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sábado, 21 de marzo de 2015

¿Existieron los gigantes?



Todos conocemos historias sobre gigantes. Desde niños se nos contaban cuentos donde estos personajes "mitológicos", casi siempre unos malvados bobalicones, eran el terror de los niños. Al menos los de mi generación y anteriores hemos leído el cuento popular de "Las habichuelas mágicas", "El sastrecillo valiente" de los hermanos Grimm o "El gato con botas" de Charles Perrault. Pero eran eso, cuentos de niños.... ¿O quizás no?
La siguiente vez que oí historias de gigantes fue en la Biblia y en las películas de Hollywood que la relatan, donde un valiente David mataba con su honda al gigante filisteo Goliat. Aquí he de desmitificar la valentía del famoso rey israelita, pues aunque parezca lo contrario la honda es un arma terrible. Goliat tenía las mismas posibilidades de ganar que el gigantón armado con una espada que se enfrenta a Indiana Jones en "En busca del arca perdida". Los conquistadores españoles sabrían muy bien de lo que hablo, pues los honderos guanches canarios lograron incluso hundir algunos de sus barcos. Pero sigamos. La existencia de gigantes no se circunscribe a la historia del famoso enfrentamiento, hay pasajes en el Génesis que ya nos hablan de la existencia de esta raza de tamaño descomunal, por ejemplo en Génesis 6:4 se nos menciona:
"Había gigantes en La Tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre"
O en Números 13:33:
"También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos".
Según la Biblia cristina y judía, hubo una raza de gigantes que pobló La Tierra antes del surgimiento de nuestra civilización. Pero eso son historias no fiables me diréis, aquí discreparé con algunos de vosotros. Muchos desechan las historias que se narran en los textos religiosos de cualquier creencia por ser eso, religiosos y según mi punto de vista, aquí se comete un gran error e injusticia. Es cierto que el antiguo testamento no creo que se pueda tomar al pie de la letra pero no por ello se puede despreciar o desechar. Yo creo que al igual que ocurre con la Ilíada de Homero y la Guerra de Troya, la Biblia narra hechos verídicos contados con los ojos de alguien que vivió hace milenios y cuya perspectiva o conocimientos del porqué de las cosas eran muy diferentes respecto a los nuestros. También hemos de tener en cuenta que los escribas que redactaron La Biblia recibieron tradiciones que hasta ese momento se transmitían de forma oral y que probablemente se adornarían con el paso de las décadas y los siglos, pero cuyo fondo debe ser verídico.
Una forma de comprobar si puede haber algún fondo de verdad en los pasajes del Génesis y Números es saber si la tradición de los gigantes existe en más culturas. Y aquí es cuando empecé a sorprenderme y dónde mi dura coraza de escepticismo empezó a resquebrajarse. Muchos de vosotros conoceréis los titanes de la mitología griega, Homero también nos habla de la existencia de gigantes. La tradición popular de Europa Occidental atribuye a esta raza de gigantes la creación de la mayoría de los monumentos megalíticos que conocemos hoy en día donde los enormes dólmenes serían sus tumbas.
Pocos conoceréis que en las sagas escandinavas también hablaban de ellos, los llamaban jöten. o los pueblos germanos bajo el nombre de hünen. En dichas tradiciones, los actuales humanos seríamos una degeneración de aquella fabulosa raza. Pero no solo se habla de ellos en la tradición judeocristiana o en sus civilizaciones predecesoras: Sumer y Egipto. En el libro sagrado de los irlandeses: el Lebhar Gabhale  en el Ramayana hindú o en las tradiciones Mayas y aztecas también hacen referencia a los gigantes... Es un mito global, sin duda debe haber un poso de verdad tras todas estas leyendas, algún tipo de humanos de enorme estatura debió existir en la antigüedad, así como hubo Neandertales o denisovianos. Es de reseñar que en todas estas tradiciones estos gigantes proceden de los cielos.
Es probable que esas historias en el principio de los tiempos se difundieran desde Oriente Medio por toda Europa - argumentaréis algunos tratando de justificar en que son eso, meras fábulas.
Tal es el impacto que nos causaron dichos seres en nuestra conciencia colectiva que se ha mantenido vivo su recuerdo y aún se los festeja en las fiestas de Gigantes y Cabezudos que se realizan en más de 90 países de Europa Occidental y América Latina. Hay crónicas registradas de dichas festividades desde el siglo XV y los conquistadores dieron testimonio de que antes de su llegada, algunos pueblos indígenas ya disponían de dichas festividades y muñecos de "Gigantes".
   
Pero hay crónicas de gigantes mucho más recientes que la Biblia, sí, como leéis. Antonio Pigafetta, cronista oficial de Magallanes en su expedición de 1520 dejó registrado en su cuaderno de bitácora (que se conserva en el archivo de Indias en Sevilla) el encuentro con una raza de gigantes cerca del cabo de hornos:
"Un día, de repente vimos a un hombre desnudo de estatura gigante en la orilla del puerto, el baile, el canto, y arrojando tierra sobre su cabeza. El capitán general [es decir, Magallanes] envió a uno de nuestros hombres al gigante para que podría realizar las mismas acciones como un signo de la paz. Una vez hecho esto, el hombre llevó al gigante de un islote en el que el capitán general estaba esperando. Cuando el gigante estaba en la Capitanía General de y nuestra presencia, se maravilló mucho, e hizo las señales con un dedo levantado hacia arriba, en la creencia de que habíamos llegado desde el cielo. Era tan alto que hemos llegado sólo hasta la cintura, y estaba bien proporcionado... ".
Tened en cuenta que la estatura media de un español de la época era de 1,50 o 1,60 metros, por lo que, aunque pensemos que Pigafetta exageró narrando que solo les llegaban a la cintura, aquellas gentes medirían no menos de 2,30 metros de estatura. Aquella región se bautizó como Patagonia: Patas grandes. Sir Francis Drake dejó también constancia de sus encuentros con hombres pelirrojos de 9 pies de altura (2.75 metros) en las cercanías del Puerto de San Julian (México). El explorador Desoto y Byron Commodore (abuelo de Lord Byron)  también narran la existencia de dichos hombres de estatura descomunal en sus viajes por las Américas.
Pero como nos ocurre a la mayoría de nosotros, necesitamos poner el dedo en la llaga para creer. Las teorías conspiranóicas indican que se han descubierto restos de esqueletos de no menos de 2.50 metros en el interior de los túmulos funerarios diseminados a lo largo de toda Norteamérica. Algunos de los difuntos presentaban túnicas talares y armaduras de cuero, otros abrigos de pelo de mamut lanudo, en algunos se afirma que incluso espadas, pero todos coinciden que las hebras de pelo encontradas en dichos restos son de color rojizo, tal y como describieron siglos antes los exploradores europeos.  ¿Dónde están esos restos? - me preguntaréis. Según estas teorías el Instituto Smithsonian las guarda a buen recudo, sin mostrarlas por el duro golpe a la historia oficial y a la teoría de la evolución humana que supondría su aceptación. A estas alturas de la vida y visto lo visto, a mí ya no me extraña nada.
No puedo dar como verdad absoluta a esta teoría no oficial, no hay pruebas sólidas de dicha conspiración ya que no se muestran dichos huesos al público y las imagines que inundan internet pueden ser ciertas o no. Pero es bien cierto que, además de las crónicas antiguas, el prestigioso New York Times se hizo eco de los descubrimientos de huesos gigantescos en los túmulos funerarios de Wisconsin, Iowa, Minnesota y todo el sureste Americano. En 1950 se dejó de hablar de estos hallazgos:







El 13 de Enero de 1870, el Wisconsin Decatur también informó del hallazgo de los restos óseos de dos gigantes cerca de Potosí de lo que sería una raza humana desconocida.

Todos estos descubrimientos hablan de seres entre 2,10 y 3 metros de envergadura, con doble hilera de dientes, seis dedos y un característico cráneo alargado y pelo rojizo. La deformación de cráneos para alargarlos era una característica típica de las clases gobernantes de los imperios Azteca, Maya... al parecer querían distinguirse del resto para reafirmar la preeminencia de su clase amoldando su imagen a la de los dioses. Sin duda, si los aztecas vieron humanos de 3 metros los considerarían gigantes o Dioses poderosos y tratarían de parecerse a ellos deformando sus cabezas.

¿Pero existen restos físicos arqueológicos que confirman la existencia de dichos gigantes? En noviembre del año pasado se descubrieron cuatro esqueletos cerca de la ciudad caucásica de Novotitarovskaya, en el interior de un túmulo del 2.500 a.c, los restos óseos apuntaban a que los dos hombres encontrados tendrían una estatura de unos 2,10 metros, las mujeres sobre 1,70 metros, muy superior a la media datada hasta la fecha. En Roma se descubrieron los huesos de un gigante de 2,02 del siglo III de nuestra era, con mucho el humano más alto encontrado. ¿Qué pensaría el romano medio de 1,67 metros de altura de él?

Algunos están muy cerca de nosotros, como los que se encuentran en el museo arqueológico de Cataluña, los cuales no están expuestos al público pero han sido filmados en más de un documental. En la sede de La Sociedad Histórica de Nevada en Reno se conserva un resto mandibular de un humano gigantesco. Otro femur (de un metro veinte de tamaño) y que se calcula que pertenecía a un hombre de unos cuatro

metros de estatura se exhibe en el museo fossil de Crosbyton, Texas y que se supone se encontró  en Homs al sureste de Turquía, cerca de la Cuenca del Eufrates. Quizás se pueda pensar que estos huesos son falsos, que se ha engañado a los historiadores y paleontólogos de dichos museos o sociedades, lo cual es mucho suponer, pero rebatir su autenticidad es bien sencillo, pero solo hay silencio respecto a ellos.

También existen huellas fosilizadas cuya autenticidad ha sido perfectamente contrastada: comparando la pátina de la roca, estudiando el desgaste de la misma y usando el mismo método científico que se aplica con las huellas de dinosaurios. Se han encontrado estas pisadas congeladas en el tiempo en lugares tan distantes como:


-Estados Unidos, huella de 45 cm de longitud correspondiente a un humano de 3,05 metros de estatura:


- Australia, en el Parque Nacional de Kanangra



- Siria:


Estos no son los únicos restos increíbles que se conservan en los museos de todo el mundo y que tanto ignora la ciencia oficial, hay otros que aunque más modestos y menos impactantes por su tamaño son más demoledores con la historia que nos han narrado. La semana que viene os hablaré de ellos.

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