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viernes, 5 de febrero de 2016

El misterio del pueblo Dogón

Muchos es probable que desconozcáis la existencia de esta etnia africana que vive principalmente en Mali. Los dogones, al igual que la mayoría de las religiones del mundo actuales y pasadas, hablan de que los Dioses descendieron del cielo y procrearon con las mujeres de La Tierra dando lugar a la actual estirpe humana. Es curioso como esta visión de la creación es abrumadoramente mayoritaria en los cinco continentes, desde Perú a Estados Unidos, desde Mali a Egipto o desde China a la India. Es cierto que cada una tiene sus peculiaridades, en el caso que nos ocupa ellos creen que sus Dioses provienen de Sirio, la estrella más brillante del firmamento, pero todas coinciden en lo mismo: descendieron de los cielos. No es objeto de este artículo debatir la naturaleza de esos seres divinos descendidos, pero creo que es importante que nos pongamos en situación y pararnos a reflexionar sobre el porqué en el 90% de las religiones las entidades a las que veneran provienen de las estrellas y no del mar, los volcanes, del interior de nuestro planeta, de las nubes o incluso de la propia Luna tan visible y evidente en nuestro firmamento. Pero eso será objeto de otro artículo.
 
¿Qué tienen de especial los dogones para que los menciones? - Os preguntaréis. Lo que los hace especiales es su particular visión de la cosmología y del lugar exacto de procedencia de esos seres que afirman que los visitaron en el pasado. Ellos no creen en seres etéreos, si no al igual que los egipcios, sus divinidades son de carne y hueso. Sus tradiciones afirman que descendieron en una enorme nave y que al ser seres anfibios habrían creado el lago sagrado que veneran y alrededor del cual se creó la cultura dogón. Esos seres a los que llaman Nommo les habrían explicado que provenían del sistema de estrellas de Sirio, en concreto de Sirio C. En este punto hemos de aclarar cómo llega hasta nosotros dicho sistema de creencias.
 
Imagen del hogón (chamán) Ogotemeli.
Los antropólogos Marcel Griaule y Germaine Dieterlen visitaron a esta tribu en numerosas ocasiones entre 1931 y 1956. Según sus conversaciones con el chamán de la tribu, llamado Ogotemeli, éste les habría revelado que los Nommo les habían enseñado como era la conformación de su sistema solar: Sirio (Sigi Tolo en su lengua) acompañada de dos compañeras: Pō Tolo (la estrella Digitaria) y Ęmmę Ya Tolo (la estrella femenina del Sorgo), es decir Sirio B y Sirio C. ¿Y dónde está el misterio? Querréis saber, bien, que ni Sirio B ni Sirio C son visibles al ojo humano. ¿Cómo sabían entonces los dogones de su existencia? Según los escépticos, un jesuita visitó a la tribu africana antes que Marcel/Germaine y les habría proporcionado la configuración de la constelación influenciando en su religión por el proceso conocido como asimilación cultural.
 
Es cierto que ya se sospechaba de la existencia de Sirio B en 1844 gracias a los cálculos matemáticos de Friedrich Bessel y a pesar de que el flujo de la información en el siglo XIX distase mucho de ser el actual, de algún modo dicho misionero conociese esos trabajos astronómicos. Al comprobar que los dogones tenían sus creencias alrededor de Sirio A, pues sus ceremonias más sagradas se producen cada 50 años coincidiendo con un ciclo completo de la estrella, es fácil de imaginar que el jesuita escuchando las tradiciones las ampliase con sus conocimientos y que el chamán las incorporase a la cultura dogón. Las inexactitudes de la cosmogonía de esta tribu, coincidentes con las carencias de la astronomía de los años 30 del siglo XX, parecen apuntar que esta idea no es tan descabellada. ¿Ya está? ¿No hay nada más? Os habréis sorprendido. No, como podréis imaginaros, todo no es tan fácil.

Las ropas ceremoniales y las máscaras que usan los dogones llevan a las mentes más imaginativas a ver reproducciones de trajes espaciales. Si os he de ser sincero, para mí es mucho imaginar. Es cierto que todo es rocambolesco, ¿tenían conocimiento de Sirio B y sin embargo sus tradiciones hablan solo de 4 satélites para Júpiter (los que conocía Galileo) cuando sabemos que son 63? Es difícil de imaginar que si una civilización extraterrestre contacto con ellos les diese una información tan compleja como el sistema triple de Sirio y les diese mal el número de lunas del gigante gaseoso. Todo nos indicaría que efectivamente su cultura, centrada en la estrella Sirio A, fue contaminada por información externa incompleta y de claro origen terrestre: Sus sorprendentes conocimientos cosmogónicos son casi exactos a los existentes en occidente a principios del siglo XX, incluidas sus lagunas científicas. La teoría del jesuita parece confirmarse.

Algunos conoceréis que los dogones parecen disponer de una serie de esquemas de la órbita de Sirio que se asemeja casi de forma exacta a lo que la astronomía oficial ha confirmado. Dicho esquema se encontraría dibujado sobre una laja de piedra:


 


Pero nadie sabe decir cuando fue grabada ni por supuesto su antigüedad, por lo que de nuevo no podemos descartar que haya sido contaminación cultural por las visitas europeas.

Supuesto esquema dogón
de Sirio C y su satélite.
Además, los dogones nos hablan de que Sirio B, “Po Tolo”, es muy pequeña pero muy pesada y de un material más brillante que el hierro al que llaman “Sagala”… Ya en 1905 se había calculado la masa de Sirio B, que en efecto desconcertó a los astrónomos, pero en 1917 ya se conocía la existencia de las enanas blancas...  Tampoco encaja en sus leyendas la existencia de Sirio C, "Emme Ya", de la que afirmaban que era 4 veces mayor que "Po Tolo" aunque más ligera, con una órbita exterior y un pequeño satélite denominado "Nyan Tolo" (la estrella de las mujeres) y que sería el lugar de origen de sus dioses Nommo... Es cierto que se ha especulado sobre su existencia desde 1894, pero en 2011 concluyó un profundo estudio sobre el sistema doble de Sirio  desde el Observatorio Mauna Kea de Hawai y se determinó casi con absoluta certeza que no existía ninguna tercera estrella y menos aún un exo-planeta, el cual también se ha tratado de encontrar.

Por lo tanto, en este caso habría que descartar, hasta nuevas pruebas, que exista misterio alguno en el pueblo Dogón. Igual algunos estéis decepcionados, pero es importante revisar con ojo crítico a ambos lados de lo que se llama "misterio", ¿no creéis? Pero para los amantes del misterio siempre les quedará la esperanza de que Sirio C sea por fin descubierta, de serlo se demostraría que alguna civilización muy avanzada contacto en tiempos remotos con los habitantes de África occidental. Hasta entonces y por rocambolesca que sea, lo más racional es la visita de un jesuita amante de la astronomía.
 



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