar nunca. Lo escribo porque así lo siento, pero tras la publicación del primer libro os tengo que ser sinceros: no seguí mi propio consejo. No fue muy buena decisión. La verdad es que me deje llevar por las circunstancias, que las cosas llegaran por si solas, sin dedicar el 100% de mis pensamientos a la escritura, a los libros, a "El despertar de Helios". Como aquel que se ve con unos metros de ventaja ante la meta y creyendo tenerlo todo hecho se deja llevar. Por supuesto no gané. La meta no era ser publicado, la meta era ser escritor y vivir de ello. No creáis que no me esforcé o que no puse ilusión, pero olvidé que era escritor y pudiendo, no escribí todo lo que hubiese debido escribir para seguir lanzando al universo que seguía siendo escritor. Además, se juntó con un enfoque editorial y de negocio por parte de mi anterior editorial completamente equivocado, que para más inri se mezclaba con cierta dejadez, al menos desde mi punto de vista y mi experiencia personal.
Resultado de imagen de dharma budismo
Con este panorama sucedió lo que debía suceder: el libro gustaba mucho pero no llegó a despegar (y sigue gustando, pues lo ha re-editado mi nueva editorial: Sargantana bajo el sello NPQ). Era imposible. La ilusión primera se desvaneció al año y medio de estar la novela publicada, llegó el pesimismo que se acrecentó con cada logro que conseguía y que la editorial ignoraba. Era escritor, comercial, distribuidor, debía conseguir yo las librerías, los contactos... y lo logré a cierto nivel, incluso importante pues no es cualquier cosa que la primera librería de Valencia ponga tu libro al lado de George RR Martins. Pero no sirvió de nada, pues tampoco supieron aprovechar la oportunidad. Todo en su conjunto, me llevó a una situación insostenible y de nuevo me equivoqué en las decisiones. 

En ese momento debí haberme dado cuenta de que el rumbo no era el correcto, que estaba fuera del camino y que debía poner de nuevo los dos pies dentro de él. Y lo podía haber hecho. Por aquel entonces el contrato editorial había expirado, en ese mismo momento debí haber pedido la rescisión pero no lo hice, no dije nada y deje que el libro languideciera sin molestarme en su difusión ¿Para qué? Todo lo que haga va a acabar en saco roto - pensaba, y no sin razón, pero debería haber hecho algo al respecto. La verdad es que me enfade con la vida, con que me pusiera la miel en los labios y luego me la quitase, y por si faltaba algo las facturas golpeaban la puerta pidiendo ser pagadas. Por supuesto tuve que buscar trabajo, lo que me llevó a deprimirme aún más y que las cosas saliesen mal. Sí, seguí publicando mis artículos en esta web, pero no era suficiente. La verdad es que tocar fondo ha sido mi tabla de salvación, pues encontrarse en ciertas situaciones, sobre todo las desagradables, hacen que despiertes y que quieras cambiar. 

En esos años perdí la fe, deje de ser lo que soy: escritor (mejor o peor, eso juzgarlo vosotros), pero afortunadamente logré despertar del letargo y de nuevo puse todos mis deseos y mis energías en escribir, en ser publicado dejando todo lo demás a un segundo plano... En estas líneas os lo cuento muy rápido y el tiempo parece ser corto, pero no lo fue ni desde luego a mí me lo pareció. Pero al final el universo hizo otra vez su magia.
Resultado de imagen de sargantana
En mi anterior trabajo solía dar una vuelta a la manzana para despejarme, estuve un año así, una vez tocado fondo empecé a pedir de nuevo que se publicase mi segunda novela,  de tener una segunda oportunidad, de volver a sentirme escritor. Bien, a las pocas semanas de recitar dicho mantra mental, en uno de esos paseos cortos de 10 minutos, me encontré con Paz. Con ella y Kike firmé en la caseta de su editorial mis dos primeros años como escritor en feria de Valencia... ¡Resultó que habían trasladado su editorial justo en el edificio que colindaba con mis oficinas! ¿Casualidad? Ya sabéis que no creo en ellas. Llevaban allí el mismo tiempo que yo en ese trabajo y no nos habíamos cruzado antes y no volvimos hacerlo los cuatro o cinco meses que seguí en ese trabajo.... En ese breve saludo hablamos de mi primera novela, mostró interés sobre la segunda y ahí quedo la cosa, una charla de no más de cinco minutos.

A pesar de todo, en ese momento volví a la que creo que es mi vida: escribir. La necesidad de cambiar de editorial se me hizo entonces evidente y el hecho de que quería salir de donde estaba, a pesar de ser un buen trabajo, empezó a hacerse una necesidad vital. Y de nuevo todo se alineó. No me renovaron, para muchos debería ser un trauma, pues el mundo laboral en España no es muy halagüeño, pero la verdad es que me sentí liberado, y por fortuna (yo creo que la causalidad) encontré, literalmente, mi actual trabajo a los tres días. Todo empezó a encajar de nuevo, pues aquí me he reencontrado con antiguos compañeros (y no pocos) que lo primero que me dijeron fue: ¡No dejes de escribir! ¡Quiero leer el segundo libro! ¡No abandones! La verdad es que me recordaban consejos que les había dado con anterioridad y que había olvidado. Finalmente me levante por completo de mi pesadumbre, lleve el libro a Sargantana y obtuvo una valoración más que excelente y un rotundo sí a su publicación, los lectores profesionales de la editorial de nuevo han destacado que la novela es muy buena porque engancha desde el principio y no te suelta hasta el final. A parte de mi mujer Ana, mi verdadero sostén, luego estuvo Alicia, mi buena amiga Alicia... quien me hizo ver de una forma cruda y sincera que fuera de mi camino simple y llanamente iba a ser muy infeliz con un breve pero contundente interrogatorio que resumiré en un pequeño trozo de la conversación: 

- ¿Qué quieres ser?

- Escritor - le respondí.

- Y entonces... ¿A qué narices estás esperando para volver a escribir de una puñetera vez?

No necesité oír más, de nuevo estaba con las pilas recargadas al 100%. Y sí, aunque llego muy cansado, a casa y muchas veces no tengo ánimos para escribir, otra de las tareas que me impongo es agradecer dos o tres veces al día este trabajo que nada tiene que ver con la escritura, pues paga mis facturas y me permite seguir soñando con vivir de los libros, pues no es un fin si no la herramienta para conseguir lo que quiero: ganarme la vida como escritor. Y así lo creo de verdad.  También, no pasan ni cuatro horas que no haga algo por mi vida de escritor: continúo con el 4º libro, pienso de que hablar en el blog, busco contactos que me puedan ayudar a difundir las novelas, esto también me mantiene activo y centrado... 

¿Por qué os cuento todo esto? Porque quiero que busquéis vuestro camino, que no cejéis en seguir vuestras metas, en que por muy cuesta arriba que se ponga todo no caigáis en el pesimismo, que si caéis os volváis a levantar tantas veces cono sean necesarias. El éxito consiste en levantarse con cada tropiezo y seguir adelante, aprendiendo de los errores, en no desviarse ni un milímetro de la meta. La meta vale la pena, pues es la plena felicidad, el fracaso no es una opción, pues no quiero vivir una vida que no deseo, es demasiado corta. También quiero servir de experimento para que comprobéis si el poder de la mente y la voluntad puede obrar milagros, pues ganarse la vida como escritor es extremadamente difícil. Creo que pidiendo firmemente al universo que es lo que se quiere ser, de corazón, sin tapujos, eliminando todos prejuicios previos, todas esas trapas mentales que nos hacemos a nosotros mismos y que son sólo palos en las ruedas, lograrás con un 100% de seguridad tus objetivos. Ahora que no soy nadie, quiero servir de conejillo de indias, ya sabéis que mi mente está puesta y fijada tozudamente en un objetivo, ¿lograré ser un novelista con éxito? Bueno, acompañarme y lo averiguaréis. Sé que muchos os reiréis de mis reflexiones, pero... si acaso lo lograse, por favor, no miréis a otro lado y encontrar el coraje para enfrentar la vida y ser lo que en el fondo queréis ser. No dejéis que nadie os diga, sobre todo vuestro propio yo interno, que es imposible.  Soltad vuestras cadenas y lanzaros, sin miedo, ir haciendo para conseguir ser lo que queréis ser. No es fácil, ni se logra de un día para otro. Yo ya no tengo vuelta atrás, aunque pasen 20 o 30 años más, seguiré persiguiendo mi sueño al mil por cien.