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domingo, 8 de enero de 2017

Otras Navidades más con polémica

Sí, las Navidades ya han pasado, ¿por qué hablo de ellas ahora? Es sencillo, sabéis que me gusta reflexionar sobre las cosas con calma, una vez pasadas y con las ascuas de la polémica ya apagadas, dejar pasar un poco de tiempo siempre da mejor perspectiva. Otra vez la estupidez humana ha empañado estas fiestas, al menos en España. Es curioso como cada vez más, la confrontación política se está apoderando de estas fechas por parte de unos y otros. Quizás todos deberían echar un vistazo a los libros de historia, en especial a ese capítulo de la I Guerra Mundial durante las Navidades de 1914 cuando soldados alemanes y británicos decidieron abandonar sus trincheras y celebrar el día de Navidad juntos. Parece ser que es demasiado pedir, como dijo Albert Einstein, sólo hay dos cosas infinitas: “El Universo y la estupidez humana y de la primera no estoy seguro”.

Creo que antes de valorar el comportamiento de unos y otros es justo que yo exprese mi opinión de las Navidades. Para mí es un periodo que debe ser especialmente dedicado a los niños, ellos son los protagonistas de estas fiestas que se deben celebrar para ellos. Yo que no tengo hijos, pues así lo hemos decidido mi mujer y yo, no tengo ese aliciente y menos aun cuando se ha perdido a un ser querido (en mi caso mi madre). Creo que esto lo compartiréis todos aquellos que hayáis pasado por este trance, tengáis o no hijos, nada ya es lo mismo ¿verdad? En cuanto a la festividad religiosa, yo soy una persona espiritual hasta donde mis limitaciones humanas llegan y curiosamente lo soy desde un acercamiento científico (si me habéis estado siguiendo lo sabréis ya) y aunque me considero bastante cercano al protestantismo cristiano, en verdad soy aconfesional, no creo en las religiones pues no creo en el hombre y éstas tienen más que ver con lo humano que con lo divino. No obstante, respeto que cada cual lleve su espiritualidad como buenamente quiera o pueda y rece al Dios, Dioses o figuras que considere o que no crea en nada. Dicho esto, pasemos a las polémicas, hay de todos los colores siendo la insensatez la predominante.

De nuevo los belenes han estado presentes en el foco de la controversia, que si ponerlos, que si no, que si estamos en un estado laico y hay que ser asépticos, que se pueden ofender a otras religiones ¿¿¿??? ¿De verdad? Incluso en algunas zonas de Francia se planteaban no celebrarlas para no ofender a los franceses de origen musulmán… ¿En serio estamos a estos niveles de infantilismo? ¿De verdad algún musulmán, budista o ateo se puede ofender por ver unos belenes en la calle? ¿Debo entonces ofenderme cuando desde las mezquitas llaman a la oración o celebran el Ramadán? ¿Deben prohibirse las celebraciones del año chino por si nos ofenden? ¿O nuestro fin de año para no ofender a los asiáticos? ¿Debemos prohibir a monjas, budistas ir vestidos con sus típicas ropas por si ofenden a los ateos? ¿Dónde está el límite? La religión musulmana nos da el patrón, velo versus burka, el primero es su costumbre y quizás de vivir su religión (reconozco mi desconocimiento) y no tendríamos por qué ofendernos, al igual que si vemos una cruz, una estrella de David o un Buda. Lo segundo es una clara e intolerable discriminación, sumisión y vejación de la mujer que ni se puede ni se debe tolerar. Dicho esto, estamos en un país de tradición judeo-cristiana, guste o no guste y las costumbres son las que son y hay que respetarlas dentro de lo que debe ser el límite antes marcado. Y se crea o no en ello, ¿por qué no poner un belén, colgar Papá Noel de los balcones o un árbol de navidad (tradiciones éstas más bien nórdicas)? Yo no lo hago, pero ¿por qué debería sentirme ofendido o no dejar que otros lo hagan?

Otro de los puntos de conflicto de los últimos años han sido las cabalgatas de los Reyes, esta vez la falta de sensatez viene de los tradicionalistas… aquí hay para todos. La polémica esta vez ha sido variada, una de las que más vergüenza ajena da es la airada reacción a que no estuviese la bandera de España presente en el ayuntamiento de Madrid durante el paso de los reyes magos... ¿Me queréis explicar que tiene que ver el patriotismo, la bandera, el país, con la celebración de la Navidad? ¿Qué pinta la ostentación de ninguna bandera o enseña con el nacimiento de Jesucristo? Parece ser que todos han perdido el norte y ya nadie recuerda realmente entre las luchas de poder, las bacanales consumistas de que en verdad estas fiestas. Y en efecto, la bandera no estaba, al igual que en años anteriores cuando los conservadores gobernaban en Madrid, pues desde su azotea se lanzan fuegos artificiales y no es plan de que haya un incendio ¿verdad?

La otra es que en algunos lugares parece ser que molesta que tres mujeres hagan de reyes magos… las respuestas airadas de que si eran hombres, que eso no podía ser… ¿de verdad? ¿Tan profundo es vuestro machismo? ¡Pero es que no eran mujeres los reyes magos! - Arguyen airados…vamos a ver queridos tradicionalistas, solo en el evangelio de Mateo se habla de unos magos, no de unos reyes… sí, sí, magos de esos que la inquisición quemaba en sus hogueras. Tampoco nos habla de cuál era su número, su origen, raza o sexo. El mito de los tres reyes se creó en el siglo VI y el que uno fuera de color se introdujo en el siglo XVI. Tampoco sabemos cuáles fueron sus regalos si es que los llevaron, ¡Por Dios! ¡Si la Biblia pone claramente que Jesús nació cuando los pastores ya dormían al raso junto con sus rebaños de ovejas! Lo cual evidentemente no sucedía en pleno invierno, sino a finales de mayo o a lo largo de Junio. Por lo tanto… ¿A qué viene tanto escándalo entonces en que sean mujeres? ¿Dónde estaban los hombres cuando estaba clavado en la cruz con la excepción honrosa de José de Arimatea? ¿A quién otorgó Jesús sino a la Magdalena el honor de dar testimonio de su resurrección? ¿Tenéis que usar también las navidades para dar la pelea política unos y otros?

En definitiva es una lástima que unos y otros no hagan suya esa tregua de Navidad que otrora los soldados que el día de antes se estaban masacrando, hicieron suya. Unos y otros deberían dejarse de sus guerras políticas, que el año tiene muchos días para hacer y decir sandeces, estas fechas, aunque para mí no sean especiales, todos deberíamos pensar un poco en los niños, en especial los que menos tienen y darles un tiempo de completa felicidad sin que los “adultos” den la murga con sus asuntos”. De nuevo me reafirmó en esa frase del filósofo griego Diógenes: “Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro”.

Y por supuesto está la polémica de las campanadas de fin de año con Cristina Pedroche, que para quién no sepa quién es, es una periodista española que participa en varios programas de sobremesa y que la prensa ha encumbrado como una de las mujeres españolas más sexys. Por supuesto, la polémica viene de los vestidos cortos de tela que ha estado luciendo durante los últimos años en las 12 campanadas que celebran la llegada del Año Nuevo. Las discusiones sobre este asunto se pueden alargar hasta una semana después, lo cual dice mucho, por muy poco, en el nivel en el que estamos. El que una mujer se vista como quiera no debería ser objeto de ninguna controversia, además, el vestido en sí no entiendo por qué ha causado tanto revuelo, pues como se puede observar es más bien un traje de baño. Otra cosa es que consideremos adecuado o no que lleve un traje de baño, bajo mi punto de vista muy hortera, en la celebración del fin de año. Creo que Cristina podría ir mucho más elegante a la vez que sexy si es así como quiere mostrarse, pero de ahí a calificarlo de obsceno como han hecho algunos… obsceno son muchos programas de la telebasura que se ven a media tarde o por la noche en la gran mayoría de cadenas. Para mí no es muy acertado el vestuario que elige año tras año, al igual que no es adecuado vestir un chándal para ir al trabajo, hay que saber vestir para cada ocasión, más aún en televisión.

Pero claro, de nuevo el dinero, esta vez en forma de audiencia, todo lo puede. La cadena encantada con la polémica de si es o no sexista. Para mí el hecho de que la periodista se vista así no es sexista, pero sí que lo es el tratamiento global que da a la mujer las diferentes cadenas de televisión y que se transmite a las chicas más jóvenes: Ellas han de ser delgadas, jóvenes, guapas, ellos, cualquiera vale, para muestra el acompañante de Cristina diciéndole sandeces de viejo verde. Eso sí que es sexista, no el vestido. Aun así, esto no sería más que una mera anécdota si no fuese porque este patrón se repite en todos los programas, ellas monísimas, ellos pueden ser feos. El hecho de que la belleza sea lo que más pese en la balanza para que una mujer sea presentadora o periodista televisiva, por encima de sus méritos o intelecto, sí que es extremadamente sexista. Pero esto daría para varias reflexiones. Sólo pensad en ello.