.comment-body { background: #FFFFFF; color: #000000; }

viernes, 22 de julio de 2022

Novedades sobre la conciencia Cuántica


Ya sabéis que uno de los grandes misterios por resolver por parte de la ciencia, es determinar donde se encuentra o como funciona la conciencia. Oiréis que los científicos aseguran que está alojada en el cerebro pero nadie os dirá dónde ni la forma en la que se guarda. ¿Es en el interior de las neuronas? ¿Hay alguna proteína que lo codifica? ¿Cómo es el mecanismo de extracción de los recuerdos? Además, ahora sabemos que también existen neuronas en el corazón (sobre 40.000) y en el estómago (unos 100 millones), con lo que cobra sentido aquellos dichos populares de pensar con el estómago o con el corazón. ¿También se guardan allí recuerdos? ¿Hay procesos cognitivos en las neuronas estomacales? Nadie os sabrá responder.


Si habéis leído artículos míos anteriores sobre la conciencia, sabréis que me alineo con el Dr. Stuart Hameroff y el físico de Oxford Roger Penrose y su teoría de que la conciencia y los recuerdos se guardan en forma de energía cuántica, siendo los microtúbulos que unen las neuronas los que permiten transformar los impulsos eléctricos en forma de fotones de luz en qubits (bits quánticos de información). Es decir, nuestro cerebro sería un ordenador cuántico biológico. No puedo afirmar que esto sea así, pero de todas las opciones existentes, esta es la que más me encaja, pues ahora sabemos que sólo los ordenadores cuánticos serán capaces de igualar las capacidades de nuestro cerebro, un funcionamiento cuántico de la conciencia daría solución a muchos de esos fenómenos que llamamos paranormales e incluso podríamos explicar la vida tras la muerte, pues si nuestra conciencia es energía y uno de los principios fundamentales de la termodinámica nos dice que la energía ni se crea ni se destruye, al morir nuestro cuerpo moriría pero nuestra esencia, al ser energía, perduraría.



Ha habido novedades respecto a esta teoría cuántica como forma de existencia de la conciencia, y parece que cada vez la ciencia va confirmando poco a poco que puede ser la correcta. El primer hecho que en estos últimos meses me llamó la atención vino del reino animal. Sabéis que hay muchos estudios sobre como las aves son capaces de detectar los campos magnéticos terrestres para poder guiarse por ellos en sus increíbles migraciones de miles de kilómetros. Se sabía que ciertos átomos de hierro en su cerebro podrían ser la clave. Pues bien, un estudio conjunto de las Universidades de Oldenburg (Alemania) y Cambridge 
liderado por el biólogo Henrik Mouritsen, ha demostrado que las aves poseen en los ojos unas proteínas llamadas criptocromos que son  fotorreceptoras de luz y que reaccionan con el magnetismo de la Tierra, creando unas sustancias químicas que actúan como señalización. Pero lo más novedoso del estudio, ha sido demostrar como los electrones de los átomos de esas sustancias químicas están entrelazados cuánticamente y como el magnetismo de la Tierra altera ese entrelazamiento cuántico, que es la unión entre dos partículas que hace que la alteración de una afecte a la otra independientemente del espacio y del tiempo, permitiendo así a los pájaros orientarse. Es decir, el proceso de orientación de las aves es un proceso energético cuántico soportado en una molécula física. 


Este estudio demuestra que la teoría de una conciencia de tipo cuántico sustentada en una base biológica no es para nada descabellada, pues ahora ya tenemos la certeza de que es un proceso real y que se da en la naturaleza. Uno no puede dejar de pensar que nuestro mecanismo de pensamiento está basado en el entrelazamiento cuántico, eso explicaría el por qué se producen estados de conciencia alterados en ciertos lugares con fuerte magnetismo: Al igual que las aves, esa conexión cuántica se vería alterada por corrientes electromagnéticas provocadas por ríos subterráneos de agua, grandes depósitos de hierro o minerales... 

 


Bien, pues hay un segundo estudio, esta vez a cargo del profesor Cai Shen del Instituto de Tecnología e Ingeniería de Materiales de Ningbo, en China, en los que, estudiando el Parkinson, ha descubierto la existencia de mecanismos cuánticos en estructuras de ferritina, proteína que forma parte de neuronas críticas para los movimientos voluntarios conscientes y de los procesos cognitivos, por lo que, al menos determinadas facultades mentales humanas tienen un sustrato cuántico.  Hasta ahora se sabía que procesos cuánticos podían estar implicados en la mutación del ADN y en sentidos como el olfato, la visión o la ya mencionada orientación de los animales. Pero esta investigación nos lleva mucho más allá, parece demostrar que procesos cuánticos como el efecto túnel o el entrelazamiento cuántico de partículas que mencioné con anterioridad, pueden estar produciéndose en procesos biológicos como la conciencia, revelándose el universo cuántico cómo básico en los mecanismos de la vida.


La ferritina es clave en todos estos mecanismos. No sólo sería la principal proteína almacenadora, transportadora y liberadora de hierro, si no que sería la causante de provocar el efecto túnel mediante el cual un electrón superaría una barrera infranqueable: se comportaría como una onda en vez de como una partícula. Este movimiento cuántico de los electrones en la superficie de la asombrosa ferritina, podría hacer que la proteína se convirtiera en conductor o aislante cuántico de electrones y ese sería el mecanismo por el cual nuestro cerebro tomaría decisiones, almacenaría los recuerdos y albergaría la conciencia en forma de energía cuántica.



Las implicaciones son enormes, no sólo para el conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro, sino también sobre otros fenómenos extraños, incluido el gran misterio de si existe o no vida más allá de la muerte. Una conciencia cuántica en forma de energía no moriría con nuestro cuerpo físico, explicaría porque los gemelos parecen estar interconectados, o ese sexto sentido cuasi mágico que tienen las madres para saber lo que les pasa a sus hijos... es que quizás estén en verdad entrelazados cuánticamente por el nacimiento y compartan información inconscientemente. O porque en ciertos lugares los sensores de movimiento saltan sin que aparentemente haya nadie, si seguimos aquí en forma de energía cuántica, esta puede interferir con el electromagnetismo de los medidores. Desde luego es fascinante y estoy convencido que esta línea de investigación nos mostrará más pronto que tarde nuestra propia naturaleza.


Quién esté más interesado en el artículo del profesor Cai Shen, os dejo el enlace a la publicación científica de su estudio:


Indication of Strongly Correlated Electron Transport and Mott Insulator in Disordered Multilayer Ferritin Structures (DMFS). Christopher Rourk et al. Materials 2021, 14(16), 4527. DOI:https://doi.org/10.3390/ma14164527


https://feeds.feedburner.com/jltarazona

2 comentarios :

  1. Extremadamente interesante la temática y excelente artículo, que motiva a averiguar más sobre esto. (Marisol Flores Prado)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Marisol, la verdad es que la ciencia parece que nos depara sorpresas increíbles en las próximas dos décadas. Espero que podamos seguir comentándolas.

      Eliminar