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domingo, 29 de julio de 2018

El patriarcado y los hombres

Por desgracia, el caso de la manada y su salida de prisión han ocupado titulares en toda la prensa y televisión tanto nacional como local durante días. Para alguien con un mínimo de sensibilidad es del todo punto de vista incomprensible tanto la sentencia como su salida de prisión. Sabéis que soy químico y no abogado, no sé si es legal, que seguramente sí, pero viendo que entre los tres jueces ha habido votaciones en sentido opuesto, solo me cabe el desasosiego de que la justicia está en manos de la forma de pensar de un juez y no estrictamente de la ley. Que alguien reciba una condena u otra en función de la opinión personal del juez que le ha tocado tenga sobre el tema en cuestión y no sea completamente aséptica, me causa pavor para este caso o cualquier otro, pues estas en mano de los prejuicios de un señor que visto lo visto, en muchos casos no los deja de lado como es su obligación, y que son especialmente sangrantes en los casos de violencia contra las mujeres como el caso de la manada y la enorme influencia de la educación patriarcal en buena parte de la sociedad, que condicionan las decisiones tanto de condena como de libertad provisional: "Es que no se resistió lo suficiente", "es que 5 tíos enormes no son suficientes para intimidar a una menor", ya, pensad en esos mismos argumentos en otra situación: Cinco tíos enormes te acorralan de noche en un callejón y te dicen: ¿Me das todo tu dinero? Según estos jueces ¿qué has de hacer? ¿No darles el dinero hasta que te hayan pegado una paliza de muerte? Si se lo das sin resistirte, ¿entonces ya no es atraco? ¿Os imagináis  a esos mismos jueces dictando en el mismo sentido que en el caso de la manada en un caso de atraco? Yo no, por lo que la sentencia es ideológica (en este caso de género) y por lo tanto no es justa. Y la ideología machista, presente tanto en hombres como en mujeres vuelve a actuar, dando a alas a otros desgraciados para que cometan los mismos delitos en otro lugar, como ha ocurrido hace unos días en Canarias.

Y muchos dirán que la culpa es del legislador que ha dejado en manos de la opinión del juez ciertos aspectos que no deberían ser interpretables, bien, las leyes se pueden y se deben afinar, correcto, pero no se debería de llegar al extremo de tener que legislar hasta la última coma para evitar que un juez por su ideología sentencie algo que no es justo. En demasiadas ocasiones la justicia y lo que es justo no van de la mano. Pero ese es un tema a debatir en otro artículo.

Con este ejemplo quería plasmar como la cultura patriarcal afecta a las mujeres tan negativamente, pero no es este el enfoque que quiero darle al artículo, pues salvo a ciertas gentes obtusas de mente, es más que evidente para todo el mundo lo que han aguantado, aguantan y espero que por poco tiempo aguantarán las mujeres en esta sociedad que hemos creado. Lo que muy pocos se plantean y desde luego nadie debate públicamente, es el enorme efecto negativo que también tiene el patriarcado sobre los hombres. Sí, parece una incongruencia decir que en un mundo de hombres, hecho para los hombres, nosotros tengamos algo negativo, todo parecen ventajas, pero la verdad es que no es así y este es el punto de vista que quiero daros en este artículo.

Es evidente que esta sociedad genera una serie de estereotipos de mujeres, pero de forma sutil, aunque cada vez más evidente, siempre también los ha generado respecto de los hombres. Del mismo modo que se nos inculca que hemos de buscar un  modelo de mujer determinado: obediente y dulce... lo que ya sabemos, a las mujeres también se les inculca un modelo de hombre duro, valiente, musculado, que no llora, alto y fuerte, manitas y con dinero... es cierto que la imposición de estos estereotipos cala menos en las mujeres que en los hombres, pero no es nada despreciable el número de mujeres que sucumben a la imposición de este modelo de hombre. Es evidente que la gran mayoría de mujeres y hombres no nos acercamos ni por asomo a esta versión idealizada que todos los medios nos lanzan, y he de decir que ni ganas de hacerlo. Está claro que todos buscamos belleza o atractivo en nuestr@ compañer@, pero este aspecto de una relación ni tiene que ser lo más importante (de hecho para mí no lo es) ni en el sentido que se nos trata de imponer.

Respecto a la belleza, a los hombres también se nos hace sentir mal si no cumples con el canon establecido, o si tu cuerpo o tus biceps no son los de cualquier super-héroe de la pantalla. Tan es así, que cada vez más chicos, al igual que las mujeres, están cayendo en la anorexia por esta razón. También, si tu pareja no cumple con los estereotipos, o si de joven no te has acostado con medio mundo... muchos hombres se burlarán de ti porque es lo que se supone que debes hacer y es lo que el ambiente que te rodea te inculca: has de ser una máquina sexual. Es exactamente la misma presión que se ejerce contra las mujeres en su sexualidad en sentido contrario pero que nos genera los mismos traumas. Pues no, no soy menos hombre si no me he acostado con 1000 mujeres o una mujer no es una puta si quiere tener relaciones sexuales esporádicas.

Respecto a los roles sociales, el patriarcado también es extremadamente nocivo para ambos sexos por muy extraño que suene, pues parece que es muy favorable para los hombres. Yo no lo veo así y ahora os explicaré el porqué. El rol de ama de su casa que se diseñó para las mujeres hace ya tantos siglos, yo diría que desde que pasamos de cazadores-recolectores a vivir en ciudades, ha convertido y sigue convirtiendo a muchas mujeres en casi esclavas, no dejándolas ser libres. Pero a los hombres nos han reducido también a seres incapaces de valerse por sí mismos, obligándonos a la fuerza a depender de una mujer, lo que también nos convierte en esclavos del sistema. Sí, seremos los reos de confianza de la prisión, pero no dejamos de ser presos. Un hombre que no es capaz de comprar y hacerse la comida, lavarse o mantener su hogar limpio no es un hombre, al contrario de lo que el patriarcado nos dice. Nos han convertido durante siglos en verdaderos inútiles incapaces de valernos por nosotros mismos, obligándonos a una relación de dependencia absoluta de una mujer que es tan malsana para vosotras como para nosotros. Yo lo tengo muy claro: no quiero ser un inútil, no quiero ser medio hombre.

Y por supuesto está esa visión aún muy arraigada, de que el hombre debe llegar más lejos en la vida que su compañera. Creo que esta es la peor de todas y la que más nos destruye a los hombres como personas. La presión que aún muchos hombres tienen de que somos nosotros los que debemos traer "el pan" a casa se hace para muchos insoportable. Por ejemplo, perder el trabajo va más allá del hecho en sí, la presión del patriarcado y el rol que nos ha inculcado nos hace sentirnos unos verdaderos fracasados porque nos han lavado el cerebro con la idea de que es nuestra obligación ser nosotros quienes mantengamos el hogar y cuando las circunstancias se tuercen, hacen que caigamos en profundas depresiones aunque nuestra estabilidad no esté en riesgo porque nuestra compañera si tenga trabajo.  O por el hecho de que nuestra mujer, novia... gane más que nosotros... ¿Y qué más da? ¿Lo importante acaso no es el bienestar de la familia? ¿Qué importa que nuestra pareja sea quien gane más dinero? A mí no, pues quiero lo mejor para ella y si gana más que yo seré el más feliz del mundo pues significará que está triunfando y sé que al revés ocurre lo mismo. Lo importante somos nosotros como pareja. Al menos así lo veo yo.

Es cierto que, para poder romper este círculo vicioso en el que nos han metido, la mayor parte del trabajo nos corresponde a los hombres, pues a diferencia de muchas mujeres, nosotros aún no hemos "despertado" de esta pesadilla y no vemos la realidad. Pero os necesitamos para que a través de la didáctica, de la educación, nos ayudéis a salir de esa celda en la que también estamos encerrados, pues el patriarcado tiene un punto débil que con solo presionarlo débilmente lo hará derrumbarse y que está mayoritariamente en manos de las mujeres: la educación de los hijos. Esta sociedad machista ha dejado en vuestras manos la educación de los niños, que por cierto es otro aspecto muy nocivo de este modelo social para los hombres.

En definitiva creo que es el momento de que el feminismo abra con fuerza un nuevo frente, y junto con los hombres que vemos lo dañino que es el patriarcado para todos, hacer más hincapié en la idea: el patriarcado no va solo contra las mujeres, sino también contra los hombres. La lucha de las mujeres no solo las liberará a ellas de esta cárcel impuesta que poco a poco se va derribando en occidente (no así en muchos otros lugares), también nos hará libres a nosotros de la opresión del modelo social que se nos ha impuesto a ambos y que no me cabe duda que ha servido a quien maneja los hilos para controlarnos en nuestras vidas y nuestros pensamientos, diciéndonos que debemos ser. Esto en verdad va más allá del mero machismo, nos dividen en bandos: hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, blancos o negros, rojos o azules, francés, español, inglés... es el tan antiguo pero eficiente: divide y vencerás. Creo que juntos podemos lograr una sociedad donde ambos: hombres y mujeres, logremos deshacernos de esa camisa de fuerza que nos constriñe y que nos está volviendo locos y derribar un ladrillo de eso que con tanto acierto Pink Floyd llamó: The wall.