Sí, las Navidades ya han pasado, ¿por qué hablo de ellas ahora? Es sencillo, sabéis que me gusta reflexionar sobre las cosas con calma, una vez pasadas y con las ascuas de la polémica ya apagadas, dejar pasar un poco de tiempo siempre da mejor perspectiva. Otra vez la estupidez humana ha empañado estas fiestas, al menos en España. Es curioso como cada vez más, la confrontación política se está apoderando de estas fechas por parte de unos y otros. Quizás todos deberían echar un vistazo a los libros de historia, en especial a ese capítulo de la I Guerra Mundial durante las Navidades de 1914 cuando soldados alemanes y británicos decidieron abandonar sus trincheras y celebrar el día de Navidad juntos. Parece ser que es demasiado pedir, como dijo Albert Einstein, sólo hay dos cosas infinitas: “El Universo y la estupidez humana y de la primera no estoy seguro”.


Otro de los puntos de conflicto de los últimos años han sido las cabalgatas de los Reyes, esta vez la falta de sensatez viene de los tradicionalistas… aquí hay para todos. La polémica esta vez ha sido variada, una de las que más vergüenza ajena da es la airada reacción a que no estuviese la bandera de España presente en el ayuntamiento de Madrid durante el paso de los reyes magos... ¿Me queréis explicar que tiene que ver el patriotismo, la bandera, el país, con la celebración de la Navidad? ¿Qué pinta la ostentación de ninguna bandera o enseña con el nacimiento de Jesucristo? Parece ser que todos han perdido el norte y ya nadie recuerda realmente entre las luchas de poder, las bacanales consumistas de que en verdad estas fiestas. Y en efecto, la bandera no estaba, al igual que en años anteriores cuando los conservadores gobernaban en Madrid, pues desde su azotea se lanzan fuegos artificiales y no es plan de que haya un incendio ¿verdad?
La otra es que en algunos lugares parece ser que molesta que tres mujeres hagan de reyes magos… las respuestas airadas de que si eran hombres, que eso no podía ser… ¿de verdad? ¿Tan profundo es vuestro machismo? ¡Pero es que no eran mujeres los reyes magos! - Arguyen airados…vamos a ver queridos tradicionalistas, solo en el evangelio de Mateo se habla de unos magos, no de unos reyes… sí, sí, magos de esos que la inquisición quemaba en sus hogueras. Tampoco nos habla de cuál era su número, su origen, raza o sexo. El mito de los tres reyes se creó en el siglo VI y el que uno fuera de color se introdujo en el siglo XVI. Tampoco sabemos cuáles fueron sus regalos si es que los llevaron, ¡Por Dios! ¡Si la Biblia pone claramente que Jesús nació cuando los pastores ya dormían al raso junto con sus rebaños de ovejas! Lo cual evidentemente no sucedía en pleno invierno, sino a finales de mayo o a lo largo de Junio. Por lo tanto… ¿A qué viene tanto escándalo entonces en que sean mujeres? ¿Dónde estaban los hombres cuando estaba clavado en la cruz con la excepción honrosa de José de Arimatea? ¿A quién otorgó Jesús sino a la Magdalena el honor de dar testimonio de su resurrección? ¿Tenéis que usar también las navidades para dar la pelea política unos y otros?
En definitiva es una lástima que unos y otros no hagan suya esa tregua de Navidad que otrora los soldados que el día de antes se estaban masacrando, hicieron suya. Unos y otros deberían dejarse de sus guerras políticas, que el año tiene muchos días para hacer y decir sandeces, estas fechas, aunque para mí no sean especiales, todos deberíamos pensar un poco en los niños, en especial los que menos tienen y darles un tiempo de completa felicidad sin que los “adultos” den la murga con sus asuntos”. De nuevo me reafirmó en esa frase del filósofo griego Diógenes: “Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro”.

Pero claro, de nuevo el dinero, esta vez en forma de audiencia, todo lo puede. La cadena encantada con la polémica de si es o no sexista. Para mí el hecho de que la periodista se vista así no es sexista, pero sí que lo es el tratamiento global que da a la mujer las diferentes cadenas de televisión y que se transmite a las chicas más jóvenes: Ellas han de ser delgadas, jóvenes, guapas, ellos, cualquiera vale, para muestra el acompañante de Cristina diciéndole sandeces de viejo verde. Eso sí que es sexista, no el vestido. Aun así, esto no sería más que una mera anécdota si no fuese porque este patrón se repite en todos los programas, ellas monísimas, ellos pueden ser feos. El hecho de que la belleza sea lo que más pese en la balanza para que una mujer sea presentadora o periodista televisiva, por encima de sus méritos o intelecto, sí que es extremadamente sexista. Pero esto daría para varias reflexiones. Sólo pensad en ello.
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