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viernes, 6 de noviembre de 2015

Las Sociedades Secretas nazis

Como vimos la semana pasada el régimen nazi bebió de las ideas ocultistas que ya se fraguaban a finales del XIX y principios del XX para conformar su visión e ideario sagrado. Esta visión tan sumamente fuera de la realidad les hizo, aparte de cometer el holocausto, llevar su programa de investigación en armamento militar hacia las Wunderwaffen más estrambóticas que vimos hace dos semanas. ¿Pero cómo se llegó a eso? Vayamos por partes.
 

Karl Maria Wiligut.
Para entender el grado de irrealidad en la que vivían los dirigentes nazis basta con mencionar el caso de Himmler y su creencia de que era la reencarnación de Enrique el cazador. Partiendo de esta base entenderemos que el segundo hombre más poderoso de la Alemania de los años treinta diera pábulo a las delirantes ideas del personaje más surrealista de aquel periodo: Karl Maria Wiligut. Este demente, literalmente rescatado por el Reichsführer del sanatorio mental dónde estaba ingresado, decía ser la reencarnación de todos los reyes germanos que habían existido desde hacía 228.000 años. Afirmaba ser capaz de recordar el estilo de vida de los antepasados paleolíticos del pueblo ario, los cuales aseguraba que eran gigantes que dominaban a bestias gigantescas con armas de Dioses...
 
Himmler le creyó y en base a sus afirmaciones elaboró todo una serie de rituales paganos y adoraciones con la finalidad de sustituir al cristianismo, tomando como punto sagrado ancestral del pueblo ario un lugar mágico conocido como las rocas de Externstein, situado en las inmediaciones del centro de poder de las SS: el castillo de Wewelsburg. Este lugar se convertiría en el centro de las teorías raciales del nazismo y "prueba" de que en el pasado una raza aria pura dominaba el mundo. En esta demencia se fraguó uno de los crimines contra la humanidad más atroces que se ha cometido. Las teorías de Wiligut se vieron respaldadas y complementadas con las ideas de otra sociedad secreta ocultista de la que el nazismo bebió: la Sociedad Thule.
 
Esta sociedad de carácter racista, nacida en Múnich a principios del siglo XX y originalmente conocida como Grupo de Estudio de la Antigüedad Alemana, afirmaba que los orígenes de la raza aria había que buscarlos en una ciudad llamada Thule, situada en la mítica región de la Hiperbórea. Su relación y capacidad de influencia en las creencias del nacionalsocialismo fueron notables, pues su fundador: Rudolf von Sebottendorff, patrocinó y subvencionó generosamente el Partido Obrero Alemán (DAP) que más tarde Hitler convertiría en el partido Nazi (NASDAP). Tal  fue el grado en el que esta sociedad y sus ideas se mimetizaron y colonizaron el III Reich que el principal periódico que apoyó a Hitler y ayudó a difundir sus locuras racistas: el Völkischer Beobachter nació del semanario de la sociedad Thule: Münchener Beobachter

Ilustración de la Tierra hueca del libro:
"Viaje al centro de la Tierra" de Julio Verne.
Sus afirmaciones se basaban en los escritos de los geógrafos grecorromanos y en una de las obras más famosas de la antigüedad: La Eneida, del poeta romano Virgilio, en la que menciona (en latín) la Ultima Thule: el Norte más Lejano y que se cree que hace referencia a Escandinavia. Para "redondear" sus hipótesis aseguraban que esta capital de los arios era en verdad la capital de la Atlántida y por tanto ellos los descendientes de ésta desaparecida civilización. La guinda de este pastel se culmina con la creencia en el seno de esta sociedad en que La Tierra era hueca y que estaba habitada por una raza superior. Las entradas a este submundo serían escasas, estando dos de ellas situadas en ambos Polos terrestres. ¿Empezáis a entender el interés del nazismo por la Antártida y el porqué de la expedición de Alfred Ritscher? Por desgracia la sociedad Thule tuvo una enorme influencia en la teoría racial nazi y fue sostén de su política racista y precursora de los infames estudios genéticos culminados en los crímenes de guerra de Josef Mengele.

En este punto quiero dejar clara una cosa: está muy lejos de mi intención dar pábulo a sus teorías, solo quiero mostraros para que comprendamos todos mejor como se llegó a lo que se llegó y cuáles eran sus delirantes motivaciones (centradas en estos artículos en sus investigaciones científicas), plagadas de esoterismo y ocultismo... Soy un firme defensor de que conociendo la historia evitaremos repetirla. Pero sigamos.

La sociedad Thule no fue la única en influir en los jerarcas del III Reich, ni tan tampoco puede ser consideraba como la única con ideas delirantes. La famosa médium de origen austriaco: María Orsic (que ya mencionamos con anterioridad), junto a otras jóvenes que aseguraban compartir poderes paranormales, se separaron en 1919 de la Sociedad Thule y fundaron la “Alldeutshe Gesselschaft für Metaphisik” (Sociedad Pangermánica para la Metafísica) que popularmente se conoció como “Vril”. Este grupo de jóvenes y bellas médiums, aseguraban que a través de sus largos cabellos  eran capaces de conectar con la originaria raza aria, situada en la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro. En una reunión secreta en una cabaña en presencia de miembros de Thule y de los hombres de las SS de la DHvSS (Hombres de la Piedra Negra), Maria Orsic afirmó haber recibido un mensaje en sumerio en el que esos "hermanos siderales" le facilitaron información técnica y planos para la construcción de una máquina voladora...

Representación sumeria
de un Dios Anunnaki.
Hay dos curiosidades al respecto. La primera es que María Orsic eligiera el sumerio como lengua vehicular de esos extraterrestres cuando no empezó a entenderse y a leer correctamente hasta la década de los 50. La segunda es que sus teorías coincidieran con lo que sabríamos después sobre la mitología sumeria y sus dioses Anunnakis como dadores de tecnología y cuyo significado es: "Los que del Cielo a la Tierra descendieron". Por supuesto Himmler y sus SS dieron crédito a dichas afirmaciones... ¿Empezáis a entender por qué los nazis trataron de desarrollar las Wunderwaffen conocidas como Haunebu?

El nombre de esta sociedad secreta nos da más pistas que ayudarán a entender el tipo de wunderwaffen que trataban de desarrollar las SS. El Vril, según Orsic y sus seguidores, era una sustancia mágica que usaba esa raza intratraterrestre como fuente de energía inagotable y que les proporcionaba a sus máquinas un movimiento perpetuo. Ya en 1930 Willy Ley, un ingeniero alemán emigrado a Estados Unidos habló de dicha sustancia milagrosa en dos pseudo artículos: "Reichsarbeitsgemeinschaft” y “Das kommende Deutschland" publicados  por  el famoso editor y astrólogo Wilhem Becker, miembro de un grupo esotérico de los años veinte.

Los nazis, ávidos por encontrar fuentes de energía alternativas a su talón de Aquiles bélico: su dependencia externa del petróleo y su necesidad de desarrollar armas que les dieran una superioridad técnica que supliera su inferioridad numérica, dieron pábulo a semejantes ideas y destinaron ingentes recursos económicos y humanos con el fin de hacer realidad esa tecnología que les llevaría a dominar el mundo.

Con ese fin se creó en el seno del partido nazi y bajo el control de las SS y de Himmler, la sociedad Ahnennerbe (Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte‚ Deutsches Ahnenerbe e.V), la cual, entre otras muchas cosas, sería la responsable de construir las wunderwaffen de Hitler. Por ese motivo y bajo estos condicionantes se construyó Der Riese, el complejo militar de las SS del que hablamos semanas pasadas y en el que se diseñaron y probaron los ingenios aeronáuticos que Himmler y sus científicos imaginaron como mezcla de las teorías fantásticas del Vril, de las leyendas nórdicas, de las vimanas hindús... Por eso no puede extrañarnos y no es ni mucho menos descabellado que los nazis trataran de crear artefactos como Die Glocke, los Haunebu o el famoso Rayo de la muerte (por analogía al rayo del martillo de Thor), pues creían ciegamente en que eran reales.

Julio Verne.
Pero la cuestión es: ¿Lo lograron? No os sorprenderá si os digo que no creo que el Vril exista, ¿pero eso nos dice que no crearan los Haunebu o Die Glocke? Hemos de pensar que Julio Verne imaginó en su maravillosa mente que el hombre iría a la Luna en el interior de un cohete disparado por un cañón, algo disparatado, pero los Apolo no diferían mucho de lo que narra Julio Verne en "De La Tierra a la Luna" o los submarinos actuales de su famoso Nautilus, o cómo muchas de las maravillas que nos narran los libros y películas de ciencia ficción se han hecho realidad, como los móviles, los hologramas, la levitación magnética... por muy estrafalaria que parezca una idea solo hace falta que alguien se pregunte: ¿Y como podría...? No me cabe duda de que los nazis lo hicieron respecto a las peregrinas ideas que conformaron su ideario, a ciencia cierta lo intentaron otra cosa es que tuvieran éxito. Yo creo que se quedaron muy cerca de lograrlo y muy probablemente esos diseños y tecnología ya basada en ciencia real que imitaba los mitos, se terminó por desarrollar durante la guerra fría. Pero ese ya es tema de otro artículo que abordaré más adelante.
 

 

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