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viernes, 12 de febrero de 2016

Mi experiencia con "The Hum"

Esta semana quiero acercarme a este fenómeno conocido como The Hum (El zumbido). Como siempre lo primero es saber un poco más acerca de él, pues quizás muchos no conozcáis de qué se trata. Por la red está proliferando gran cantidad de grabaciones tomadas en diferentes ciudades de todo el planeta en las que se escucha un sonido extraño que lo envuelve todo. Lo más curioso es que los dispositivos electrónicos si son capaces de grabarlo pero no todas las personas tienen la capacidad de escucharlo. Los ruidos son muy diversos, yendo desde frecuencias graves (25Hz) hasta rangos agudos (20.000 Hz) y su consistencia es igual de diversa pues los testigos de dicho fenómeno lo describen como desde algo metálico o identificarlo con el chocar de rocas.
 
Nuestra tendencia natural es a pensar que los miles de videos sobre The Hum que existen en YouTube son ruidos normales de alguna fábrica u obra cercana al lugar de grabación o disponen de otra explicación natural. Pero la verdad es que las miles de evidencias, pruebas y muestras que se han recogido desde hace unas pocas décadas hasta hoy han hecho descartar a los científicos que sean errores auditivos o directamente una invención de los testigos. "El zumbido" es muy real y los científicos están muy desconcertados con el mismo. Personalmente puedo aseguraros que es real, pues el domingo 24 de Enero de este año, sobre las 11:00 de la mañana lo pude escuchar nítidamente y en verdad me hizo encoger el alma. Creo que os debo el relato de lo acontecido:
 
Por motivos de trabajo de mi mujer viajamos en esas fechas a Italia, en concreto nos encontrábamos en Pompeya. Por supuesto aprovechamos el viaje para hacer turismo y como no visitar las ruinas de la mítica ciudad romana. Si seguís este blog sabréis que la historia me apasiona y quienes me conocéis bien que adoro la cultura romana... Mi mujer y yo accedimos al recinto por la puerta principal, recorrimos el teatro y empezamos a perdernos por las mismas calles empedradas que casi 2.000 años antes estaban a punto de verse envueltas en un infierno. Os puedo asegurar que todo era normal, nos cruzábamos con turistas (no muchos, supongo que por ser temporada baja) y habían los ruidos normales de visitantes y grupos yendo de un lado a otro.
 
Tras un poco más de media hora desembocamos en la gigantesca plaza del foro. Allí es donde empezamos a escuchar de repente The Hum. Tal y como lo recuerdo el sonido era como el de grandes volquetes descargando de golpe una pesada carga de roca mezclado con un extraño sonido que lo identifico como el retorcer de algo metálico, como si se estuviera trenzando uno de los gigantescos cables de acero del Golden Gate. En un principio no le hice caso y seguí tomando fotos, paseando y admirando los restos increíbles que me rodeaban. De hecho los asimilaba a que estaban haciendo obras o excavaciones dentro del recinto y ni si lo comenté a Ana (mi mujer).
 
Pero The Hum persistió, aunque he de confesar que en un principio no lo asocié a este fenómeno. Pero sigo con el relato: Tras más de cinco minutos escuchándolo lo comenté con mi esposa, quién de hecho también lo oía. Ambos algo alarmados, pues al fondo el majestuoso Vesubio presidía el lugar, miramos a nuestro alrededor. En la explanada habríamos unas 200 personas y nadie parecía preocupado, todos seguían con su visita. Estarán haciendo obras - recuerdo que comenté. ¿En domingo? Lo dudo... - fue la respuesta de Ana, la cual hizo que me volviera la inquietud. Mi mujer, con un oído excepcional pues es cantante de ópera, descartó desde un principio que aquello fuera  algo normal o cotidiano y su cara reflejaba que estaba profundamente preocupada. Para mí, el sonido era tan absolutamente inquietante que necesitaba encontrarle una explicación lógica e incluso pensé que el parque arqueológico había montado altavoces en algún lugar para recrear el rugir del volcán aquel fatídico 24 de agosto del año 79 d.c. De tal envergadura era el sonido.
 
Me desconcertaba que en efecto, solo unas pocas personas parecían estar extrañadas por el sonido, la gran mayoría no parecía preocuparles o interesarles lo más mínimo lo cual no llegaba a comprender pues creedme que no era en absoluto un ruido menor, leve o un susurro. Más bien parecían las obras de construcción del metro. En verdad os digo que llegue incluso a pensar que estaba sufriendo una ilusión auditiva, lo cual no tenía ningún sentido pues mi mujer lo escuchaba tan nítidamente como yo. Algunos podéis pensar que quizás soplara mucho viento, como lo hace estos días en mi ciudad: Valencia. Os aseguro que no, el día era espléndido y el aire estaba en absoluta calma.
 
Seguimos paseando con esa cada vez más inquietante "música" de fondo. Incluso paramos a una guía oficial de las excavaciones, a la cual le preguntamos nuestras dudas. La mujer tenía en el rostro la misma cara de alarma que nosotros, pues desconocía por completo el origen de dicho sonido. Tal y como la lógica de mi mujer había adelantado no habían obras de esa envergadura y nadie trabajaba en domingo y por supuesto no habían altavoces. En un principio nos tranquilizó respecto al Vesubio: La tierra no ha temblado y en el pueblo hay sirenas de alarma en caso de que despierte para evacuar de inmediato a todo el mundo. Pero sus palabras no la tranquilizaban ni a ella ni a nosotros. Gracias a Dios a los cinco minutos de hablar con ella el desagradable sonido terminó tan de repente como había llegado.
 
No fue hasta regresar a casa, días después, al escuchar la noticia del terremoto de Melilla y que se había vuelto a escuchar The Hum, cuando asociamos a este fenómeno el sonido que impregnó nuestra visita a Pompeya. Quienes os hayáis interesado en este misterio sabréis que la teoría científica más extendida que trata de darle explicación nos dice que es "el quejido" de La Tierra al moverse las placas tectónicas. ¿Pero es realmente así? Esto merece un artículo más, ¿no creéis? Eso será la semana que viene.
 
Pero no quiero acabar hoy aquí, pues lo más curioso de todo es que las experiencias extrañas no terminaron ahí. Medio en broma, medio en serio, al estar sentado en la ventanilla junto al ala derecha en el vuelo de regreso Roma-Valencia con salida a las 21:00 y llegada a las 23:00 (noche cerrada), pedí ver algún tipo de OVNI. Y no sé qué es lo que vi ni que es lo que pensaréis, pero creo que debo ser sincero y que juzguéis vosotros:
 
Todo ocurrió cuando hacía cinco minutos que las luces de Palma de Mallorca se habían dejado de ver allá abajo. Sé que era la capital mallorquina porque la bahía de Palma estaba iluminada como un árbol de navidad y la silueta de la ciudad era inconfundible. Además debía ser Palma pues aterrizamos tan solo media hora después en el aeropuerto de Manises y la ciudad era demasiado grande para ser Sant Antoni en Ibiza, amén de que nos acercamos a Valencia desde el norte y no desde el sur. Personalmente mirar por la ventanilla me tranquiliza cuando he de volar, y fue entonces cuando en diagonal y mirando hacia el frente en el horizonte vi una extraña formación de luces. Es cierto que me parecieron en principio las típicas luces de posición de vuelo de los aviones comerciales pero casi de inmediato me llamó la atención la cantidad, disposición y potencia de las mismas.
 
No me preguntéis a que distancia estaban, pues no sabría calcularla, solo sé que se veían como puede ver un viandante las de los aviones que sobrevuelan la ciudad antes de empezar su maniobra de descenso para aterrizar y no como cuando pasan a gran altura en busca de un destino más lejano. Si puedo afirmar que estaban a un poco más de altitud que nuestro avión pues tenía que levantar un poco la cabeza... Y no, no eran luces en tierra o sobre el mar con total seguridad.

De lo que si estoy seguro es que eran cinco, todas ellas se encontraban a la misma altura y equidistantes en espacio unas de otras formando una línea recta perfecta. O al menos así me lo pareció. Parecían ir en formación, como una caravana de coches. Los que me conocéis sabéis que me encanta pasear a mi galgo por la noche y mirar las pocas estrellas que la contaminación lumínica deja ver, con lo que veo pasar todos los días muchos aviones sobre Valencia y nunca he visto una disposición de luces como esa.

Su parpadeo era hipnótico y no me pareció que siguieran pauta alguna o que tuvieran un ritmo constante como las luces de posición de los aviones. De hecho me pareció que destellaban más rápido de lo habitual. La verdad es que si lo he de comparar con algo, la imagen me recordaba a la escena final de "Encuentros en la tercera fase" y con ello no pretendo insinuar nada. Las vi durante cinco minutos, eran de color rojo y blanco como cabría esperar en un avión. Mirando hipnotizado su parpadeo aleatorio de repente algo rompió la pauta. A los pocos minutos de estar viéndolas tres puntos blancos destellaron solo dos veces y al unísono formando un triángulo. Las otras cinco luces rojas las seguí viendo unos cuantos minutos más, pero las blancas que serían la mitad en tamaño respecto a las otras, solo las observé esas dos veces.

Como podéis comprender me quede perplejo. En un momento dado el avión dio un pequeño giro y deje de verlas. Que eran no lo sé. Las luces se veían muy cerca y a la misma altitud, desconozco si eso es posible en las rutas aéreas comerciales. ¿Podrían ser 5 aviones en línea esperando permiso de aterrizaje? ¿Una flotilla militar? Sí, es lo más probable pero si alguien me puede confirmar los vuelos que aterrizaron ese 24 de enero a esa hora en Ibiza o Mallorca se lo agradecería y me sacaría de dudas.
 
 
 

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