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miércoles, 20 de enero de 2016

El futuro nos atrapa

De nuevo ha habido una serie de noticias que como siempre pasan desapercibidas para la gran mayoría del público, pues se han de buscar en secciones concretas de los medios digitales y a veces solo se pueden encontrar en páginas más especializadas. Son de esas noticias que se agradecería que aparecieran en los telediarios en vez de tantas desgracias y muertes. Uno no sabe ya si en verdad vende la sangre y la violencia en vez de lo positivo porque el ser humano es así o se nos hace consumir sangre y vísceras porque a alguien le interesa que así sea. Pero esto sería entrar en otro debate.
 
 
En este último mes he leído dos noticias que son como una ventana a un futuro que la mayoría de nosotros veremos y que de nuevo nos plantearán retos enormes como sociedad. Muchos habréis oído hablar de los coches de Google (quizás no), ya sabéis: El proyecto estrella de la multinacional americana y en el que se están invirtiendo cientos de millones de dólares probando coches sin conductor en entornos reales. Bien, en estas semanas pasadas realizaron su informe anual sobre el estado del proyecto: En 2015 estos coches sin conductor realizaron en un año la friolera de 2,1 millones de kilómetros con tráfico real y 3 millones diarios en un simulador. Por mayor seguridad, en los coches de Google siempre va un conductor, el cual si no ocurre nada no toca los mandos del vehículo. El número de incidentes que obligaron a desconectar el piloto automático fue de 341, de los cuales la toma de los mandos del conductor humano evitó 13 accidentes, desconocemos si graves o no...
 
En 2016 sus pretensiones son erradicar dichos errores a cero. No sé si lo lograrán este año que entra, el siguiente o dentro de dos, pero no tardarán mucho más. Y no solo son ellos quienes van tras el coche sin conductor: Tesla, Nissan y Mercedes también tienen muy avanzados sus prototipos con buenos resultados. Es fácil de imaginar que este avance revolucionará el transporte terrestre de personas y de mercancías. Es muy probable que dentro de tan solo 10 años la profesión de conductor y chofer sea una reminiscencia del pasado.
 
La otra gran noticia hace referencia a la gran revolución que está por venir: las IA, las Inteligencias Artificiales, las cuales han dado un paso de gigante en 2015. Como ya comenté en artículos anteriores, las computadoras tendrán capacidad de aprendizaje y tendrán una inteligencia comparable a la humana. Las máquinas capaces de pensar, combinadas con los increíbles progresos de la robótica, sustituirán a millones de humanos de sus puestos de trabajo: teleoperadores, recepcionistas, operarios de todo tipo, oficinistas, operarios de banca, contables, economistas... Tan solo hace unas pocas semanas escribía al respecto, tratando de echar un vistazo al tipo de sociedad que estaba por venir... Lo que no preveía es que estuviera tan cerca. El gran obstáculo de las IA ha saltado hecho añicos. Hasta el año pasado los científicos se topaban con una enorme barrera: para hacer que una máquina fuera capaz de pensar por sí misma y aprender, se necesitaba insertarle una titánica cantidad de rutinas, subrutinas y preguntas de aprendizaje. Bien, los científicos ya han logrado que una IA sea capaz de iniciar su aprendizaje con la sola formulación de una pregunta. Al igual que con Google, serán una realidad en un par de años y no en una o dos décadas.

Hace poco surgió una noticia que pasó desapercibida, Eugene, una IA basada en los desarrollos de los programadores ucranianos Veselov y Demchenk en San Petersburgo, ha logrado superar por primera vez el test de Turing (por el investigador Alan Turing), en éste un grupo de humanos, sin ver a su interlocutor, han de determinar en base a sus respuestas si es humano o una máquina... Eugene les convenció de que era un niño humano de 13 años.
 
El futuro nos alcanza a pasos agigantados, ¿Qué será? ¿Para bien o para mal? Muchos podréis pensar que son exageraciones, pero incluso una de las mentes más brillantes que posee la humanidad en la actualidad: Stephen Hawking ha mostrado su gran preocupación al respecto, pues piensa que el ser humano se enfrenta a su propia apocalipsis: el colapso de la sociedad. En sus declaraciones ha afirmado:

«El desarrollo de una completa inteligencia artificial podría traducirse en el fin de la raza humana», ha advertido.

Muchos quizás estéis pensando en un final como Terminator, con una sublevación de las máquinas. Hawking, y yo estoy de acuerdo con él, está pensando en que el ser humano es muy probable que no gestione bien ese futuro a tenor de nuestro comportamiento actual. En sus propias palabras:

"Si las máquinas producen todo lo que necesitamos, el resultado dependerá del modo en que las cosas se distribuyan. Todo el mundo podría disfrutar de una vida de lujos y ocio si los bienes producidos por las máquinas son compartidos. Pero también podría pasar que la mayoría de personas acabaran siendo miserablemente pobres si los propietarios de las máquinas tuvieran éxito con sus presiones políticas en contra de la redistribución de la riqueza. Hasta el momento, la tendencia parece encarada hacia la segunda opción, propiciando que la desigualdad siga creciendo".

Un mundo donde el 5% de la población controle el 99% de la riqueza está abocado al colapso y a una sangrienta revolución, que con la tecnología actual podría ser, tal y como afirma Hawking, el apocalipsis de la humanidad y nuestra auto-destrucción. Según el propio científico: "El capitalismo es más peligroso que los robots" y yo estoy de acuerdo con él. En un sistema dónde todo vale para maximizar beneficios, acosta de lo que sea, dónde casi todas las grandes multi-nacionales montan sus fábricas en el tercer mundo pagando miserias incluso para países con salarios irrisorios, donde se ha establecido que si hoy gano 200 mañana he de ganar 300 a cualquier precio, donde si he ganado 50 cuando antes ganaba 100 se considera que he perdido y no ganado 50 y destrozo a quien haga falta para volver a ganar 100... En un mundo así y viendo los antecedentes históricos, es muy previsible que quién controle las máquinas no se comporte por voluntad propia con sentido común. No hay mayor droga que el dinero y el poder, frutos de nuestro desmesurado super-ego del que ya alertaron Freud y Jung.

La humanidad que está a la vuelta de la esquina y que veremos deberá dar un salto de conciencia si no quiere colapsar, pues como bien dice Hawking: o vamos a una sociedad donde todo el planeta sea justo o acabaremos aniquilándonos los unos a los otros. Para que todos seamos prósperos no queda otra, incluso a corto plazo, que empezar a salir de nuestra amada Tierra hacia nuevos mundos. Empezar a pensar como especie en vez de en clanes del tamaño que queráis (Nacionales, regionales, familiares...).  Sabéis que soy optimista y que creo que lo lograremos, lo que no sé es cuantas lágrimas nos costará el cambio.

Depende de nosotros evitar un capitalismo deshumanizado y depredador como el que hemos visto durante esta crisis. Nos jugamos algo más que nuestro bienestar como individuos, nos jugamos nuestra existencia como especie.

 

viernes, 18 de septiembre de 2015

La nueva civilización

La semana pasada os hablé del futuro que a corto plazo nos aguarda. Sé que en un principio será duro y lleno de sin sabores pero estoy convencido que será para mejor. Somos espectadores del estertor de una moribunda civilización y del nacimiento de una nueva. Nuestro actual sistema de vivir nos lleva irremediablemente hacia el colapso y la autodestrucción, por eso debe cambiar. A pesar de que 2/3 de la población vive en la más absoluta pobreza y en condiciones que nadie con un mínimo de sensibilidad puede tolerar, estamos agotando los recursos del planeta a un ritmo alarmante. En 2100 seremos 11.000 millones de humanos, ahora somos 7.000, a este ritmo vertiginoso nos convertiremos en una auténtica plaga. La guerra por los recursos: agua, comida, materias primas... será atroz, el trabajo escaseará pues los humanos seremos sustituidos por robots y habrá, incluso en occidente, millones de personas sin nada que hacer. Ese incremento de población mundial se dará en los países pobres, todos podemos imaginar cómo será la presión inmigratoria con 4.000 millones de personas más... Si no cambiamos nuestra mentalidad, nuestra  actual civilización nos llevará a la autodestrucción.
 
Ese es el peor de los escenarios, pero no lo contemplo como posible pues la tecnología ha superado a la humanidad y nadie estaría a salvo en ningún lugar de otra conflagración mundial. Una III Guerra Mundial sería nuestra aniquilación como especie y aunque los poderosos lograsen sobrevivir lo perderían todo. Sus montañas de billetes no valdrían nada, sus negocios desaparecerían, no tendrían a nadie para servirles ni de los que sacar fortuna. No, no se dará, ellos tienen todo que perder y nada que ganar. En un principio pensé que serían capaces de infectar a la humanidad con una enfermedad que nos diezmara como especie, haciendo un virus el papel de controlador demográfico que antaño hicieran las guerras, por eso me alarmé tanto cuando saltó el ébola a la primera página de todos los periódicos. Pero si algo ha demostrado la naturaleza es que es impredecible e incontrolable y aunque los que gobiernan el mundo dispusiesen de las vacunas, ¿Quién les asegura que no mutará? ¿A quién gobernarán o manipularán si casi todos desaparecemos? ¿A quién venderán su petróleo, coches o seguros? No, tampoco es posible, en un mundo así solo quedaría regresar al sistema feudal, pues el capitalismo necesita de una ingente cantidad de consumidores.
 
Pero sin duda algo hay que hacer, pues cada día que pasa nos acercamos al precipicio. Desde que la historia es historia los poderosos han mantenido una máxima: "Cambiar todo para que nada cambie" y esta vez no será menos. Hemos de pensar que su único objetivo es mantener su status, sus privilegios y el único modo de hacerlo es abrir la mano. Si echamos la mirada hacia atrás en la historia podemos ver que la sociedad jamás ha dado un paso atrás, siempre hemos avanzado. Unas veces de forma muy lenta, otras muy rápida, pero nunca hemos retrocedido pues nadie lo aceptaría sin luchar y somos demasiados. Los poderosos se resistirán y retrasarán los cambios todo lo posible, pero finalmente cederán cuando todo esté a punto de estallar. El recuerdo de Luís XVI guillotinado por Robespierre o el zar Nicolás fusilado es una lección que no han olvidado.
 
Como ya he dicho el cambio será gradual, lleno de lágrimas y dolor, pero imparable y apuntará a una nueva humanidad que sin duda será mejor que la actual. Pero no llegaremos de repente (o quizás sí, ¿quién conoce el futuro?), ni tan siquiera sé si nosotros la veremos en su plenitud, pero con seguridad veremos los primeros cambios. A corto plazo y aunque ahora todo parezca negro, muchas cosas empezarán a cambiar.
 
Soy optimista pues en los países más avanzados, los que marcan el camino, ya empieza a vislumbrarse esa incipiente nueva civilización. En los países nórdicos se está reduciendo la jornada laboral a 35 y hasta 30 horas semanales, sin duda ellos son la punta de lanza y más pronto que tarde se extenderá al resto de occidente y del mundo. Ahora nos parece una quimera pero pensad que hasta 1856 la jornada laboral era de 16 horas y se vio como un gran logro la reducción a 12. Luego se lograron las 10 horas y no fue hasta la década de los 50 cuando se llegó a las 8 horas actuales incluso por más salario que antes. El mundo y el sistema no colapsaron ¿verdad? Hoy ya vislumbramos que a corto plazo la mayor parte de los trabajos los harán robots, por lo que los humanos trabajaremos afortunadamente menos horas, pues mientras el sistema evoluciona hacia la nueva humanidad habrá que repartir menos trabajos entre más gente. Sin duda los salarios se mantendrán o incluso subirán, pues la productividad y beneficios de las empresas aumentará con la mano de obra robótica (curioso, siempre con la reducción de jornada la productividad ha aumentado) y los gobiernos aunque sea a regañadientes, tendrán que transferir riqueza de las empresas a los trabajadores para evitar estallidos sociales.
 
Los beneficios sociales y humanos de esa liberación del trabajo (aunque sea parcial) serán enormes. Tendremos más tiempo libre, por lo que el ocio y espero que la cultura (cine, teatro, libros...), empiecen de nuevo  a cobrar un papel relevante en la sociedad. A mayor cultura la sociedad será menos manipulable, habrá más respeto por los demás y por la naturaleza y la presión de la opinión pública obligará a que las cosas cambien para mejor. Es muy probable que nuestra escala de valores de un giro de 180º en unas pocas décadas, de hecho ya lo está haciendo, solo hay que ver la cada vez más creciente concienciación y rechazo a todo lo que no respete los derechos humanos, de los animales o la naturaleza.
 
Existirá más seguridad, pero no por la presencia policial, si no porqué los niños estarán más atendidos, pues podrán ver y estar más tiempo con unos padres que sufrirán de menor stress. Este no es un hecho baladí, pues a mi entender es el centro de muchos de los males que nos aquejan hoy en día y sin duda la causa principal del alarmante incivismo que aqueja a las sociedades occidentales.
 
El gran zarpazo mortal a esta civilización llegará dentro de 20 o 30 años a lo sumo y lo hará de la mano de la revolución médica. Los estudios genéticos están muy avanzados y en veinte o menos años la medicina de las células madre será una realidad, se crearán órganos de nuestras propias células, el cáncer será un mal sueño, los estudios sobre la regeneración celular (ya muy avanzados) habrán terminado y la juventud eterna no será una quimera, incluso los estudios sobre la auto-regeneración de órganos perdidos (como tienen las lagartijas o las estrellas de mar que al perder un miembro lo crean de nuevo) están en su fase final. La nanotecnología hará que mini robots nos reparen desde nuestro propio interior, no es una fantasía o una visión futurista, los denominados Robots Origami ya son una realidad diseñada en el MIT de Massachussetts, sobre ellos hablaré la semana que viene.

Todos podéis imaginar que la esperanza de vida de los seres humanos se alargará a casi el doble de la actual y con una mejor calidad de vida. Esto hará inviable el actual modelo social, imaginar un mundo donde se tiene que trabajar 120 años, o donde uno se jubile a los 65 y viva hasta los 150... Eso colapsará el sistema actual. Podríamos pensar que los poderosos se reservarán para ellos esta medicina del siglo XXI, ¿pero de verdad creéis que aceptaríamos semejante discriminación? De nuevo solo el retroceso hacia una sociedad feudal podría sostener semejante disparate.

La ciencia y la tecnología harán que la era del petróleo llegue a su fin en menos de treinta años y que el sistema monetario actual muera. Al igual que los excedentes agrícolas y ganaderos forzaron a la humanidad a salir de las cavernas y a pasar de ser nómadas a sedentarios dando por completo la vuelta a nuestra forma de entender la vida, los actuales avances tendrán el mismo efecto sobre nosotros. El avance de la ciencia hasta finales del siglo XX solía deberse sobre todo a la falta de desarrollo de teorías y leyes que explicaran el mundo que nos rodea, hoy en día su avance está frenado más por la falta de fondos que por la no existencia de base científica. Hemos llegado a tal punto de tecnología que o seguimos creciendo o colapsaremos como civilización. Ya hace tiempo que cruzamos ese punto sin retorno y tendremos más pronto que tarde superar dos escollos importantes que hacen que la forma de hacer las cosas de nuestros días sea ya obsoleta:

- Nuestro status actual está en función del dinero que poseemos (que en muchos casos no está asociado al mérito de cada cual). En el futuro deberá estar asociado a lo que aportemos a la sociedad en su conjunto, sea cual sea nuestro trabajo.

- Nuestra mentalidad de clan, ya sea familiar, de país o racial deberá desaparecer y deberemos empezar a pensar como especie, pues sin duda el futuro está en el espacio y para conquistarlo deberemos actuar como un solo ser. Si hacemos cada cual "la guerra por nuestra cuenta" nunca lo lograremos.

Así pues sólo vislumbro dos mundos posibles, uno improbable donde las élites se refugien en una fortaleza protegida y servida  por máquinas al margen del resto de la humanidad (pobre y sin recursos) al estilo de "Los juegos del hambre" o una humanidad dónde su conciencia se haya expandido y sea mejor que la actual.

El futuro que vislumbro a medio plazo nuestro mundo estará salpicado de robots que nos liberarán de las tareas y trabajos ingratos, dónde la mitad de nosotros se dedicará a la tecnología y la otra mitad a las artes y en el que dispondremos de más tiempo libre. Viviremos un segundo Renacimiento. En un principio seguirán existiendo los países, pero al final desaparecerán, nuevas formas de cultivo y nuestra expansión por el espacio llevará el bienestar a casi todos los rincones del planeta, aunque no será fácil ni inmediato. Hay mucho trabajo de educación que hacer tanto en el 1er como en el 3er mundo. El ecologismo, en claro auge, se impondrá y nosotros veremos el fin del petróleo, de la era consumo desmedido... A largo plazo el ser humano será uno con él mismo y la naturaleza o no será.

 

viernes, 11 de septiembre de 2015

El futuro de la humanidad

La semana pasada vimos unas pinceladas del futuro que se avecina dentro de una o dos décadas a lo sumo. Un futuro incierto que como todas las cosas puede ser para bien o para mal. No es la primera vez que la humanidad se enfrenta a semejantes vicisitudes, aunque tengo la sensación de que esta vez será diferente y os explicaré el por qué. Hasta la fecha todos los grandes cambios, y ha habido unos cuantos desde que esta civilización surgió hace más de 10.000 años, han mejorado o hecho crecer a la sociedad pero sin cambiar sustancialmente su esencia. El modo de funcionar del mundo sigue siendo el mismo desde que en el 10.000 a.c. se crearan lugares como Göbekli Tepe.
 
Esta vez, la revolución tecnológica que se avecina intuyo que irá más allá y acabará con este modo de entender la humanidad y sus relaciones personales. Tampoco será nada nuevo, pues antes de la aparición de la agricultura, el fuego o la rueda, los humanos nos organizábamos en una civilización que nada tenía que ver con la actual. Si será para mejor o no dependerá de nosotros, aunque si nos atenemos a los precedentes por extraño que os suene, todo indica que será para bien.
 
¿Por qué creo que estamos ante las puertas de un cambio? Tal y como adelanté la semana pasada las IA (Inteligencias artificiales) lo revolucionarán todo y ya no son una quimera, están llamando a nuestra puerta. La mayor parte de los denominados "trabajos de baja cualificación" desaparecerán. En breve (y hablo de una década a lo sumo) no existirán teleoperadores, los clientes serán atendidos por una máquina inteligente capaz de mantener una conversación y tramitar las gestiones que solicitemos. Esto se trasladará a cualquier ámbito administrativo, a los denominados trabajos de oficina.
 
 
Robots camareros de Harbin, China.
Tampoco habrá camareros o cocineros humanos. En Harbin, una localidad al norte de China, ya existe un restaurante donde tanto los cocineros como los camareros son robots, concretamente 20. Ellos te reciben con diferentes frases de bienvenida y expresiones faciales, recogen tu pedido, te lo sirven... ¡y hasta te lo cocinan al punto de sal! Sólo un humano es necesario como ayudante de cocina, para colocar la carne cerca de estos cocineros autómatas. Es fácil de imaginar que los dependientes y asistentes domésticos correrán el mismo destino.


Robot doméstico de Toyota.
Y esto no es ficción, ya es una realidad, todos hemos visto asombrados los robots de hogar y azafat@s de las compañías japonesas. Hace unos días una compañía francesa presentó su robot de compañía al estilo de los bebes de silicona que parecen tan auténticos y que se denominan Reborn. Estos dos últimos ejemplos deberían hacernos reflexionar sobre hacia donde nos encaminamos los humanos... Tampoco es difícil de imaginar que muchos médicos de cabecera y enfermeras sean sustituidos por Robots médicos que serán capaces de recetarnos, tomarnos análisis de todo tipo e incluso diagnosticarnos las enfermedades más comunes, quizás sea éste el escenario más lejano de los que he descrito hasta ahora, pero sin duda la mayoría de nosotros lo llegaremos a ver.

 
 
Recreación del tren ideado pro Hyperloop.
Los camioneros, conductores de autobús, taxistas o incluso pilotos tampoco lo tendrán mejor. Otra realidad que ya está circulando por nuestras carreteras son los vehículos sin conductor de Google. En pocos años no serán la excepción, sino la norma. O el impresionante proyecto que empezará a construirse en 2016 por la compañía Hyperloop Transportation Technologies en Quay Valley , una cápsula bala que circulará a más de 1200 Km/h en el interior de un tubo de vacío e impulsado por... ¡aire comprimido! Este sistema de transporte conectará Nueva York con Los Ángeles en tan solo una hora, por lo que los vuelos comerciales se reducirán en unas décadas a sólo los transoceánicos y de largo recorrido. Creo que con estos ejemplos no es osado adelantar que pilotos, azafatas, personal de aeropuertos, barrenderos, mineros, operarios de maquinaria, obreros de la construcción... serán sustituidos en su mayoría por autómatas o robots, como antaño lo fueron las costureras por los telares automáticos o los miles de contables por las calculadoras primero y posteriormente por los ordenadores.
 
Y aquí es donde los nubarrones cubren el futuro. Muchos temen de los Robots, que al igual que en Terminator, se conviertan en los soldados del futuro y se subleven o que la Policía sea sustituida por máquinas al servicio de los poderosos. Pero en verdad no es lo que más me preocupa o debiera preocuparnos, pues no estamos hablando de robots manejados a distancia si no completamente autónomos, máquinas inteligentes capaces de pensar por sí mismas... Aquí en verdad casi preferiría poner mi vida en manos de un ente mecánico que no siente odio, envidia, rabia o avaricia que en las de un humano, pues de los robots militares inteligentes no sabemos cómo será su forma de actuar en una guerra, pero la de los humanos por desgracia la conocemos de sobra. Tampoco me quita el sueño que los poderosos traten de controlarnos con la nueva tecnología, pues ellos siempre han existido, incluso mucho peores que los de hoy en día y sin embargo no pudieron jamás parar el avance de la conciencia y de la sociedad.
 
No, no es eso lo que me preocupa, si no hacia donde irá la humanidad, pues millones de empleos se perderán y tendremos una enorme masa de personas sin futuro alguno. Esta misma situación se dio a principios del siglo XX tras la revolución industrial y todos sabemos cómo se solucionó ese exceso de población sin nada que hacer y "obsoleta" para el nuevo sistema: Dos guerras mundiales. Hoy en día no es posible, pues casi todos los grandes países disponen de armas de destrucción masiva y ese es el punto crítico y el gran problema que sacudirá el mundo en las siguientes décadas: Cómo integrar a las personas que se vean expulsadas de un nuevo sistema que cada vez necesitará menos mano de obra en un mundo dónde los humanos cada vez somos más.
 
Los cambios provocan miedo, incertidumbre y caos  hasta que "lo nuevo" es aceptado y asimilado. De eso sabían mucho nuestros abuelos y tatarabuelos haya por el siglo XIX. Ellos se enfrentaron, al igual que tendremos que hacer nosotros, a una revolución industrial sin precedentes. Las máquinas destruyeron miles de empleos, el paro fue realmente espeluznante en aquellos tiempos y todos temían lo que estaba por venir. Las perspectivas a corto plazo parecían más que negras y el futuro descorazonador... y sin embargo ya veis...  si a vuestros antepasados que sufrieron la revolución industrial les hubieran contado como iba a ser la sociedad de hoy a pesar de todos sus graves defectos... no hubieran dado crédito y les hubiera parecido el paraíso. Nadie podía imaginar entonces jornadas de 8 horas, sanidad o educación públicas y mucho menos el sistema democrático, por muy defectuoso que aun sea, de los que disfrutamos hoy en día en occidente. Y sí, se sufrió y peleó mucho, se derramó mucha sangre y lágrimas, al igual que en otras épocas anteriores, pero llegamos, siempre se llega.
 
Por eso y a pesar de que sé que habrán muchos sinsabores, dificultades y momentos descorazonadores (los tiempos entre épocas son los más duros y nos ha tocado vivir uno), soy muy optimista respecto al futuro. La humanidad y la sociedad jamás ha dado un paso hacia atrás, solo hay que ver (aunque aún quede trecho por recorrer) en qué situación estaban hace tan solo treinta años los derechos de la mujer, de los homosexuales, de los niños, de otras razas o el de los propios animales... Hemos avanzado para bien y muy rápido si miramos el gran cambio de estos últimos cien años respecto de los 10.000 años que llevamos de esta civilización. El futuro nos traerá una humanidad más inteligente, formada y culta, pues solo aquellos que dispongan de estas cualidades tendrán cabida y al igual que el número de personas con elevado nivel cultural de hoy en día es muy superior al de principios del siglo XX, a finales del siglo XXI será muy superior al actual. Una humanidad, formada y culta será más "humana", concienciada, menos manipulable y sin duda será mucho mejor y transformará esta civilización por una nueva y mejor. ¿Cómo será? La semana que viene os contaré cómo me imagino que será esa nueva humanidad.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Terminator, ¿ficción?

 
 
Todos hemos visto la saga de "The Terminator" que inició James Cameron en 1984, donde una IA (inteligencia artificial) llamada Skynet, se hacía con el control del mundo y a través de sus robots asesinos llamados Terminator (uno de ellos encarnado por Arnold Schwarzenegger) trataba de eliminar a la humanidad. En la década de los 80 a todos nos sobrecogió e impactó este icono del cine de la ciencia ficción, pero lo veíamos muy lejano e irreal.
 
ASIMO en 1997

En aquellos años la robótica estaba en pañales y la tecnología muy lejos de ni tan siquiera acercarse a lo que Cameron visionaba para nuestro futuro. Los años fueron avanzando y la tecnología creciendo de forma exponencial a un ritmo vertiginoso. No tardamos mucho en ver al simpático ASIMO, fabricado por Honda en 1997 y que nos dejó boquiabiertos. Entonces empecé a entender que las "fábulas" de Asimov, Cameron... empezaban a no serlo tanto y que quizás, al igual que Julio Verne, habían sabido ver hacia dónde nos llevaba el futuro. Pero todos vimos sus limitaciones, hoy ASIMO ha evolucionado y la coordinación de sus movimientos, su robustez y capacidad de entendimiento es muy superior a aquel primer modelo. Hoy los robots están por todas partes y empiezan a hacerse dueños de nuestras vidas, al igual que la tecnología. Están los autómatas de las fábricas, bastante "simples" si los comparamos con los robots de exploración espacial como pueda ser la Mars Rover o el propio ASIMO.
 
 
A la mayoría de nosotros nos sorprendió ver los modelos japoneses que hacían de camareros o de azafatas. Yo al menos los miré en su día con curiosidad y con una cierta sonrisa pues aún la tecnología los hacía muy inferiores al ser humano. Los avances en la mecánica de estos robots  eran espectaculares, empezaron a  subir escaleras, a coger vasos con delicadeza... pero su software dejaba bastante que desear, su programación era muy básica. Por ello aún era incapaz de creerme el mundo apocalíptico que nos describía Terminator.
 
Cuando oí por primera vez de los drones militares un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Máquinas voladoras teledirigidas que disparaban misiles y realizaban ataques, solo pude pensar: Dios, esto empieza a dar miedo... pero el ser humano tiene la capacidad infinita para ponerse una venda en los ojos y no ver la realidad. Me auto convencí de que no pasaba nada: Son aviones no tripulados que  maneja un operador en remoto. La decisión final sigue dependiendo de un humano, tranquilo José, es lo mismo que un operario de tanque... Sí, lo sé, un pensamiento muy ingenuo, como si el hecho de que una persona controle un arma tan poderosa o su misma existencia, no fuera suficiente para alarmarse.
 
La señal de alarma y el motivo de este artículo fue mi mayúscula sorpresa al descubrir que las IA ya son una realidad y como no, la primera aplicación que quiere darle el ser humano a este avance es la militar. Con la inteligencia artificial se pretende dotar a las máquinas de auténtico pensamiento crítico y capacidad de decisión, que no sigan una programación estricta que no puedan saltarse, si no que sepan adaptarse y buscar soluciones a las situaciones a las que se puede enfrentar. El número de empresas robóticas militares están en aumento y se calcula que no menos de 76 países están desarrollando esta tecnología. Es cierto que todavía no hemos llegado a crear nada parecido a un Terminator o el ordenador que lo controla: Skynet, pero no nos engañemos, estamos en la antesala, a un solo "un minuto" de lograrlo.
 
Si no os lo podéis creer os daré unos ejemplos:
 
1-La empresa BAE Systems, con sede en Reino Unido, ha creado un avión supersónico llamado Taranis que es capaz de llevar misiones intercontinentales sin ser detectado por el radar. Este modelo es el primero en cruzar la línea de los drones, pues es prácticamente autónomo, estando más cerca de Terminator que de los aviones no tripulados.
 
2- El robot Atlas, diseñado por Boston Dinámics y financiado por DARPA, la Agencia estatal estadounidense para la Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa. Según la propia empresa: “Atlas puede caminar sobre los dos pies, lo que le deja los miembros superiores libres para levantar, transportar y manipular objetos. En terrenos muy abruptos, Atlas tiene la fuerza y la coordinación suficientes como para trepar utilizando las manos y los pies, abriéndose camino a través de espacios congestionados. Las manos, articuladas y con sensores, le permiten utilizar herramientas diseñadas para uso humano”.

Sabiendo sus capacidades y por quién está apoyado económicamente y supervisado... Me entendéis ¿verdad?
 
 
Los denominados Killer Robots (Robots asesinos) serán una realidad en menos de diez años y a nivel internacional el debate ya está abierto. Amnistía internacional, apoyada por muchas organizaciones y hasta 6 premios nobel han puesto el debate encima de la mesa con una campaña denominada Stop Killer Robots. Yo estoy con ellos, no se debe permitir la existencia de estos robots que de forma autónoma decidirán sobre la vida y la muerte de seres humanos sin supervisión alguna. ¿Cumplirán estas máquinas las convenciones de guerra? ¿Cómo distinguirán quién o qué es una amenaza? ¿Podrán evaluar correctamente todas las situaciones? ¿Entenderán los matices? Las respuestas creo que todos las conocemos.

Quizás no se llegue a ese extremo, el de tener Terminators en nuestros ejércitos, pero sin duda los emplearan como agentes de la ley. Policías autónomos que determinarán por sí mismos quién ha cometido un delito y con que contundencia reaccionar, cuando actuar o no en una manifestación, quién es o no una amenaza... Muchos científicos dudan que sean nunca capaces de analizar correctamente las situaciones y se plantean muchas dudas ¿Sabrán distinguir una pistola de juguete en manos de un niño de una real? ¿Cómo aplicar justicia en vez de ley? Pues en demasiadas ocasiones, incluidas las democracias occidentales, ambas no van unidas. Demasiadas incógnitas que hacen del futuro que se avecina a corto y medio plazo, un lugar muy incierto. 
 
No es un tema baladí que solo existe en la mente de cineastas, escritores o conspiranoicos, en Abril  de este año se llevó a cabo en Ginebra la segunda reunión informal de expertos convocada por miembros de la Convención sobre Armas Convencionales (CCW) de la ONU con la finalidad de prohibir el desarrollo de los denominados LAWS (Sistemas de Armas Autónomos Letales). Esto nos da una idea de lo cerca que estamos de ese futuro y de que ya está más cerca de la realidad que de la ciencia ficción.
 
La ciencia y la tecnología siguen avanzando sin detenerse, a veces demasiado deprisa y sin darnos tiempo a reflexionar sobre las consecuencias de la misma. Es cierto que como la mayoría de las culturas milenarias llevan diciendo, todo tiene una doble vertiente: el bien y el mal, el Ying y el Yang, positivo o negativo... como prefiráis, la ciencia no es menos. Es una línea roja que no debemos atravesar, el ser humano ha demostrado (y sigue haciéndolo) que no está preparado a nivel mental y de conciencia para darles un buen uso.
 
Pero aunque así fuera, que nos olvidáramos de las aplicaciones bélicas, hemos de pararnos y reflexionar sobre las consecuencias del desarrollo de las IA, pues van a ser una gran revolución humana y social, tanto como la revolución industrial en el siglo XIX. Incluso las aplicaciones positivas de la robótica inteligente pueden traer graves consecuencias para el modelo social que hemos construido.  Se producirá resistencia y desordenes, tal y como se produjo hace dos siglos cuando aparecieron los primeros telares y máquinas de vapor que sustituyeron a miles de trabajadores. Se volverá a producir una dura resistencia al cambio y sabotajes contra las nuevas máquinas, esta vez por parte de los modernos hackers. Curioso el origen de la palabra sabotaje, que proviene del vocablo francés: sabotage, que a su vez viene de la palabra sabot: zueco de madera, que usaban los antiguos empleados de las fábricas en el XIX para insertarlos entre los engranajes de las nuevas máquinas y así inutilizarlas e impedir que los despidiesen. Sinceramente creo que tras 8.000 años del mismo modelo de civilización, estamos en la antesala de su fin, depende de nosotros que lo que venga sea mejor o peor para el ser humano. Pero esa reflexión ya será en el siguiente artículo.


 

sábado, 18 de abril de 2015

Rato y los últimos minutos del Titánic



Hoy iba a escribir un nuevo artículo sobre los misterios del pasado que ya sabéis que me apasionan, de hecho ya está escrito pero aún no lo publicaré ya que para desgracia de todos, la actualidad nos arrolla de nuevo  como si de un tren de mercancías se tratase. El enésimo escándalo de corrupción golpea duro e inmutable a la ya inexistente credibilidad de este país, de la cual no quedan ni los añicos. Hemos llegado a un punto en el que nada me sorprende, cualquier cosa que me digáis me la creo, la que queráis de quien queráis. La inmundicia ya ha sobrepasado el techo hasta tal punto que haríamos sonrojar al mismo Al Capone, un mero aficionado, un choni de barrio en los menesteres del trinque y el negocio sucio comparado con los que rigen los destinos de este ¿país? Esto no es España, es la cueva de Ali Babá y los 30.000 ladrones.


"Ali-Baba et les quarante voleurs"
de Jacques Becker.
Esta semana ha sido Rato el que ha mostrado su patita sucia y maloliente, nada que no cupiese esperar visto el modus operandi del clan de los genoveses. Al parecer, tras él hay otros 700 prebostes con IMPLICACIONES POLÍTICAS, patriotas y prohombres de la nación que presuntamente han blanqueado dinero proveniente de actividades ilícitas, delante de ellos hay 29.000 defraudadores a los que aún tendremos que darles las gracias por al menos haber ganado ese dinero sustraído al país con negocios legales. Qué asco me dais todos. Al parecer entre esos 700 "mirlos blancos" y según nos informan los periódicos (parece ser que aún los hay que no saltan como focas amaestradas al tintineo de las monedas que les lanzan los amos del lupanar en el que han convertido a España), están muchos de los que hoy en día se consideran la crème de la crème del país: políticos en activo de todos los signos y colores, retirados, jueces, fiscales, embajadores... Aquí hasta el más tonto recalifica unos terrenos.

El argumentario del gobierno nos dice para justificarse, que lo de Rato demuestra que el estado de derecho funciona... ya... y por supuesto el PSOE más y éstos que los ERE's no es para tanto y que lo grave es lo otro... ¡Iros a (Censured)! Lo siento si os suena crudo, pero el estado no funciona: 700 ¿personas? asentadas entre nuestras ¿élites? tenían negocios ilegales y 29.000 blanqueaban dinero mientras a nosotros, como siempre, se nos enviaba alegremente a la masacre impositiva de Hacienda. La tropa siempre es carne de cañón y sacrificable por un bien mayor: el suyo.  30.000 de los ¿ciudadanos? más importantes de este país nos han fallado, es decir, prácticamente TODOS. Si aún nos queda un poco de dignidad como pueblo es por la acción valiente de unos cuantos jueces, periodistas, funcionarios de base y sí, de algunos políticos (alguno bueno hay), que le están echando bemoles y como Quijotes se lanzan contra los poderosos molinos de viento. Sois nuestra última esperanza. Podemos se equivoca en su análisis, en España no nos ha gobernado una casta, esto es y ha sido nada más y nada menos que la pura, mera y descarnada mafia.

Hoy se debate en las tertulias el por qué nos hemos enterado de lo de Rato y la vistosa celeridad de las acciones policiales. Las teorías son muy variadas: voladura controlada de algo inevitable, propiciar un chivo expiatorio a ver si se nos olvida lo de los otros 700 y 29.000 defraudadores, fuego "amigo" en Génova, una garganta profunda en el interior del ministerio que ha filtrado la información para evitar que se tapase, para difuminar las declaraciones grabadas en las que se relaciona a Pujoles, Aznares y Felipes con trapos sucios y que realiza De La Rosa a Fran, alias "el pequeño Nicolás", ese "entrañable" personaje que se ha "colado" en nuestros corazones y que tan bien escenifica al simpático tunante del Lazarillo de Tormes... la España picaresca del siglo XVI nunca se fue... A mí me importa un bledo, solo sé que a lo largo de las siguientes semanas y hasta las elecciones, vendrá un goteo continuo de nombres que nos destrozarán como país si es que pensáis que nos queda algo de dignidad por derruir. Yo no lo creo.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Muchos no estaréis de acuerdo conmigo en mi análisis, otros lo estaréis totalmente, otros en parte... para mí la constitución del 78 ha traído cosas maravillosas, sanidad, educación, libertades individuales, laborales y de pensamiento.... pero ha perpetuado otras terribles y nefastas: nepotismo, amiguismo, corrupción salvaje... En el 78, con los sables en la garganta de la joven democracia, se cometió un gran error (quizás no se pudo hacer otra cosa): mantener como base del nuevo estado el uso y modo de hacer del régimen franquista: una estructura autárquica y ultra politizada de las instituciones que tan bien han aprovechado los partidos políticos gobernantes para hacer de su capa un sayo. Es cierto que hay muchos artículos de la actual constitución que se pueden y deben salvar, pero son tantos los que hay que cambiar... administración pública y local, justicia, poder legislativo, judicial, Senado, separación de poderes... que no veo otro modo de salir de este lodazal de podredumbre sin crear un proceso constituyente.

Con esto no me estoy posicionando en favor de ninguna opción política, no sé qué reforma es la más adecuada, la de Podemos, la de C's, la de UpyD, la del supuesto renovado PSOE, ninguna de ellas, un compendio de todas... no lo sé, de verdad. Lo único que tengo claro es que así no se puede continuar, la indecencia a la que asistimos día tras día es insoportable. Al menos a mí me asfixia este sentimiento continuo de rabia, frustración y desesperanza.

En mayo tenemos de nuevo elecciones y muchos dudarán entre el que me quede como estoy o el cambio. Todo es entendible y tiene su punto de verdad. Confiar en alguien diferente, desconocido es arriesgado y no les falta razón a quienes piensan así. Dejar alegremente en manos de quienes no sabemos cómo gobiernan y nunca han gobernado, a quienes apenas conocemos, tiene un punto de ingenuidad. Nadie nos garantiza que esos que ahora se alzan como salvadores no sean en verdad verdugos. El miedo es libre y el sentimiento que ha movido a nuestra civilización durante toda nuestra existencia. Pero... ¿acaso los conocidos no están siendo y se han revelado ya como verdugos insaciables? ¿La elección no es entre nefasto y no se sabe qué? ¿No se sabe qué es peor que desastre? - me pregunto. A los que tenéis miedo al cambio solo os quiero hacer una reflexión:
 
Campeón, Filesa, Bankia, Bárcenas, Rato, Ruiz Mateo, Caso Palau, Las Teresitas, Ere's, Gürtel, Brugal, Filesa, Púnica, El Bigotes, Correa, caso Plaza, Egües, Pantoja, Over Market, Julián Muñoz, Matsa, caso Seat, Formula I Valencia, Andratx, Marbella, Gil y Gil, Funeraria, IPO, Caja B, GAL, Innova, Millet, Lasarte, Pujol, Reformas sedes PP, Baltar, caso parques eólicos, safaris reales, picnic, Lifeblood, Oso Mitrofan, Banca Catalana, Tarjetas Black, Miñano, Bancaja, Orange Market,El trompo,  Emarsa, Calatrava, Palma Arena, Urdangarín, Infantita, Visita del Papa, Marchelo, Malaya, Dívar, Caso Astapa, Monedero, Nueva Rumasa, Carlos Revenga, Forcem, Naseiro, Pequeño Nicolás, Pokemon, Caso Arona, Fabra, Operación Molinos, Caso Facturas, ciudad del golf, Faycán, caso Zamora, Bomsai, Ibiza Center, caso Zambrana, caso unión, Terra Mítica, Hügel, Rasputín, Porto, Berzosa, caso AVE, Corina, Guateque, caso Guerra, cursos de formación, De Miguel, caso atlético, Mercasevilla, caso construcción, Troya, Treball, Rabasa, operación Madeja,  Corredor, Trama del Lino, Trama Zeta, caso Peaje, Caso Umbra, Túnel de Soller, Turismo Joven, Feria Valencia, Seat, Cola Cao, Almenas, Caja CLM, caso salmón, Sanlúcar, Marea, Rumasa, Preferentes, Tabacalera, Riopedre, Terán, Pretoria, Poniente, Port Vell, ITV, Roldán, Plasenzuela, Terán, Plaold, plan territorial, Pitiusa, Pallerols, caso palau, Gescartera, Forum filatélico, Epsilon, Enredadera, Orquesta, Noos, Método 3, Conde Roa, Naseiro, Mercurio, Margüello, Limusa, La fabriquilla, Interligare, Pasarela, Harrag, Fondos cooperación, Flick, Emperador, Tecnosa, camisetas, CAM, Bon Sosec, Bitel 2, Arcos, Díaz Ferrán...

En ellos están implicados: PP, PSOE, CiU, Coalición Canaria, PNV, UPN, IPO-Los verdes, PAR, sindicatos, Unión cordobesa, Patronal, Euskadiko Ezkerra, Unió Mallorquina, PI de Lanzarote, PAR, Casa Real...

Y éstos son solo los relevantes... de los chanchullos, choriceos y mangancias de pequeña estofa en ayuntamientos de la España cañí ni hablamos. ¿De verdad creéis que nos podemos permitir seguir así? Yo no sé qué deparará el futuro, si el remedio será peor que la enfermedad, pero lo que sí sé es que yo no pienso morir agonizando de dolor. Probaré el remedio experimental aunque signifique morir al día siguiente. Prefiero una pequeña esperanza de vida que unos meses de agonía que llevarán al irremediable final. Si algo tengo claro es que medicamentos no pienso engullir por mi gaznate, lo que no sé aun es, de todas las nuevas o no habituales píldoras milagrosas, por cual me decantaré. Yo también tengo mis recelos, pero tened por seguro que me arriesgaré.

Pensad que en vuestra papeleta o no voto está vuestro futuro inmediato y el de vuestros seres queridos. ¿De verdad que es este estado de cosas lo que queréis dejar a vuestros hijos? Ya es hora de que los españoles nos hagamos responsables de nuestras propias decisiones y actos. Es la hora de abandonar la adolescencia y pasar a la mayoría de edad de la democracia. El Titanic se está hundiendo y apenas ya se distingue a la orquesta tocando en cubierta.




 

sábado, 13 de diciembre de 2014

¿Hay cambio climático? Causas


Como ya expuse en el artículo anterior, estoy convencido de que el cambio climático es real, que las evidencias que nos está mostrando la naturaleza del mismo son innegables. Algo se está moviendo y a bastante velocidad. El quid de la cuestión ahora es quien está provocando ese cambio, no si existe o no. ¿La humanidad y sus emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero? ¿Nuestra devastación sobre la naturaleza está provocando el cambio?
 
Si os he de ser sinceros yo he cambiado mi percepción sobre el fenómeno. A pesar de lo que solemos ver en la televisión y en cualquier ámbito, mover nuestro punto de vista y pasar a pensar de forma diferente sobre cualquier tema cuando descubrimos argumentos sólidos que nos rebaten nuestra postura, es lo sensato. El inmovilismo y el creer que uno por ser él mismo tiene la verdad absoluta, solo lleva al empobrecimiento personal.
 
A día de hoy, a grandes rasgos, hay dos posturas enfrentadas sobre el origen del cambio climático: Unos aseguran que es el ser humano y su irresponsabilidad quienes están acabando con el ecosistema mundial y el responsable del aumento de las temperaturas y otros, como Victor Bokov (director del Instituto Polar Abdusamatov  de la Academia de Ciencias Rusas), afirman que el fenómeno es natural y propio del ciclo de vida de La Tierra.
 
Yo creía sin ninguna duda que el ser humano era el que estaba provocando el calentamiento global. Que nuestras industrias y las emisiones de CO2 eran el origen del cambio climático. Ahora ya no estoy tan seguro. Tras analizar la situación, leer mucho y ver buena cantidad de datos actuales e históricos (muchos de ellos extraidos del analisis del hielo polar), la verdad es que no me identifico con ninguna de las dos posturas anteriores. La imagen que se me ha formado tras recapacitar y digerir mi pequeña investigación es que en efecto, el origen del calentamiento global no lo ha provocado el ser humano, simplemente nos hemos vistos inmersos en mitad de un proceso natural que se lleva produciendo durante millones de años y que se repite de forma cíclica. Pero no soy tan ingenuo como para pensar que las acciones humanas no tienen consecuencias sobre la naturaleza... Si tengo que dar mi punto de vista actual sobre los cambios que se están produciendo en el clima diría que el fenómeno es un proceso natural de La Tierra pero que está siendo acelerado y aumentado por las acciones del hombre. ¿Porque lo creo así? Creo que es el momento de exponer mis argumentos.

Quienes defienden que el ser humano es el culpable nos dicen que el principal responsable del calentamiento global es el ya famoso CO2, gas cuya presencia en la atmosfera ha aumentado de forma notable en las últimas décadas debido al uso de los combustibles fósiles como fuente de energía más que predominante en la obtención de combustible y energía. ¿Pero esto es así? Es innegable y evidente que esa emisión salvaje de CO2 se ha producido y se sigue produciendo, a principios del siglo XX existían 280 partes por millón de CO2 en la atmosfera, ahora nos acercamos a los 380... Es una diferencia enorme, creada fundamentalmente a partir de los años 80. Pero lo que yo pongo en duda es que sea la responsable del cambio climático. ¿Porque afirmo tal cosa? Solo hay que volver la mirada atrás en la geología de la tierra. Fuente: International Energy Agency, World Energy.

Durante el pleistoceno (2,5 millones - 80.000 años a.c.) se han sucedido unas once glaciaciones: globales, locales... las más conocidas son las de Riss y Wurm. Es realmente revelador como el CO2 en ninguna de ellas fue un factor relevante en el cambio climático. Se han dado descensos bruscos de la temperatura de La Tierra con el porcentaje de CO2 estable o incluso aumentando (en aquella época originado por la actividad volcánica) o lo contrario, épocas de calidez con el CO2 en la atmosfera disminuyendo, los estudios de los bloques de hielo formado en esas épocas no nos dejan lugar a dudas: en los cambios climáticos anteriores el CO2 jamás fue un factor relevante y pienso que ahora tampoco lo es. ¿Entonces? Querréis saber...

En este punto y antes de seguir avanzando, creo que he de hacer una reflexión. Con esto no quiero decir que no se deban reducir las emisiones de CO2, todo lo contrario. Soy un férreo defensor de que se deben eliminar al máximo, al igual que los combustibles fósiles y sustituir la producción energética con fuentes renovables. Pero los motivos por los que creo que debe hacerse no es por su efecto sobre el clima, si no sobre la salud. De todos es conocido como en muchas ciudades, la contaminación atmosférica de CO2 es tal que se ha de prohibir circular los coches para tratar de reducirla, ya que el CO2 en ciertos niveles de concentración es letal para el ser humano (por encima del 9%) al ser un gas asfixiante. En teoría por debajo de ese nivel no hay peligro... ¿seguro? Nadie ha realizado un estudio serio sobre qué consecuencias a largo plazo tiene para la salud el vivir inmersos en una nube permanente de CO2 (y restos de partículas producto de la combustión fósil). Yo soy químico y os puedo asegurar que nada bueno y por eso soy defensor de las energías limpias.

Pero sigamos, si el CO2 no es el responsable ¿Quién lo es? Esa misma pregunta me la hice unos dos años atrás y como no, la respuesta la tenemos en nuestras mismas narices y no éramos capaces de verla. Los científicos se afanaron en buscar causas internas para el calentamiento y se olvidaron de la más importante, la fuente principal de calor: El Sol. Parece increíble pero nadie hasta hace bien poco introdujo la variable solar en sus modelos climáticos... un incremento o disminución de la actividad solar afectará de forma inmediata al clima terrestre. Esa es y siempre ha sido la clave para los cambios climáticos, eras glaciares y épocas cálidas de la tierra: El Dios Helios.

Es evidente que la actividad solar ha aumentado año tras año, curiosamente coincidiendo con el calentamiento terrestre. La virulencia de las tormentas solares es cada vez mayor y más frecuente, la incidencia de los rayos ultravioletas y cósmicos hace que tomar el Sol en la playa cada vez sea más peligroso... Como sabréis, la órbita de La Tierra no es siempre la misma, de forma cíclica nuestra órbita respecto al Sol varía ligeramente, acercándonos o alejándonos del mismo lo que, al igual que si nos acercamos o alejamos de una hoguera, provocará que tengamos más calor o más frío.

Por lo tanto, creo que las causas del calentamiento global que en última instancia nos llevará a una nueva glaciación y de las que creo que hay pruebas sólidas son cuatro:

1) Aumento de la radicación solar: La prueba de que está aumentando es el incremento del nivel de H2SO4 en atmosfera. En épocas pre-glaciares es común que la capa de ozono varíe al recibir más impactos de rayos cósmicos y tormentas solares que provocan su ionización, el H2SO4 es el producto de esa reacción y luz de alerta del aumento de la actividad solar.

2) Variación de la incidencia de los rayos solares que hacen que las temperaturas sean cada vez más extremas: más calor en verano y más frío en invierno, haciendo que la primavera y el otoño casi no existan ¿Os suena? Este es un síntoma de que la excentricidad de La Tierra está aumentando, lo que implicará un ligero alejamiento del Sol y por tanto el inicio de una nueva era glaciar.

3) Un cambio del eje magnético de La Tierra el cual nos llevaría a un aumento de la actividad sísmica y volcánica ¿Curioso no? Otra de las evidencias de este cambio de eje magnético y de rotación lo podemos observar en como los hielos se retiran de unas zonas y aumenta en otras... el hielo en Groenlandia se está retirando, pero al norte de Siberia y en la Antártida crece...

4) Siempre que, y así lo demuestran todos los estudios geológicos, el nivel del mar aumenta es indicativo de que se acerca una era glaciar. Y como todos sabemos el nivel del mar está aumentando sin pausa.

En definitiva el cambio climático es un hecho y creo que el ser humano nada tiene que ver en él. La naturaleza sigue su camino, implacable y sin preocuparse de las necesidades o las molestias que le causa la humanidad. Nos ha tocado vivir en mitad de un cambio de ciclo terrestre del cual desconocemos su naturaleza, su alcance y en cuanto tiempo se producirá, pero que está sucediendo ya nadie lo niega. En el pasado ya se han sucedido pequeñas glaciaciones, como en la edad media, quizás lo que estemos viviendo sólo sea eso, o quizás no. No lo podemos saber, la vida de la humanidad respecto a la vida geológica de La Tierra es un minuto en un día, Gaia se mueve por ciclos de frío y calor y dentro de cada uno de ellos también encontramos más sub-ciclos. Quién sabe si nos enfrentamos a un pequeño cambio o a uno grande o si este ocurrirá en 10 o 100 años. Al final los Mayas tenían razón, un ciclo ha finalizado y comienza uno nuevo, ellos, de los que tantos se han burlado, quizás con sus conocimientos astronómicos nos hayan dado desde la antigüedad una nueva lección de humildad: "tendréis más tecnología y más medios pero no sois tan listos como os creéis".

No querría acabar este artículo sin una última reflexión: El ser humano no parece aprender la lección, Nos seguimos creyendo el centro, origen, causa y fin de todas las cosas y de nuevo la naturaleza nos baja de nuestro pedestal. Ni éramos el centro del Universo, ni del Sistema Solar ni el Astro rey giraba a nuestro alrededor y una vez más, los cambios climáticos no son por nuestra causa. Para la naturaleza somos insignificantes, una pulga en el lomo de un elefante. Creo que es hora de dejar de ser tan arrogantes.

 

lunes, 17 de noviembre de 2014

Un país de podredumbre



Este artículo me ha costado escribirlo. La razón me decía que no me metiera en estos fangos pero si no soy sincero por completo y escribo sobre lo que pienso de todas las cosas creo que os falto al respeto a vosotros y a mí mismo. Y voy a ser muy crudo y muy claro en cuanto a lo que pienso que sucede en este país. Intuyo que como la mayoría de vosotros: ¡Estoy hasta las narices de tanta podredumbre!

Ya hace meses que no veo el telediario, me asquea el ver todos los días desfilar por la pantalla de la televisión un corrupto tras otro: rojos, azules, verdes, amarillos y del color que os dé la gana. Y lo peor no es verlos desfilar, es que encima nos toman por imbéciles. Lo que más me crispa los nervios es su chulería, su descaro y su absoluta falta de respeto hacia los ciudadanos que los han votado. Nos mienten, nos escupen a la cara y encima se ríen.

Pero voy a tratar de calmarme y analizar porque hemos llegado aquí. Uno podría pensar que los españoles somos corruptos por naturaleza, que somos el país del Lazarillo de Tormes y que lo llevamos en los genes. Visto lo visto uno tiende a pensar que es así, pero cuando hablas con las personas mayores, esas que la sociedad de hoy en día se las suele aparcar y no hacer caso, te das cuenta de que no.

Ellos te cuentan cómo a principio y mediados del siglo XX la palabra dada o un apretón de manos valía más que cualquier documento firmado. Perder o faltar a ese compromiso verbal equivalía a ser repudiado y a que nadie quisiese hacer trato alguno contigo. El honor tenía valor… valores, ese es el resumen de todo. Aquella sociedad los tenía muy claros y los cumplían a rajatabla, se sentían orgullosos de ellos. No estoy hablando de religión o de moral, estoy hablando de valores cívicos: de dejar sentarse en el autobús a un anciano, a una mujer embarazada, a echar una mano a tu vecino si lo necesitaba, a ser cordial y amable, a hablar con educación y respeto, a no robar…. Nuestros abuelos carecían de libertad, de dinero o de unas clases dirigentes decentes casi desde el principio de la historia, pero tenían un sentido del civismo y de comunidad con sus vecinos envidiable. Todo aquello se perdió.

¿Por qué? ¿Qué ocurrió? ¿Somos peores personas que las del resto de Europa? ¿Somos inferiores moralmente? Yo os afirmo que no. Ladrones, corruptos y golfos los hay en todas partes, desde Francia hasta Finlandia y desde Grecia hasta Estados Unidos, la diferencia es la reacción de los habitantes de esos países al mal gobierno. Aquí los corruptos nos amedrentan y agachamos la cabeza, hasta se les aplaude… asumimos una especie de fatalismo divino que hemos de soportar y contra el que no se puede hacer nada y nos auto engañamos con frases tan manidas como estúpidas con las que esos mismos corruptos nos bombardean de forma constante para tenernos sedados: “son todos iguales…”, “por lo menos hacen algo aunque roben…”

¿Por qué en España somos diferentes por ejemplo a los daneses? La primera explicación es que ellos nos llevan cuarenta años de ventaja en ser y sentirse ciudadanos, nosotros empezamos ahora a ser conscientes del significado de dicha palabra. Además, ellos, en mayor o menor medida ya han pasado por todo el proceso de podredumbre que nosotros estamos viviendo, recordemos el caso de las esterilizaciones forzosas en Suecia por parte del estado… Sí que es cierto que ellos han sabido ver el problema y vacunarse contra él mientras otros con igual tradición democrática no lo han hecho. Ese es el primer paso. Otra de las, a mi juicio, infames expresiones con las que nos lobotomizan el cerebro es la de “España es un gran país”, ¡Y un cuerno! No lo somos. ¿Un gran país tendría tal fuga de cerebros? ¿Un gran país tendría como pilares de su economía la construcción y el turismo? ¿El nivel de corrupción que tenemos? No, no lo somos, sin lugar a duda este podría ser uno de los mejores países donde vivir, pero no lo es.

Entonces ¿Por qué afirman día tras día lo magníficos que somos? Es sencillo, si nos lo creemos, ¿Por qué cambiar si todo es tan fantástico? El primer paso para la rehabilitación de un alcohólico es reconocer que lo es y nuestro primer paso debería ser reconocer que estamos muy lejos de nuestros vecinos del norte, sobre todo en calidad democrática.

Otra de las claves para llegar a este nivel de decadencia, es algo tan viejo como la humanidad: el divide y vencerás o como se conoce en nuestros días: “y tú más”. Nos han dividido en derechas e izquierdas, rojos y azules, unos acusando a los otros de lo mismo que hace uno y viceversa. Mientras los ciudadanos discutían en si tú eres de unos o de los otros, ellos, como se dice en el lenguaje de la calle: “se lo llevaban calentito”. Los unos y los otros aprovechándose que estamos enfrascados en discusiones absurdas.

No voy a detenerme en que es ser de derechas o ser de izquierdas, porque en cada país significa una cosa, hay derecha monárquica y republicana, al igual que en las izquierdas, derecha que defiende a ultranza los servicios públicos básicos: educación, sanidad… como en Canadá o todo lo contrario: estados Unidos, lo mismo que en la izquierda: En Holanda la sanidad es privada con unos y con otros… pero ese no es el tema.

La realidad es que hemos votado por encima de todo en esa clave, si se es de derechas o de izquierdas como el valor más absoluto, cuando lo principal, lo excluyente debería ser la honestidad. Si no se es decente,  si no se es implacable con la corrupción, si hay muchas palabras pero ningún hecho o directamente las palabras son mentiras, el resto ya no debería ni de importar. Los ciudadanos no deberían ni a pasar a valorar el proyecto que se les presenta. Durante demasiado tiempo nos han tenido “entretenidos” con las discusiones que les interesaban a unos pocos que tuviéramos para que mientras tanto no nos fijáramos en lo que ocurría detrás del telón de este gran teatro que ha sido este país.

Por último y no por ello menos importante, está el factor dinero. La gran mayoría de nuestros padres y abuelos en su juventud casi no han tenido de nada y ya a la madurez o la vejez, en pleno crecimiento del gran castillo de naipes que era eso que se denominó “el milagro económico español”, les ha llegado el cuerno de la abundancia. Hay un pasaje de “La venganza de Don Mendo” del genial Pedro Muñoz Seca que describe a la perfección lo que os quiero explicar. Os copio un fragmento de esta maravillosa obra en la que el marqués de Moncada le explica a don Mendo su técnica de caza:

Ha de antiguo la costumbre mi padre, el barón de Mies,

de descender de su cumbre y cazar aves con lumbre: ya sabéis vos cómo es.

En la noche más cerrada se toma un farol de hierro que tenga la luz tapada,

se coge una espada y una esquila o un cencerro, a fin de que al avanzar

el cazador importuno las aves oigan sonar la esquila y puedan pensar

que es un animal vacuno; y en medio de la penumbra

cuando al cabo se columbra que está cerca el verderol,

se alumbra, se le deslumbra con la lumbre del farol, queda el ave temblorosa,

cautelosa, recelosa, y entonces, sin embarazo, se le atiza un estacazo,

se le mata y a otra cosa.

 
Nosotros somos esa ave desconcertada por un farol y engañada con un cencerro a la cual han cazado con una estaca. Se nos cegó con lentejuelas en forma de grandes obras faraónicas, se nos las cobró a precio de joyas pero en verdad eran solo eso: lentejuelas. Espero que hayamos aprendido esta dura lección y que la próxima vez que nos pongan delante de nuestros ojos baratijas para deslumbrarnos, llevemos puestas las gafas de sol.

Es hora de despertar de esta pesadilla tal y como hicieron los países nórdicos a los que miramos muchos con envidia. Si queremos ser como los daneses, empecemos a comportarnos como ellos y a ser conscientes de los derechos y responsabilidades que conlleva el ser ciudadano. Recuperemos esa buena costumbre del pasado del honor de la palabra dada y votemos a quien votemos exijamos que se cumpla y al que no la tenga repudiémosle. Tengo esperanza en el futuro porque creo que muchos de nosotros hemos aprendido la lección y nunca más permitiremos que suceda nada ni remotamente parecido.

Recordad que si los corruptos en Dinamarca dimiten no es porque sean superiores éticamente a nosotros, sino porque si no lo hacen su partido no recibiría ni un solo voto a las siguientes elecciones. Un par de décadas aplicando este rasero y tendremos el mismo número de malversadores que ellos: casi ninguno y os aseguro que entonces si tendremos un gran país.




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