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martes, 27 de septiembre de 2016

Las corporaciones

Todos hemos leído en infinidad de novelas o visto en innumerables films en la gran pantalla, que el futuro de la humanidad que se nos describe es bastante tétrico. Ray Bradbury nos hizo temblar con su novela Fahrenheit 451, donde un gobierno de corte fascista sometía al pueblo a base de ignorancia. Quién no recuerda el mundo post-apocalíptico de Mad Max o esa civilización completamente decadente ya mítica de Blade Runner donde la Tyrell Corporation y sus replicantes gobiernan el mundo. Ya más recientemente la cosa no mejora con esa sociedad donde las élites controlan el mundo desde su "castillo" fortificado en Los Juegos del Hambre o en la serie canadiense Dark Matter en la que nuestro destino tampoco es demasiado halagüeño pues unas cuantas corporaciones empresariales lo controlan absolutamente todo y luchan entre sí, esta vez no por La Tierra, sino por la galaxia entera.


Creo que a nadie se le puede escapar ya, que los estado-nación, a excepción de los más poderosos como pueden ser Estados Unidos, China o Rusia... están desapareciendo a pasos agigantados. Los gobiernos nacionales no gobiernan, su independencia respecto a los poderes económicos es casi nula, solo hay que ver los vergonzosos besamanos a esas entelequias llamadas Agencias de Calificación o las claudicaciones respecto a los grandes fondos de inversión. Es cierto que siempre ha habido grupos de presión desde que el mundo es mundo y que la mayoría de guerras se han producido motivadas por el mayor de los reclamos: hacer dinero. Pero no es de eso de lo que os hablo.

Hasta hace poco el poder político, el económico o el perioddístico estaban relacionados entre sí en mayor o menor medida pero gozaban de cierta autonomía entre sí, hoy con la globalización vemos como esas fronteras se van difuminando, de forma alarmante, al menos a mi juicio. Hay muchos dirigentes a los que veréis envolverse en banderas e himnos pero la verdad es que los llamados intereses nacionales importan bien poco. El concepto de nación de antaño ha muerto aunque se siga usando su nombre en vano. La globalización lo ha matado. Hoy vemos que todo es un tutto revolutum, los banqueros son los accionístas de las multinacionales, de las eléctricas, de los periódicos, los dueños de estas corporaciones tienen a su vez participación de esos mismos bancos, vemos a los políticos de todo color y pelaje salir de la función pública para entrar de inmediato en grandes holdings empresariales, a las que, curiosamente, se les permite trabajar en paraísos fiscales, no pagar los impuestos que les corresponde y para las que se crea una legislación a medida sin importar el interés del país. Las banderas se han sustituido por imágenes de billetes de 500 euros su correspondiente billete de dólar y los himnos por el hipnótico soniquete de las monedas cayendo a la bandeja metálica de una máquina tragaperras.

Otro de los aspectos que me lleva a pensar que nos tratan de llevar a un mundo donde quien realmente gobernará serán las grandes corporaciones bajo una carcasa de cartón piedra llamada democracia, es ver cómo las líneas de negocio se difuminan cada vez más. Hasta ahora habíamos asistido a la fusión de empresas del mismo ramo. Sí, haciendo conglomerados enormes como pueden ser las multinacionales automovilísticas, las bancarias que todos conocemos, las empresas textiles... Es cierto que esas compañías han ejercido un poder enorme, solo hay que ver el ejemplo de Volkswagen sobre el todopoderoso gobierno alemán el cual al parecer, "no se enteraba" de que la compañía estaba defraudando a todo el mundo con las emisiones de CO2 de sus coches. Es cierto que estas empresas han usado las amenazas de abandonar un país para obtener beneficios fiscales muy por encima del resto de "los mortales", ya que su marcha supondría para el gobierno de turno una pérdida de miles de votos proporcional a la de puestos de trabajo. Amén de los fondos de campaña y retiros dorados en consejos de administración. Ya me entendéis.

Pero de unos pocos años aquí se está dando una nueva vuelta de tuerca preocupante. Siguiendo los pasos de los japoneses, pioneros en tener empresas que fabrican de todo como Mitsubishi, que igual te fabrica un carro de combate que te vende una lavadora, las multinacionales están acaparando los productos básicos para la vida. Hace unas semanas os comenté como se están haciendo con los principales manantiales de agua mineral con el consentimiento de los gobiernos, la semana pasada se produjo otro de estos hechos que no acaparan titulares aunque deberían hacerlo: Bayer compra Monsanto por 60.000 millones de euros. Todos conocemos a Bayer por ser uno de los gigantes farmacéuticos, pocos sabréis ya que Bayer es de esas compañías que fabrican de todo, de hecho es el principal productor de pesticidas a nivel mundial y uno de los principales investigadores en material veterinario ganadero. La cifra es mareante... en un principio sí, pero en verdad es una ganga. La comida, al igual que el agua, es uno de esos bienes que no tienen precio por ser indispensables para la vida, controlarlos no tiene precio.

Tenéis que tener en cuenta que Monsanto es el líder absoluto mundial en la producción de semillas, cualquier agricultor de una forma u otra ha de comprarles si quiere cultivar, también controla los transgénicos y la patente que hubiera podido acabar con ellos ¿Entendéis? Ahora Bayer controlará la producción agrícola, los pesticidas que permiten que los cultivos crezcan, los medicamentos que curan el ganado y por supuesto buena parte de los productos farmacéuticos que tratan nuestras enfermedades. ¿Quién va a atreverse a "toser" a semejante monstruo? Si quisieran podrían matar de hambre o arruinar a un país entero con el simple acto de no venderles semillas para el cultivo. No, tal y como vamos, con la mediocridad tan patente que existe en la política a nivel mundial, con la desaparición del concepto de estado con la globalización y el auge del poder y control sobre todas las cosas de las multinacionales, la balanza del poder se está inclinando a favor de estos colosos empresariales que ya son mini-países transnacionales. El capitalismo ha muerto y está siendo sustituido por el sistema oligopolista.

Entonces, ¿crees que ese será nuestro futuro? Quizás querréis saber mi opinión. Pues he de deciros que a pesar de que en efecto ese es el camino que estamos recorriendo, creo que al final del mismo solo hay un enorme barranco. Todos estamos viendo como los populismos de todo tipo surgen por doquier, como el descrédito de la clase política dirigente crece día a día a pasos de gigante y como ya muchos expertos económicos están vaticinado la llegada de una crisis económica y financiera que dejará la de 2008 como una mera molestia. En Dark Matter las compañías tienen toda la galaxia para explotar y expandir su imperio, La Tierra es más bien pequeña y los recursos son muy limitados. Dudo que veamos la sociedad de la corporaciones, pues creo que el sistema colapsará mucho antes, son gigantes que han establecido enormes castillos en un terreno arenoso. Imperios más grandes han caído. Ya sabéis que pienso que estamos en una época de cambio, el que vendrá no lo sé, pero soy optimista al respecto.

Las corporaciones

Todos hemos leído en infinidad de novelas o visto en innumerables films en la gran pantalla, que el futuro de la humanidad que se nos describe es bastante tétrico. Ray Bradbury nos hizo temblar con su novela Fahrenheit 451, donde un gobierno de corte fascista sometía al pueblo a base de ignorancia. Quién no recuerda el mundo post-apocalíptico de Mad Max o esa civilización completamente decadente ya mítica de Blade Runner donde la Tyrell Corporation y sus replicantes gobiernan el mundo. Ya más recientemente la cosa no mejora con esa sociedad donde las élites controlan el mundo desde su "castillo" fortificado en Los Juegos del Hambre o en la serie canadiense Dark Matter en la que nuestro destino tampoco es demasiado halagüeño pues unas cuantas corporaciones empresariales lo controlan absolutamente todo y luchan entre sí, esta vez no por La Tierra, sino por la galaxia entera.


Creo que a nadie se le puede escapar ya, que los estado-nación, a excepción de los más poderosos como pueden ser Estados Unidos, China o Rusia... están desapareciendo a pasos agigantados. Los gobiernos nacionales no gobiernan, su independencia respecto a los poderes económicos es casi nula, solo hay que ver los vergonzosos besamanos a esas entelequias llamadas Agencias de Calificación o las claudicaciones respecto a los grandes fondos de inversión. Es cierto que siempre ha habido grupos de presión desde que el mundo es mundo y que la mayoría de guerras se han producido motivadas por el mayor de los reclamos: hacer dinero. Pero no es de eso de lo que os hablo.

Hasta hace poco el poder político, el económico o el perioddístico estaban relacionados entre sí en mayor o menor medida pero gozaban de cierta autonomía entre sí, hoy con la globalización vemos como esas fronteras se van difuminando, de forma alarmante, al menos a mi juicio. Hay muchos dirigentes a los que veréis envolverse en banderas e himnos pero la verdad es que los llamados intereses nacionales importan bien poco. El concepto de nación de antaño ha muerto aunque se siga usando su nombre en vano. La globalización lo ha matado. Hoy vemos que todo es un tutto revolutum, los banqueros son los accionístas de las multinacionales, de las eléctricas, de los periódicos, los dueños de estas corporaciones tienen a su vez participación de esos mismos bancos, vemos a los políticos de todo color y pelaje salir de la función pública para entrar de inmediato en grandes holdings empresariales, a las que, curiosamente, se les permite trabajar en paraísos fiscales, no pagar los impuestos que les corresponde y para las que se crea una legislación a medida sin importar el interés del país. Las banderas se han sustituido por imágenes de billetes de 500 euros su correspondiente billete de dólar y los himnos por el hipnótico soniquete de las monedas cayendo a la bandeja metálica de una máquina tragaperras.

Otro de los aspectos que me lleva a pensar que nos tratan de llevar a un mundo donde quien realmente gobernará serán las grandes corporaciones bajo una carcasa de cartón piedra llamada democracia, es ver cómo las líneas de negocio se difuminan cada vez más. Hasta ahora habíamos asistido a la fusión de empresas del mismo ramo. Sí, haciendo conglomerados enormes como pueden ser las multinacionales automovilísticas, las bancarias que todos conocemos, las empresas textiles... Es cierto que esas compañías han ejercido un poder enorme, solo hay que ver el ejemplo de Volkswagen sobre el todopoderoso gobierno alemán el cual al parecer, "no se enteraba" de que la compañía estaba defraudando a todo el mundo con las emisiones de CO2 de sus coches. Es cierto que estas empresas han usado las amenazas de abandonar un país para obtener beneficios fiscales muy por encima del resto de "los mortales", ya que su marcha supondría para el gobierno de turno una pérdida de miles de votos proporcional a la de puestos de trabajo. Amén de los fondos de campaña y retiros dorados en consejos de administración. Ya me entendéis.

Pero de unos pocos años aquí se está dando una nueva vuelta de tuerca preocupante. Siguiendo los pasos de los japoneses, pioneros en tener empresas que fabrican de todo como Mitsubishi, que igual te fabrica un carro de combate que te vende una lavadora, las multinacionales están acaparando los productos básicos para la vida. Hace unas semanas os comenté como se están haciendo con los principales manantiales de agua mineral con el consentimiento de los gobiernos, la semana pasada se produjo otro de estos hechos que no acaparan titulares aunque deberían hacerlo: Bayer compra Monsanto por 60.000 millones de euros. Todos conocemos a Bayer por ser uno de los gigantes farmacéuticos, pocos sabréis ya que Bayer es de esas compañías que fabrican de todo, de hecho es el principal productor de pesticidas a nivel mundial y uno de los principales investigadores en material veterinario ganadero. La cifra es mareante... en un principio sí, pero en verdad es una ganga. La comida, al igual que el agua, es uno de esos bienes que no tienen precio por ser indispensables para la vida, controlarlos no tiene precio.

Tenéis que tener en cuenta que Monsanto es el líder absoluto mundial en la producción de semillas, cualquier agricultor de una forma u otra ha de comprarles si quiere cultivar, también controla los transgénicos y la patente que hubiera podido acabar con ellos ¿Entendéis? Ahora Bayer controlará la producción agrícola, los pesticidas que permiten que los cultivos crezcan, los medicamentos que curan el ganado y por supuesto buena parte de los productos farmacéuticos que tratan nuestras enfermedades. ¿Quién va a atreverse a "toser" a semejante monstruo? Si quisieran podrían matar de hambre o arruinar a un país entero con el simple acto de no venderles semillas para el cultivo. No, tal y como vamos, con la mediocridad tan patente que existe en la política a nivel mundial, con la desaparición del concepto de estado con la globalización y el auge del poder y control sobre todas las cosas de las multinacionales, la balanza del poder se está inclinando a favor de estos colosos empresariales que ya son mini-países transnacionales. El capitalismo ha muerto y está siendo sustituido por el sistema oligopolista.

Entonces, ¿crees que ese será nuestro futuro? Quizás querréis saber mi opinión. Pues he de deciros que a pesar de que en efecto ese es el camino que estamos recorriendo, creo que al final del mismo solo hay un enorme barranco. Todos estamos viendo como los populismos de todo tipo surgen por doquier, como el descrédito de la clase política dirigente crece día a día a pasos de gigante y como ya muchos expertos económicos están vaticinado la llegada de una crisis económica y financiera que dejará la de 2008 como una mera molestia. En Dark Matter las compañías tienen toda la galaxia para explotar y expandir su imperio, La Tierra es más bien pequeña y los recursos son muy limitados. Dudo que veamos la sociedad de la corporaciones, pues creo que el sistema colapsará mucho antes, son gigantes que han establecido enormes castillos en un terreno arenoso. Imperios más grandes han caído. Ya sabéis que pienso que estamos en una época de cambio, el que vendrá no lo sé, pero soy optimista al respecto.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Chemtrails

Quizás algunos no sepáis a que hace referencia este término tan extraño, por lo que creo que es de justicia que al menos explique, aunque sea por encima, que es eso de un chemtrail. Su traducción ya nos daría la primera pista: estela química y estaría haciendo referencia a las líneas blanquecinas que dejan tras de sí ciertos aviones al volar por el cielo. ¿Y eso es un misterio? ¿No es el rastro normal que dejan tras de sí los aviones? Son las primeras dudas razonables que a todos se nos han planteado cuando nos topamos con este extraño asunto de los chemtrails. En efecto, en numerosas ocasiones los aviones dejan a su paso lo que se llaman estelas de condensación, que no son ni más ni menos que las gotas de vapor de agua caliente que al ser expulsadas de los motores a unas altitudes donde la temperatura es muy fría, se transforman en pequeños cristales que dan lugar a ese curioso fenómeno que no se da siempre, pues depende de las condiciones meteorológicas y de la altitud a la que vuele la aeronave.


¿Y dónde está el misterio? Os preguntaréis. Bien, algunos teóricos de la conspiración afirman que gobiernos, grandes compañías o incluso los extraterrestres usan aviones para diseminar a lo largo y ancho del planeta una serie de productos químicos que tendrían por finalidad desde la manipulación genética del ser humano, su envenenamiento o hasta la reducción de la fertilidad de la especie humana como medio de control de la natalidad. Para los escépticos esto es un sin sentido y en este caso he de decir que estoy de acuerdo con ellos. ¿Que por qué no? De nuevo la lógica se ha de imponer. Imaginemos que soy un estado que quiere esparcir una sustancia entre la población para conseguir... bueno, lo que vosotros queráis, ¿la difundiría vía aérea? Yo como químico que soy os digo radicalmente que no. Los motivos son muchos y muy evidentes, el más claro es que a la altitud a la que se lanzan los chemtrails no hay control alguno sobre donde caerá la sustancia esparcida, pues el patrón de dispersión es enorme a esas alturas y cualquier cambio repentino del régimen de vientos podría hacer que llegase a una zona donde no quisiéramos.


Pero es que quieren fumigar a toda la población... argumentaran los que están del lado de la conspiración. Sí, es posible, pero... ¿se fumigarían a ellos mismos también? Porque esparcir algo tan minúsculo por el aire puede finalmente hacer que esa sustancia acabe a miles de kilómetros de distancia si no lo hacemos a muy poca altitud, casi a ras de suelo. Sí, leéis bien, y para los que no lo creáis sabed que las playas de El Caribe en buena parte están formadas por arena del Sáhara transportada por los vientos que atraviesan el Atlántico. Por no decir que dicha sustancia caería también encima de cultivos, manantiales, embalses... Todo acabaría contaminado. No, no tiene ningún sentido y menos aun cuando es mucho más fácil su distribución por medio de la disolución en agua en los grandes embalses. Modo mucho más controlable, que afectaría a más gente y los conspiradores junto con sus familias, estarían a salvo tan solo con beber agua embotellada. Otra forma incluso más segura sería distribuir dicha sustancia en el interior de algún medicamento de uso habitual como puedan ser los analgésicos o los antigripales.

Entonces, ¿caso resuelto? ¿Son todo imaginaciones de unos cuantos "chalados"? Como siempre no todo es tan sencillo. Lo primero que deberíamos preguntarnos es si es posible que los chemtrails existan. La respuesta es un rotundo sí, de hecho es de dominio público que el gobierno chino roció los cielos de su capital con ioduro de plata durante los Juegos Olímpicos de Pekín para disolver la polución y evitar que lloviese. Creo que todos recordaremos que en efecto los chinos consiguieron su propósito, el agua no deslució la cita deportiva por excelencia y en una ciudad donde el cielo es gris y plomizo por la niebla de la contaminación, aquellos días relucía de un esplendoroso azul.


Sí, no soy capaz de determinar hasta qué punto el ser humano y los gobiernos son capaces de modificar el clima. No creo que lo puedan conseguir a nivel global, la naturaleza es mucho más compleja, fuerte e incontrolable de lo que creemos, pero China nos demostró pública y notoriamente que a ciertos niveles se puede hacer, no es una quimera. Los que han defendido la existencia de los chemtrails han sido catalogados de locos, dementes, charlatanes, paranoicos... han sufrido la burla de la sociedad en general con el adjetivo de conspiranoico. Es muy cierto que estos temas atraen, como la luz a las polillas, a personajes digamos... curiosos. Los medios de comunicación al darles publicidad contribuyen a que no se tomen en serio estas noticias. Las exageraciones hiperbólicas y las medias verdades son la mejor forma de hacer que el común de los mortales se aleje huyendo de estos temas como alma que lleva el diablo. ¿Cómo va a ser verdad lo que dice ese chaladoNo, no, yo de esos temas no quiero saber nada... es la primera reacción que le vendría a cualquiera.

Pero yo en este blog y en estos artículos quiero que penséis más allá de las chaladuras de algunos y de la "sensatez" de otros, sea cual sea el resultado final de esas conclusiones pues a los que seguís este blog, al igual que a mí, supongo que os interesará acercaros en la medida de lo posible a lo que es la realidad o la verdad. Aunque seamos conscientes de que ésta no es absoluta y que jamás la alcanzaremos a ver en su totalidad. Sí, yo creo en la existencia de los chemtrails, pero como expliqué un poco más arriba creo que los motivos de su existencia son mucho más prosaicos de lo que muchos imaginan y proclaman. Siempre hay que usar el método científico, en este caso el policial, para establecer si puede haber algo de verdad en todo este asunto: ¿Por qué? ¿Hay medio? ¿Oportunidad? ¿Móvil? 

Os haré una serie de preguntas que quiero que os contestéis a vosotros mismos. El porqué es evidente, al menos para mí: controlar en la medida de lo posible el clima. Nadie puede negar que existan medios y oportunidades de sobra para rociar una sustancia en la atmósfera. La clave está en el móvil, ¿para qué? Nada mejor que un ejemplo para ilustrarlo, me fijaré en el que más conozco: España. Veamos, un país que en la actualidad sobrevive gracias al turismo y la agricultura, ¿Creéis que pueda haber alguien a quien le pueda interesar que en las zonas costeras no llueva? ¿Que se pueda garantizar a quien venga que va a encontrar sol y buen clima? ¿Creéis que alguien puede ganar mucho más dinero en función de si llueve o no? ¿Creéis que puede haber alguien a quien le interese que no haya granizadas y grandes tormentas que traigan inundaciones, por otro lado tan típicas a lo largo de la costa mediterránea y tener que, por ejemplo, indemnizar a los agricultores o particulares? Esas mismas preguntas os las podéis hacer para vuestros respectivos países. 

Muchos pensarán que son divagaciones, os equivocáis. En España, al igual que en otros estados, la policía se está tomando muy en serio el asunto de los chemtrails, donde hay denuncias aceptadas en juzgados, investigaciones policiales oficiales abiertas... hasta donde yo sé la Guardia Civil y los jueces españoles no se lanzan como pollos descabezados a investigar denuncias por la existencia de hombrecillos verdes. No creo que las personas que forman parte de asociaciones como: AVIMON, FECOAM, AVIAL, agricultores de Murcia, Castellón, Soria y que han denunciado ante un juez la existencia de estos aviones químicos (y cuya querella, como he dicho con anterioridad, ha sido aceptada), se dediquen el fin de semana a buscar gnomos conspiradores por los bosques. Al menos los escépticos deberían ser más cautos cuando expresan que los chemtrails son veleidades del subconsciente, las denuncias tienen base real de veracidad para el sistema judicial español y muchos otros. No es para tomárselo a broma, pues dichas sustancias como os podréis imaginar, no son precisamente beneficiosas para la salud. Y por supuesto está el sentido común. Sabéis que soy de Valencia y algo que me llama mucho la atención es ver como en innumerables ocasiones en los mapas del tiempo de los telediarios está literalmente toda la península ibérica con chubascos y tormentas... a excepción de mi tierra, como si tuviésemos un microclima especial que por otra parte jamás hemos tenido, pues en mi niñez recuerdo grandes tormentas e inundaciones. También sorprende como miras al cielo y te dices: La que va a caer de un momento a otro... y como por arte de magia las nubes desaparecen. Es como si hubiese un paraguas encima de donde vivo, quizás lo haya: uno químico.

De nuevo quiero recordaros una pequeña lección que nos dio la historia, no es la única pues podéis encontrar centenares: Homero nos describió una guerra de Troya con Dioses luchando codo con codo con los humanos de ambos bandos. A Schliemann lo tomaron por excéntrico cuando se lanzó a buscar la mítica ciudad por las costas turcas y sí, Atenea no bajo a luchar al lado de los griegos, ni Afrodita estaba en los muros defendiendo Troya... No creo que haya OVNIS, modificaciones genéticas o lo que se os ocurra de ese estilo tras los chemtrails... pero sin embargo, Troya existe. La podéis visitar.